Capítulo 10

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Derek

Apenas había pegado ojo en toda la noche. No podía dejar de pensar en lo que había pasado con Madisson. Había estado tan cerca, tan cerca de besarla, tan cerca de probar sus labios. Me preguntaba cómo sería besarla, cómo sería sentir su lengua batallando contra la mía. Me preguntaba cómo sabría besarla, cuál sería su sabor...

¡Basta Derek!

Me reprimí a mi mismo.

Madi es tu hermana, aquello no debía pasar. Era mi hermana pequeña y mi cometido era protegerla de todo aquello que quisiera dañarla, no aprovecharme de ella, de su dulzura, de su bondad.

Debía encontrar la manera de controlar mis impulsos, aquello no volvería a pasar, no lo permitiría.

Todo volvería a ser como lo era antes. Volveríamos a ser los que éramos antes, muy buenos hermanos que se apoyaran y se querían motores. Volveríamos a tener aquella relación tan especial que usar. Unos estúpidos impulsos de adolescentes no estropearían lo que tanto nos había costado tener.

Madison

Estaba dentro de mi cama, plácidamente dormida, cuando de pronto alguien llamó a la puerta de mi habitación.

— Pasa —dije sentándome perezosamente en la cama. La puerta se abrió y un Derek vestido con tan solo un pantalón de pijama gris entro a la habitación. Cerro la puerta y se me acerco con paso decisivo — ¿Derek, que pa... —antes de que pudiese terminar la frase Derek me interrumpió con un fogoso beso.

— Ya no podía soportarlo mas —dijo separándose unos pocos centímetros — No podía pasar un segundo mas sin probar tus labios —murmuro acariciando mi labio inferior con su pulgar.

— Derek, ¿que estas... —volví a comenzar pero Derek volvió a calarme con otro beso.

No dije nada, pues las palabras sobraban. Sabia lo que sentía por el y sabia lo que el sentía por mi. Todo lo demás daba lo mismo.

Me deje llevar por el beso y por sus sutiles caricias. Me agarro por lo hombros y me empujo suavemente hasta tumbarme en la cama. Se posiciono encima de mi con cuidado de no poner todo su peso sobre mi.

Comenzó a repartir pequeños e intensos besos por mi cuello mientras yo recorría su ancha espalda con mis manos.

— Te quiero —dijo con voz ronca, lujuriosa, llena de pasión y de deseo.

Me desperté de golpe. Me incorpore en la cama y vi que aun llevaba puesto el vestido que me había puesto para mi cita con Bell. Me había quedado dormida mientras miraba las estrellas de Derek. Habia sido un sueño. Nada había sido real.

Lleve mi mano a mi frente y note que estaba sudando, lo cual no me extraño tanto debido ala intensidad del sueño del que acababa de despertar.

Mire el despertador que había en mi mesilla y vi que eran casi las ocho y veinte minutos de la mañana.

Intente volver a conciliar el sueño ya que era sábado y no tenia por que madrugar, pero no conseguí volver a dormirme. Aquel sueño había conseguido despejarme completamente.

Me levante de la cama y fui directo hacia el baño . Me quite la ropa y me metí en la ducha sin vacilar. Di un pequeño bote al sentir el agua fría, pero poco a poco se fue calentando y el calor envolvió mi cuerpo como en un cálido abrazo.

Deje que el agua recorriera mi cuerpo, deje que me calmara, que eliminara las tensiones de mi cuerpo, pero ni siquiera toda el agua del mundo conseguiria sacar aquellos pensamientos de mi cabeza. No podia dejar de pensar en el. En Derek.

Enamorada de mi hermanastro ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora