El comienzo de su camino

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Narra Aysel

Los años pasaron, en medio, muchos acontecimientos sucedieron que son demasiados para enumerarlos.

En los años que pasaron Hurrem tuvo tres hijos más, los príncipes Selim, Bayaceto y Chiganger.

Al dar tantos príncipes a la dinastía, Hurrem aseguró la descendencia del sultán, algo que la volvió más apreciada para el.

Mahidevran tuvo razón en que yo talvez sería olvidada, pero afortunadamente el sultán aún visitaba a mis hijos demostrando el gran cariño y aprecio que les tenía a ambos.

Mis mellizos y yo nos estábamos preparando para ir a ver la sultana madre por las fiestas.

-Me veo bien madre?- pregunto mí querido príncipe.

-Te vez muy apuesto y tu muy hermosa cariño- dije elogiando la vestimenta de mis niños -Debemos irnos, no debemos hacer esperar a la sultana madre- dije sonriendo y mis niños alegremente me acompañaron hasta el jardín donde se encontraban todos.

La sultana madre, la sultána Hatice y la sultana Beyhan ya se encontraban en el jardín, en compañía se Mahidevran y Mustafa.

Mis niños se acercaron a desearle buenas fiestas a las sultanas y yo hice lo mismo.

Había pasado un rato y me percate que no había señales de Hurrem, ni de sus hijos, algo que me pareció muy extraño, ya que dentro de poco el sultán llegaría para acompañarnos en la comida.

-Madre, mis hermanos no vendrán a celebrar con nosotros?- dijo Mustafa preguntando a Mahidevran.

Mahidevran iba a responderle pero alguien la interrumpió, diciendo unas palabras que me desconcertaron.

-Y por qué deberíamos esperarlos?, Después de todo no son nuestros hermanos- No podía creer que Murad acababa de decir tales palabras y algo que me enfureció más fue ver una sonrisa en los labios de Mahidevran.

-No quiero que vuelvas a decir eso nunca otra vez! Talvez no tengan la misma madre, pero comporten sangre y eso los convierte en tus hermanos, o acaso con esas palabras estás diciendo que Mustafa tampoco es tu hermano?!- no medí el tono de mí voz, algo que provocó que mí hijo me viera con una mirada avergonzada por sus palabras.

-Tu madre tiene razón en lo que dice Murad, yo tampoco quiero volver a escuchar ese tipo de comentarios, queda claro?- dijo la sultana madre haciéndole entender a mí hijo que no podía decir esa clase de cosas.

Minutos después Hurrem y sus hijos llegaron para acompañarnos y no quedamos esperando la llegada del sultán.

-Atención, su magestad, el sultán Suleiman!- ante el anuncio todos, exceptuando a la sultana madre, nos levantamos e hicimos una reverencia ante su magestad.

Luego de eso la comida transcurrió con normalidad, entre risas de mis pequeños y sus hermanos, mientras jugaban y platicas entre nosotros los adultos que estábamos sentados en la mesa.

-Madre, crees que les guste?- pregunto mí amada Razille a mí lado.

-No lo sabrás hasta que les des tu regalo- mí hermosa hija había preparado un regalo para dos personas, pero su timidez no la dejaba entregar su regalo, pero con mí apoyo finalmente logro acercarse.

-Sultanas, esto es para ustedes, espero que lo acepten y ojalá les guste- mí pequeña había confeccionado ella misma una corona de flores para Hurrem hecha de violetas y una para Mahidevran hecha de rosas.

Ambas aceptaron el regalo de mí pequeña y lucieron las coronas de flores en sus cabezas, aunque yo no me llevará bien con ellas, no significaba que mis hijos debían ser irrespetuosos con ellas, al contrario, eran las madres de sus otros hermanos, así que debían respetarlas.

-Me alegra mucho saber que aunque halla diferencias entre ustedes tres, les enseñes a tus hijos que deben comportarse- dijo la sultana madre que estaba a mí lado.

-Jamas les enseñaría a mis hijos a hacer el mal a otra persona sultana-

-Muy bien, me alegra que a pesar de todo ves que lo primero es tu responsabilidad como madre, no es verdad Hatice?- la sultana se había dirigido a la sultana Hatice, sin embargo ella parecía pérdida en sus propios pensamientos.

Al ver a la sultana Hatice de esa forma, una sonrisa se escapó de mis labios, creo que sabía en lo estaba pensando.

-Por cierto, me olvidé de felicitarla sultana Hatice, muchas felicidades por su matrimonio con Ibrahim Pasha, que Allah le de un matrimonio feliz al lado de su futuro esposo- al escuchar mis palabras, la sultana Hatice dirigió su mirada hacia mí y con una sonrisa me agradeció.

De reojo pude ver por mí comentario la mirada molesta de Hurrem debido a que el hombre que mas odiaba, ahora era el segundo al mando del imperio despues del sultán, ya que Ibrahim había sido nombrado gran visir y también sentí la mirada de satisfacción de Mahidevran ya que antes Ibrahim estaba de su lado, y ahora esto le aseguraba más poder al estar aliada con el gran visir.

-Tambien debes hacer eso pronto- dijo la sultana Beyhan susurrando a mí lado.

Beyhan tenía razón, no debía perder tiempo y debía enfocarme en conseguir aliados.

-Aunque no debes pensar tanto en eso, si sigues criando a tus hijos de esta forma conseguirás avanzar, además sabes cuándo hacer tus movimientos, sigue recorriendo el camino que estás siguiendo en este momento y saldrás victoriosa-

Las palabras de Beyhan me daban fuerza y seguridad.

Y tenía razón, no sabía si el camino que elegí era el correcto, pero no podía dar vuelta atrás, ya lo había empezado y debía terminarlo a cualquier costo.

La Sultana Olvidada Donde viven las historias. Descúbrelo ahora