Capítulo 8

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5 de septiembre

Londres, Inglaterra

Melody


—Muy bien señoritas, gracias por participar. El primero de octubre estaremos mandando un mensaje a lo que sería la ganadora de la beca.

Lo había logrado. Hice la audición. Y no me dió un ataque de pánico.

Así se hace.

Les sonrío a las tres jurados de enfrente y salgo del auditorio y recorro los pasillos de la universidad con tranquilidad, es maravillosa. Tiene un toque antigüo pero sin verse anticuado y te da un sentimiento de nostalgia.

Si llego a estar aquí, lloraría de la emoción.

La universidad es tan grande que se que he durado más de una hora en recorrerla, y no me quiero ir, pero con un último vistazo salgo de la universidad pero, un carro bastante lujoso llama mi atención.

Reconocería ese carro desde lejos, una sonrisa se me escapa y me acerco al auto. Al acercarme el vidrio baja dejandome ver al chico que ha robado mis pensamientos. El hace una señal con su cabeza y entro del lado del copiloto.

—¿Cómo sabías que estaba aquí? —le hablo, emocionada mientras dejo mi bolsa de entrenamiento en la parte de atrás.

—Un hola estaría bien —el chico misterioso me voltea a ver y me regala una sonrisa ladina.

—Perdon, es que —me recargo en el asiento y muerdo mi labio inferior tratando de ocultar mi emoción.

Me restrinjo de contarle ya que, a casi todas las personas que les cuento lo que me gusta me terminan callando ya que no les interesa y dicen que hablo demás, pero en cambio, el chico misterioso habla:

—Vamos, se que quieres contarme ¿Cómo te fue? —lo miro con ojos brillosos.

—Apartando el hecho de que no se cómo sabías que hoy era la audición y dónde era, las jurados eran muy amigables y además, al bailar me sentí...libre —el empieza a manejar y vuelvo a hablar—: por no hablar de la universidad, es un sueño. Es hermosa, cálida e incluso emocionante saber que podría empezar a estudiar a finales de octubre. Pero es asquerosisimamente cara y difícil de pagar, dependo de esta audición y... ¿mierda estoy hablando mucho verdad? —tapo mi cara con mis manos.

De reojo veo que el me ve con ternura y luego siento como con su mano me quita mis dos manos y luego le da un apretón a mi mano izquierda. Eso por alguna extraña razón crea una revolución en mi estómago.

—Se que quedarás, se que eres una grandiosa bailarina y serás famosa algún día —hago una mueca al escuchar la última oración.

—No me agrada la idea de ser famosa —murmuro y veo como el maneja las calles de Londres sin ningún paradero—, no me agradan los famosos, se que suena un poco raro pero siento que si me vuelvo famosa seré parte de ese mundo lleno de hipocresía y falsas sonrisas, yo no soy así.

Por un momento veo como el chico misterioso hace una mueca pero rápidamente desaparece para parar en un restaurante casi vacio.

—Preparate para conocer la mejor comida que conocerás en tu vida —salimos del auto y un olor a hamburguesa hace que me gruña el estómago.

El lugar era un tanto hogareño pero sin quitar lo elegante que era, y yo...iba en medias y una sudadera gigante, ya que abajo estaba mi leotardo.

—Me hubieras dicho que vendríamos aquí —murmuro viéndome.

SerendipiaWhere stories live. Discover now