2

6.6K 248 5
                                    

Al llegar a la habitacion, me dediqué a observarla, realmente era muy agradable

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Al llegar a la habitacion, me dediqué a observarla, realmente era muy agradable. Tenia colores calidos, una gran cama, una ventana con balcon, en el cual se podia observar la vista tan embriagante ee Chicago.
Seguí mi camino por la habitación, hasta cruzar la puerta del balcón y salir, me senté sobre una de las sillas. Era fría al tacto de mis piernas, pero no era algo que no pudiera soportar.

Mi vista se alejó a la ciudad, subi mis piernas hasta quedar completamente sobre la silla, con mis manos, abrace mis rodillas, recargando sobre estas mi cabeza. Analizaba todo lo que estaba pasando y sin previo aviso, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos.

Al sentir una brisa recorrer mi cuerpo, levante mi cabeza y mire junto a mi. Parado en la puerta que daba al balcón, estaba Kian, mirándome con pena o talvez con decepción y no una de mi, si no por él.

— Se que quieres estar sola— desvio su mirada hacia la cuidad— Tambien se que no soy un buen partido, ¿Quién querría al diablo como esposo?— arqueo su ceja y sonrió de lado, podía sentir que lo hacía para no hacer alguna facción triste ante mi— Te eleji al azar, no estuvo bien, pero... no soy tan malo con mis esposas, trarto de consentirlas.

— Creo que no entiendes mi poción en todo esto, Kian— comente atrayendo su mirada— No te conozco, hace horas, ¿Días? ¿Meses? Ni siquiera creía en tu existencia y ahora mira donde estoy— solté un largo suspiro.

— Creo que solo puedo decirte que te des el tiempo de conocerme y veras que no soy lo que tu crees— se acercó un poco a mi, para incarse frente a la silla y quedar a mi altura.

— Yo creo que eres malo, es lo que me han inculcado, pero ¿No lo eres?— el negó ante mi pregunta— ¿Como puedo creerte?- acerqué mi mano hasta su rostro, rozando tiernamente su mejilla

— Permiteme mostrarte— Kian se inclino hacia mi, acuno mis mejillas en sus manos y me dio un beso tierno que fue subiendo de intensidad

Él me levanto de la silla, salte al instante en él, enredando mis piernas a su cadera. Sin dejar de besarnos nos, Kian nos guío hasta la cama. Me recosto con delicadeza, no habia nada de bruzauesa en él. Aparto sus labios de los mios, bajando un poco hasta llegar a mi cuello, donde dejo algunos chuprtones. Mientras Kian hacia lo suyo, tomé un poco de iniciativa y desprendí su camisa, al presenciar el acto, no tardo y arrancó mi vestido.

Kian me observo de pies a cabeza.— Eres perfecta, Lauren— músito con una leve sonrisa.

Sin importar que me sonrojara, ambos seguimos, él a bajo por todo mi adbomen dejando besos húmedos sobre mi piel.
Tome un poco el control y lo jale hacia la cama, haciendolo caer junto mi. Me levanté y me subo sobre él.

Todo se volvía tan intenso, cada vez el deseo de tenerlo se hacia mas grande. Y en un parpadear ambos estábamos desnudos.

Kian era más grande y mas fuerte ,poe lo tanto, no le fue dificil regresarme a la posición inicial que era debajo de él. Tomó su erecto miembro y lo introdujo en mi zona venus.

Sus movimientos fueron lentos al inicio, pero poco a poco lo hacia cada vez mas rapido, como si supiera lo que deseba.
En este punto sentia mi cuerpo ardiendo, talvez despues de todo no era tan malo ser la esposa del diablo.

— Mas rapido Kian— exigi mientras me aferraba más a su espalda.

— A tus ordenes, Amor— sonrió levemente y apresuro sus movimientos.

En cuestión de minutos, sentí un liquido arder dentro de mi y supe que habia llegado al climax.
Kian se tiró junto a mi, pasando una mano por debajo de mi cuello, apegandome a su cuerpo.
Me acomode en su pecho, recorría su torso con mis dedos, de una manera delicada. Al mirarlo él ya estaba completamente dormido, asi que solo lo mire.

— Descansa, Kian— sonreí para mi, antes de cerrar mis ojos.

[...]

Desperte muy temprano, el sol atravezaba la gran ventana, provocando un poco de incomodidad en mis ojos. Movi mi mano para poder abrazar a Kian, pero al sentir la cama vacía, me di cuenta que mi esposo no estaba más aqui.

Me levanté de la cama, restire mi cuerpo  y envuelta en las sabanas de seda, camine hasta el baño para darme una ducha. Un par de minutos después sali, mi mirada se dirigió a una caja en la cama. Me acerqué y sin demorar la abrí, dejandome ver un hermoso vestido. Lo saque de la caja y me lo coloque, me mire por unos  segundos en el espejo y una leve sonrisa se hizo notar en la comisura de mis labios.

Al terminar de arreglarme un poco, decidi bajar a la cocina, estaba exhausta y mi y hambrienta. En mi tiempo en la cocina recordé a mi gran amiga Caroline, asi que la llame y decidí invitarla.

Después de llamarla, solo tardo unos 20 minutos en llegar, asi que la lleve a la sala, para estar mas comodas y poder platicar.

— Es buen...— Caroline se detuvo al ver la gran foto de Kian y mía— ¿Cuando te casaste? ¿Y con quien?- pregunto sorprendida.

— No se si pueda o deba decirte con quien me casé— tomé mis manos por sobre mis piernas y desvíe a mirada.

— ¿Porque no?— me miro atenta— ¿El te golpea o te tiene amenazada?— cuestión  en un tono preocupado.

Sonreí y negué.— No para nada.

— Entonces dime quien es— pidio Katia con mas calma.

— No se si vayas a creerme, pero... Me casé con el Diablo— la mire con un semblante neutro.

— ¿Que? No juegues conmigo- soltó una gran carcajada.

Para demostrar que mi historia era cierta y como si supiera que lo necesitaba, Kian aparecio en la sala y se acerco a mi amiga.

— Kian Wells— extendió su mano y al tomar la de Caroline, dejó un beso en esta— Me doy cuenta de la belleza pura que hah en ti- sonrió. Senti como mis mejillas ardieron.

— Muchas gracias— respondió Caroline con un notorio sonrojar.

— Lauren querida— Kian se giro un poco para verme— ¿Puedes preparar algo para nosotros?

Sonreí falsamente, tragandome todo lo que quería decir en ese momento.— Si, con gusto— dije entre dientes.

Sentía una intensa cantidad de enojo y celos. Llegue hasta la cocina, maldiciendo por lo bajo. Todo lo que hacia era de mala gana. Partia la fruta y de algún modo mi enojo regreso como Karma, pues al dar un corte mas, terminé por cortar algo mas que la fruta y ese fue mi dedo. Deje caer el cuchillo y presione mi herida con mi mano libre, camine hasta el lavaplatos y abri un poco la llave para que el agua callera sobre la herida. Observaba como la sangre se iba por el conducto, hasta que sentí como unos brazos me rodearon por la espalda.

— ¿Que te paso?— pregunto Kian tomando mi mano que aun sangraba.

— ¿Qué no es obvio?  Me corte preparando su comida— respondí molesta, y para hacerlo más notorio, gire un poco mis ojos, desviando mi mirada.

Kian sólo sonrió divertido, esperaba más que eso, un aspecto más preocupado, pero no lo obtuve.

La Esposa del Diablo¹ [Saga Sangre Maldita]Where stories live. Discover now