Mis últimos refuerzos

107 5 0
                                    

-¿Me echabais de menos? Alegrad esas caras ¡He vuelto!-

Bueno empecemos, no hay mucho que contar, la guerra sigue, los días cada vez son más largos, etc....

Aunque en realidad hay algo que tengo que contaros, para que lo entendáis tendréis que usar vuestra imaginación.

Primero imaginad dos círculos, uno grande y uno más pequeño dentro del grande, bien, el circulo pequeño es Japón y lo que hay entre el circulo grande y el circulo pequeño es el mar.

Queda poco no os perdáis, ahora dividid el circulo pequeño en tres partes, una parte es el territorio Taira y los demás el territorio Fujiwara y el territorio Minamoto, pues bien, como podéis imaginar la situación es grave, pues estamos acorralados y las únicas opciones de ataque son por mar y por tierra.

Por tierra está complicado y por mar mucho más, pues tendríamos que rodear grandes porciones de tierra en poco tiempo si queremos tener alguna ventaja.

¡Pero esperad!, aún nos queda algo, nuestros últimos aliados los Chiba, estos estaban en la región de Kanto y han conseguido huir a tierras de los Minamoto que están prácticamente desiertas.

¡Bien! He tenido una idea, trataré de hacer un esfuerzo por crear una brecha en el territorio Minamoto que sirva de unión entre los Chiba y mis tierras.

La pregunta es ¿Cómo lo haré?

Fácil, mis aliados están es una zona no controlada por tropas enemigas, asique contando con el apoyo de mis tropas y de los guerreros budistas, asediaré el fuerte Taga, poblado intermedio entre mi territorio y donde están mis aliados.

Así pues, procedí a atacar el fuerte con un ejército de 1000 guerreros budistas, 500 arqueros y 1500 lanceros, además, mis aliados también aportaron una ayuda, 2000 arqueros a caballo.

Bien, el asedio fue por la noche, no parecía ser una tarea fácil, nada fácil, pues el fuerte estaba muy bien custodiado. Contaba con unos 4000 arqueros y unos 2000 lanceros, pero no os preocupéis, ganamos.

-¿Cómo?-

Sencillo es poco, aquel fuerte tenía un número considerable de tropas y además parecían estar muy bien preparadas. Pero sus muros eran pésimos, llevaban años allí plantados, nadie los había cuidado y para colmo, había paredes que estaban derrumbadas, seguramente tras los conflictos de siglos atrás.

Pues bien, logramos entrar en el fuerte sin oposición alguna, además, gran parte de los enemigos estaban dormidos y por tanto nos fue aún más fácil vencerlos. No sufrimos ninguna baja, pero el enemigo sí, no dejamos a ninguno con vida, lo siento, pero ahora no puede sobrevivir nadie, han de morir todos, ¡Esto es la guerra!

Al día siguiente, construimos un nuevo fuerte que nos sirviera como protección en los días venideros. Después de eso iniciamos una ardua tarea, construir un camino desde Yamashiro hasta Hitachi con el fin de abastecer de alimentos y tropas a mis aliados.

Una vez construido el fuerte y el camino, continuamos nuestra senda, la senda hacia la destrucción de los Minamoto. Para ello era preciso usar el arma que tanto tiempo estaba esperándome en Sado, aquella armada con cañones chinos.

Que bien, al fin los voy a usar.

TairaWhere stories live. Discover now