iconic ; enzo fernandez

0044 | juguete

martina
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Más de un mes pasó de mi cumpleaños, semanas en las que ví más a Enzo que las veces que fui al colegio y días en los que me encargaba de Olivia para que su abuela descanse un poco.

En cuanto a Enzo y yo como siempre, saben unos pocos y así está bien. Aunque él quiere que sepa el mundo así no tengo que seguir escapando del foco, pero a mí no me interesa y prefiero seguir con esta vida.

Hoy, domingo, es el cumpleaños de mi mamá y estamos próximos a subir al avión e ir a verla, en Londres son las ocho de la mañana y recién nos levantamos para prepararnos rápido e ir hacia el aeropuerto.

Olivia sigue durmiendo así que la alzó cuál bebé, Enzo pone una manta encima y ya salimos de su casa. Al llegar al aeropuerto subimos los tres al avión y acuesto a la nena para que duerma tranquila, yo voy a un asiento en frente de Enzo quien tiene menos ganas de vivir que yo.

–¿Mi celular? —lo miro.

Lo saca de su bolsillo y cuando quiero agarrarlo me lo saca de la mano.

–¿Por qué lo tenés?

–Me lo diste vos solita.

–Bueno, pero dámelo.

–Todos estos nombres de pibes... mira si yo hago lo mismo —dice mirando la barra de notificaciones.

–Son amigos y algunos ni siquiera sé, es una respuesta a las historias no chats diciéndome otra cosa —se lo saco de la mano y él queda mirándome fijamente.

–Necesito saber que pasa entre nosotros.

–No existe un nosotros, no salgo con nadie —niego con la cabeza.

–Está bien —asiente luego de unos segundos.

–Dios... Enzo

–¿Qué me vas a decir ahora? Yo no soy tu juguete ni la persona a la que vas cuando estás aburrida.

–No puedo darte una estabilidad porque ni siquiera vivimos en el mismo país, no tengo la cabeza para una relación así... prefiero soltarte para que puedas hacer tu vida con quién quieras porque yo no te dejo avanzar.

–No quiero una relación porque no estás preparada para eso, solo quiero saber si esto tiene algún futuro porque no me voy atar e ilusionar con algo que nunca va existir.

–Si tenemos futuro... yo si te quiero, aunque vos no lo creas.

–Entonces deja de dejarme como imbécil en frente de todos los que saben esto, dejá de decirme ay prefiero soltarte, porque si me querés dejar decirlo de una y no victimizandote.

–No me estoy victimizando, estoy diciéndote las cosas como son... si me querés dejar, hacelo.

–Vos bien sabes que yo jamás voy a dejarte ni hacerte mal, de vos lo dudo realmente.

–Yo nunca voy hacerte mal, dejá de creerle a gente ajena a nosotros dos las estupideces que dicen... vos tenés que creer en mi que solo yo sé cómo soy yo —me auto señalo—. ¿Confías en mí?

–Si, pero sé que tarde o temprano vas a terminar rompiéndome el corazón.

Intento darle un beso y él corre la cara en dirección a la ventanilla del avión, así que simplemente vuelvo a mi asiento.

–Y como me querés supongo que también querés y no te molesta que suba una foto nuestra a Instagram.

Solo lo miro sin decir nada para proceder a ver la publicación que subí y que en minutos tiene miles de me gustas y comentarios.