La Villana Es Realmente Mala

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Si lo miraba en retrospectiva.

No existía ninguna razón por la cual él debía hacer esto.

¿Linaje?

Desde la fundación del Imperio el apellido Palmetra se había figurado como uno de los influyentes en el Reino.

¿Poder?

Naciones enteras se arrodillaban al estar en su presencia

¿Dinero?

Tenía tanto que era imposible calcular su valor, hasta se atrevería decir que competía con las arcas de la familia Imperial.

¿Su familia? ¿Sus padres?

Ellos eran el ejemplo de un noble ideal, siendo leales a la corona mientras velaban por los plebeyos.

¿Injusticias?

Nadie se atrevería a tocarlo.

Entonces ¿Cuál era la razón?

La palabra razón no era exactamente el término que buscaba en estas circunstancias.

Capricho.

¡Oh! ¡Eso es! ¡Qué bella palabra para defender sus actos!

Aún recuerda la primera vez que un pensamiento de tales magnitudes atravesó su mente. Mucho antes de que naciera su primogénito. De hecho cuando había sido nombrado oficialmente como el nuevo sucesor del Ducado Palmetra, el día en que sus padres hicieron un festejo

Tenía 9 años cuando hizo aquella pregunta a su madre.

¿Por qué El Emperador y su hijo, David, no se inclinaban ante ellos cuando los otros nobles lo hacían?

Su madre le habló sobre los formalismos y etiquetas de la nobleza, explicando sobre la jerarquía del Imperio.

Lo detesto.

¿Por qué no se inclinaron ante él?

Los años pasaron, la vida siguió su flujo natural.

Mayores deberes y responsabilidades cuando sus padre murieron.

El tiempo siguió.

Pero ¿Cuál era ese vacío que tenía en el pecho?

¿Por qué todo sonaba tan aburrido?

En retrospectiva, no había ninguna razón válida para querer el trono.

El Emperador ejerció sus funciones con normalidad, el Imperio no se encontraba en decadencia y no era como si estuviera en peligro.

No obstante, una noche solo llegó un pensamiento.

¿Por qué no?

Tres años después realizó un experimento.

Tomar el trono.

A decir verdad, no esperaba que tuviera grandes resultados.

Aun cuando había reunido una gran cantidad de aliados estos no eran lo suficientemente poderosos como para sacudir los cimientos de la familia imperial.

Pero ahí en medio del caos pudo medir su valor y las consecuencias del mismo.

Todos sabían que era él la persona a cargo de este levantamiento que fue una vergonzosa escuadrilla de mercenarios y antiguos nobles.

Pero nadie encontró evidencia real de que él estuviera involucrado.

Y el difunto Emperador lo dejó pasar.