iconic ; enzo fernandez

00006 | visita

martina
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Ayer Argentina perdió el primer partido contra Arabia y hoy yo, o sea España, ganó contra Costa Rica. Por la derrota hoy había una visita al plantel a la que me negué a ir pero mi mamá me obligó solo con la mirada y sin decirme nada, así que hice caso.

Salgo del partido de España corriendo, dejando a mis amigos atrás, y buscando a mi mamá que viene a buscarme para ir a ver a mi papá. Si fui obligada a ir a la visita pero no me iba a perder el primer partido de España.

–Dale gordi —mi mamá me abre la puerta del auto riendo.

–Ay Dios, lo que corrí —digo sentandome de copiloto.

–¿No te trajiste otra remera, hija?

–Me olvidé, me acordé cuando estaba corriendo para llegar al partido... no importa.

Iba a entrar a la concentración de Argentina con la camiseta de España... normal.

Cuando llegamos, bajamos los cinco y vamos en busca de mi papá que apenas me ve queda cuál meme de Mike Wazowski mientras se rie para luego abrazarme.

–¿Venís del partido de España?

–Si, y nosotros ganamos —le sonrío.

–No te quiero ver festejando con Argentina el dieciocho, me voy a encargar que no pises la cancha cuando ganemos.

Obvio que si voy a festejar si eso sucedía, sería la primera.

–Por favor, echen a las infiltradas —Angel me señala.

–Por favor, echen a los que pierden... ay no, cierto.

–La herida, Ti —Jorgelina me mira riendo.

–¿Fuiste a ver a tu novio, que onda? —Leandro se para a mi lado y lo miro.

–¿Gavi o Pedri? —mi papá lo mira riendo.

–Ambos —lo miro asintiendo—. Ellos ganaron, no como otros que no quiero mirar.

–Ya vamos a ganar, la próxima ni festejes vendida.

Vendida es lo que menos soy, porque yo soy Española y no Argentina... pero la sangre tira y si quiero que gane Argentina antes que cualquiera. No me importa como pero el 18 tiene que ser celeste y blanco.

Mientras mis papás hablan yo no hago nada porque no se que puede llegar a entretenerme, solo acoto algunas palabras a su charla.

En un momento, miro a mi costado a lo lejos y veo a cierto jugador mirando hacia mi lado; cuando hacemos contacto visual rio y él igual. Levanto mi mano mostrando mi pulsera, que me dió Olivia, y él con ella a upa me señala a mi. La nena sonríe y sigue en la suya.

La visita termina, y luego de abrazar a mi papá, y salimos de la concentración para ir hasta el auto.

–¿Y esto? —mi mamá me agarra la mano y señala la pulsera.

–La hija de Enzo.

–¿Quién es Enzo?

–Enzo... Enzo... el nuevo.

–¿Y como te conoce la hija de Enzo?

–Del día que le abrí la puerta en casa... el día que llegamos me dió esto.

–¿Enzo no tiene mujer?

–¿Y que tiene que ver con la pulsera de la hija? Aparte creo que no es la mujer.

–Crees... Martina, por favor.

–Por favor nada, no.

–Si, por favor si, porque te conozco —me señala riendo.

–Boa, podré haber estado con media población de Barcelona y París en los últimos dos años pero yo no rompo familias.

–No, porque te mato yo si lo haces.

Revoleo los ojos y ella me mira fijo, asiento y se queda feliz.

Siempre y toda la vida conseguí a quien quise. Y esta vez no iba ser la excepción.