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- "Quítate"

- "Su padre ha permitido que se tome el día libre, señorita"

- "Apártate"

La voz de la mujer fue dura contra aquel hombre que impedía su salida, sin embargo, fue ignorada.

Dio un paso adelante pero antes de realizar alguna acción la puerta se abrió dejando pasar al único que podía ingresar sin ser anunciado.

El guardaespaldas que se encontraba allí desapareció dejándolos a los dos solos como todas las tardes desde que su padre había prohibido su salida.

Habían pasado seis semanas desde aquel día.

- "¿Cómo te sientes?" - dijo dejando en el suelo aquellas bolsas que traía con él para arrastrarla a sus brazos y dejar un ligero beso en sus labios- "He conseguido los bocadillos que más te gustan"

La mujer simplemente observo como el hombre abrió aquellas bolsas para mostrarle una variedad de postres y otros artilugios, lo cual solo podía significar una cosa.

- "¿Cuánto tiempo más?"

Ella vio como Gabriel titubeó por unos instantes antes de seguir sacando cosas de aquella bolsa ignorando su pregunta.

- "Puede obtener aquellos dulces de coco pero los de fresa no pude encontrarlos..."

El hombre dejó de hablar en el instante en que ella arrojó cada alimento al suelo.

Estar atrapada sin escapatoria solo esperando que su padre diera la orden de dejarla ir, era algo que no podía manejar con facilidad.

¡Ella nunca lo había traicionado!

¿¡Por qué su padre creía en las palabra de aquel bastardo que le informo que ella planeaba quitarle todo!?

Eso nunca sucedería.

Ni siquiera quería seguir aquí, solo lo hacía por él.

Entonces...

- "El Señor no ha especificado el tiempo"- respondió suavemente Gabriel tomando los recipientes del suelo- "Quiere que estés completamente recuperada antes de volver"

- "Mentiroso"

Gabriel le dedicó una mirada de suplica.

- "Joven ama..."

- "¿Estela?"

La indecisión del hombre provocó que su irritación aumentará, pero por sus expresiones sabía que pronto se rendirá.

- "La señorita fue con su padre a la reunión en Ruanda"

Un dolor punzante atravesó su nuca.

Esa reunión.. Esa reunión era donde ella iba ser anunciada oficialmente como la sucesora.

Y ahí fue cuando lo entendí.

Su padre había tomado una decisión.

Y ella debía elegir la suya.

- "Entiendo"- respondió

Sintió los ojos de Gabriel sobre ella.

Él la conocía más que nadie y agradeció cuando no intentó indagar más en sus pensamientos, al contrario, Gabriel se acercó a ella y la tomó de la cintura atrayéndola a su cuerpo.

Cálido.

La mujer enterró su rostro en la cobertura del cuello del hombre y dejó que él la guiará hacia la cama.

La tarde pasó velozmente y cuando ella comprobó que el hombre se había dormido se levantó suavemente de la cama.

Muchas veces había escapado de su habitación por lo cual no fue difícil salir por la ventana eludiendo a los guardaespaldas.

La Villana Es Realmente MalaWhere stories live. Discover now