El sueño

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Anoche tuve un sueño, soñé que había mandado a mis ejércitos, con el fin de tomar Hitachi, mis tropas se veían rodeadas por el enemigo, la ciudad de Kochi estaba custodiada por miles de arqueros y lanceros. No había forma alguna de atacar al enemigo de frente, solo había una manera de llegar a Kochi, por su principal línea de abastecimiento, el rio Yumi.

Fue allí por donde los mandé, todo estaba tranquilo, las nubes iban pasando poco a poco, con una tranquilidad que te hacía pensar que la guerra era algo que no existía, pero de repente mis tropas oyeron ruidos, venían de la maleza situada a la rivera del rio, los árboles se tambaleaban con tal brutalidad que mis tropas temían la caída de los arboles sobre sus cabezas.

De repente, aparece un grupo de Kappas, una criatura común en los ríos y carnívora, la carne que les gusta es la humana, y eso fue lo que comieron aquel día. La carne de mis soldados, todos fueron devorados y el agua clara y cristalina se tiñó de sangre, la ciudad de Kochi fue arrasada debido a la sed de sangre de los Kappa. Pero eso fue un sueño.

No creo que eso nos pase, espero que no. Dos días después de aquel sueño me encontré con que había que atacar Kochi, en Hitachi. No me lo podía creer, tenía miedo de que realmente sucediese algo horrible, además, estamos en invierno. Hace frio, hay hambre, todo está sumido en el caos. No creo que os podáis hacer una idea de la situación del momento, imaginad un mundo plagado de nieve, mientras mis tropas van marchando a Hitachi desde Mutsu se encuentran con que no para de nevar.

No tienen ropa que les proteja del frio, el cielo es gris, no hay luz del Sol, parece ser que Amaterasu, la diosa del Sol nos ha abandonado. Todo es blanco, no se puede ver nada en la lejanía, los caminos están cortados, para llegar tenemos que cruzar por lugares inhóspitos, al final pudimos llegar a nuestro destino, Kochi.

Los alrededores de la ciudad estaban fuertemente protegidos por el enemigo, creo que sabían que nos acercábamos. Solo había un camino por donde llegar a la ciudad, el rio Yumi. Hacía frio, mucho frio, mas aun así entramos en el rio y nos dirigimos a la ciudad, todo parecía tranquilo, el enemigo no parecía tener constancia de nuestra presencia.

Pero sin aviso alguno el viento empezó a soplar con mucha fuerza, era como en mi sueño, los árboles se movían brutalmente y la maleza se movía con tal regularidad que asustaba. Mis tropas estaban temblando, de miedo y de frio. No se oía nada, solo el fuerte viento y el movimiento de la hierba.

Rápidamente puse a mis tropas en dos líneas, una miraba la izquierda del rio y la otra la derecha, todos mis alabarderos estaban atentos ante un posible ataque de algo.

No era lo que yo más temía lo que estaba tras la hierba, no eran Kappas, eran monjes guerreros. Estos apoyaban al enemigo y, por tanto, nos atacaron sin piedad. No podíamos hacer nada, éramos menos y estábamos peor preparados que ellos, asique mis tropas no duraron mucho en combate.

No creáis que no luchamos, si lo hicimos, mis mujeres estaban allí, luchando por nuestra familia con fuerza y coraje, mis hombres igual, contaba con un gran ejército, pero no pudimos contener al enemigo. Sufrimos muchas bajas, y debido a eso nos retiramos, pero no creáis que aquello acabó.

TairaWhere stories live. Discover now