Capítulo 8: No me odies

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--No podría odiarte-- exactamente esas eran las palabras de alguien que si puede llegar a odiar.

--¿Qué piensas de los humanos? ¿Te gustan?-- le solté sin rodeos.

--No, esta prohibido acercarnos a ellos, son muy peligrosos y no les importa la vida marina. Eso te lo enseñan en los primeros años de vida, no puedes ser visto por uno.

--A mi no me enseñaron eso.

--¿Quieres decir que te han visto?

--Si-- su asombro era evidente ante mi brutal confección.

--¿Y cómo escapaste? ¿Te hicieron algo?-- hacía demasiadas preguntas.

--Sólo me abrazaron y no escape... bueno si.

--¿Te abrazaron? No entiendo.

Me tranquilice y mentalice para poder hablar, necesitaba decirle si o si.

--¿Prométeme que no vas a decir nada mientras te cuento..? ¿Prométeme que no me odiaras?

--Lo prometo-- dijo seguro de si mismo, pero sabía que iba a retractarse.

--Hace años una familia me adoptó, según lo que se yo me encontraba sola y ellos decidieron cuidarme. Crecí creyendo que ellos en realidad eran mis verdaderos padres pero no fue así... a la edad de ocho años lo descubrí y me negué a hablarles estaba destrozada porque muy en el fondo yo los quería demasiado y temia defraudarlos y que ya no me quisieran. Cada año íbamos al mar para poder celebrar mi cumpleaños-- mire su cara de confusión--Hace una año cuando fuimos a la playa para festejar sentí algo; una conexión que no podía explicar, a mi siempre me a gustado nadar por lo que la noche anterior a mi cumpleaños me escape. Caminaba por la arena y sentí las olas chocar contra mi piel al igual que la brisa-- no pude continuar porque me interrumpió abruptamente.

--¿Estás jugando conmigo? Caminar por la playa. Si como no--dijo irónico--es imposible a menos de que tú...-- me miró con horror... ese mismo horror que yo sentí cuando estaba a punto de morir.

--Sea humana-- dije sin mas, saque  la fotografía que llevaba de mis padres y se la di-- lo soy... o lo era-- la miró  determinadamente, pasaba sus dedos por la silueta de las personas que estaban allí, yo me encontraba sentada en una silla, mi madre al lado derecho y mi padre del izquierdo, ese día habíamos ido a una fiesta y como andábamos arreglados decidimos tomarnos una foto, mi papá estaba vestido con un esmoquin negro que le combinaba con su perfecto cabello color oscuro, y sus ojos azul profundo; muy guapo.
Mi madre llevaba un vestido largo color rojo intenso y su cabello estaba arreglado en un chongo, combinaba porque tenía su cabello castaño claro y sus ojos también azules.

Por otro lado yo era pelirroja con los ojos verdes (nada parecida a ellos) por lo que un vestido rojo no era la mejor opción, llevaba un vestido azul pegado a la cintura y después daba un pequeño vuelo que llegan a hasta las rodillas, decidimos tomarnos esa fotografía para recordar aquel bello momento en familia.

Pude ver la mirada perdida de Lucas, claramente se dio cuenta que esa chica que estaba sentada era yo pero esta tenía piernas humanas.

--Tal vez te mentí un poco Lucas, la única razón por la que decidí ir contigo es porque necesitaba que alguien me llevará al palacio real.

<Hace un  año conocí a Atena, yo no sabía quién era pero la primera ves que la vi me sorprendí así como tú lo hiciste al verme. Estaba herida y la lleve a un lugar seguro para curarla, nos hicimos amigas y yo tenía aquello que me hacía falta, sentía que estaba completa-- la ventaja de estar bajo el agua era que no podía verme llorar-- después ella se fue sin despedirse y yo no pude hacer nada.

<Durante todo este tiempo entre en una especie de depresión, solía ser la hija modelo. La buena. La bonita. La que sacaba buenas calificaciones pero eso cambio, hace unos días yo me sentí mal sabía que ella estaba en peligro, mi padre me dio esto mientras me decía la verdad-- tome la colcha que estaba partida en dos y que cada lado tenía el nombre de Atena y Nanami me quite el collar de la perla y se los di.

--Es una perla blanca-- tomo las cosas con miedo.

--Cuando el la tenía en sus manos el color negro la cubría pero apenas si la toque volvió a su estado original; blanca...fue  cuando deje de respirar-- me aleje un poco de él, sabía que tenía miedo de mi-- después me trajeron al mar y yo simplemente me transforme en esto que ves, las aletas salieron y mis pieras se esfumaron para siempre-- no pude evitar que mi voz sonará triste tal vez ya no pueda volver a ver a mis padres-- después te encontré a ti y  fuiste muy amable conmigo... lo lamento mucho Lucas pero esto también es nuevo para mi-- necesitaba darle su espacio por lo que me aleje un rato para que pensara las cosas, si decidía dejarme sola tendría que idear un plan para arreglármelas y llegar con ella.

Todo iba bien hasta que apareció un tiburón y grite tan fuerte por el miedo, trate de alejarme pero me golpe en la cabeza por no fijarme por donde iba, poco a poco iba perdiendo el conocimiento. Iba a ser comida por un tiburón, que muerte tan trágica, ¿no se supone que también soy una criatura del mar?

Lucas

Estaba todavía en estado de shock no podía dejar de ver aquella fotografía, era evidente que la chica de en medio es Nanami, su hermosa sonrisa delataba lo bella que es, ¿cómo es posible esto? ¿qué esconde?

Miraba sus pertenencias sus nombres grabados tenían la misma caligrafía y el color era igual, ¿por que tenía esto?
Para finalizar una perla blanca; igual a aquella que hizo que su familia se desmoronara, que perdiera a sus padres y a su hermana.

Escuche un grito horrible que provenía de aquella sirenita tenía mido de algo, instintivamente nade hasta donde estaba y se encontraba inconsciente en el suelo mientras un tiburón la observaba, ella no sabe que los tiburones no nos atacan, sólo a los humanos, ay no. Espante al tiburón para que no le hiciera nada y la cargué para regresar a nuestro refugio, es muy pequeña y frágil por más miedo que tuviera no podía dejarla sola...No podía.

Revise que no estuviera lastimada y por fortuna no, sólo le crecerá un pequeño chipote.  Ahora que la observaba mejor podía ver lo hermosa que es, su aleta era de un café casi dorado, entendía porque se comportaba diferente, porque no sabía nada del mar o como cuidarse, ni siquiera sabe que hizo con mi herida, ¿en verdad tiene los mismos poderes de sanación que la reina Eurídice? ¿Podría ser su hija? Se parece tanto a Atena--toque su cara--podrían ser hermanas, ¿pero cómo? Tienen vidas tan distintas.

Es un misterio que debo resolver a como de lugar... antes de que sea demasiado tarde y... me  enamore

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PERLAS DE MAR👑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora