Capítulo 23: Tierra

297 30 3
                                    

Tuve que hacerlo y me costó bastante.

El viento frío nos dio en la cara mientras Aditi lloraba de terror y yo sentía mi cuerpo pesado. El brazo dolía como el infierno.

Escuche algunos gritos arriba de nosotros y me costo algunos minutos darme cuenta que había gente viéndonos, salí a la superficie cerca de un crucero; maldición.

--¡Ay dos niñas en el agua!-- grito alguien desesperado, en perfecto Inglés. No sabía la lengua pero algunas cosas las entendía.

--Aditi, no te asustes hay humanos en ese barco y no van hacerte daño. Ahora eres humana-- mis fuerzas se estaban yendo.

--¿Qué van hacernos?-- estaba abrazada a mi muerta de miedo.

--Nos van a subir al barco, por el momento es nuestra única opción-- alguien se aventó al agua y llego hasta nosotros.

--¡Esta herida!-- no lo veía bien pero por su vos deduje que es hombre.

Con la ayuda de varias personas logron sacarnos del agua como si fuéramos dos peces gordos listos para servirse.

Quedamos sentadas en la madera del barco mientra muchos espectadores nos veían entre asombrados y asustados o tal vez me veian a mi ya que mi cabellos estaba cortado y tenia una herida profunda en el brazo.

Estuvieron llamando a un doctor y alguien se acercó a nosotras para preguntarnos cosas, no entendía mucho así que nombre los dos idiomas en los que podía hablar y rapido una mujer se acercó a hablarme en perfecto italiano.

--¿Cómo te llamas cariño?-- pregunto.

--Nanami Bridget, Aditi Bridget-- logre articular.

Empezaron a llamar a alguien por lo poco que entendí había otra persona en ese barco con el mismo apellido que yo así que lo llamaron.

Trate de sanar la herida pero no salía nada de magia, utilice todo lo que tenía para convertir a aquella sirena y escapar.

Alguien llegó de repente empujando a todo el mundo y solo hasta que me vio corrió hasta mi preocupada.

--¿Nanami? Dios mío ¿qué te paso?-- vio mi brazo horrorizada, trato de abrazarme pero la pequeña sirenita no me soltaba y sin poder evitarlo cai desmayada en los brazos de mi abuela.

Senti algo mojado en mi frente y trate de abrir los ojos, logre ver a aquella mujer con los mismos ojos que mi padre, los tenia rojos posiblemente de tanto llorar. Logre sentarme y apenas si lo hice me abrazo y empezó a llorar otra vez.

--¿Estás bien?, el doctor dijo que tienes mucha suerte pero debes descansar-- logre observar la venda del brazo.

--¿Dónde estamos?-- entonces reaccione-- ¿dónde esta Aditi?-- la busque por todo el camarote y la encontré acostada en una de las camas que había, estaba plácidamente dormida.

--Trataron de revisarla pero se negó y en ningún momento se despegó de ti-- también la observaba-- parece como si nos tuviera miedo, no hablo nada y después se quedó dormida.

--Fue torturada y es la primera vez que ve a tantos humanos abuela-- volvi a acostarme-- ¿qué haces aquí?

--No señorita, las preguntas las hago yo-- estaba molesta pero en el fondo tenía miedo de mi salud-- le hable a tu padre hace días para ir a festejar su cumpleaños y dijo que tu te habías ido sin despedirte-- apunto al barco-- estoy esperando que esto llegue a alguna ciudad para ir a tu casa ¿dónde has estado Nanami? ¿Qué haces tan lejos de casa?

Llego tanto tiempo en el mar que no se en que día vivo y olvide el cumpleaños de papá, soy una mala hija.

--¿Dime que no llamaste a mis padres abuela?-- si lo hizo estoy acabada, no dejarán que vuelva a sumergirme en las aguas.

--Aún no, aunque lo hiciera estamos a mar abierto y no pueden llegar hasta el barco ¿lo que me hace pensar es como llegaste aquí?-- su voz sonaba preocupada-- todo el mundo se pregunta de donde salieron.

--Nos tenían rodeadas y esta fue mi única solución-- apunte a la otra cama-- le prometí llevarla al refugio y con Lucas así que use todo mi poder para convertirla en humana.

No se inmutó ni dijo nada durante unos minutos hasta que volvió a hablar.

--Sus rasgos son único, solo los he visto en una persona en este mundo y viajo mucho cariño, no son comunes-- volteo a verme-- son como los tuyos... hermosos Nanami.

--Es porque son propios de nuestra especie-- le sonrei-- a la gente del mar, ¿recuerdas que una vez me dijiste que no parecía pertenecer a este mundo?-- ella asinto-- es verdad, ambas venimos del océano; nacimos allí.

--¿Por eso te fuiste de casa?-- ella siempre a creído en la magia por eso no tenía miedo de mi confesión.

--Descubrí que tengo una hermana y...-- saque las perlas-- debo encontrarlas para poder ayudarla. Para sanar su corazón, ha sido una búsqueda de meses y el hombre que tenía la tercer perla está cazandome.

--¿Él te hizo eso?-- apunto a mi brazo y yo asenti-- ¿Por qué?

--Porque mi don es curar a las personas, solo hay dos sirenas en todo el océano y estas perlas tienen el poder de sanar cualquier cosa-- de curar a mi hermana logré pensar en ella -- hasta el mar, abue.

Estuve otro rato acostada pensando en lo que íbamos a hacer, mi compañera despertó y se metió a la cama conmigo después de ver a mi abuela asustada, desde entonces no a soltado mi mano.

Nos trajeron algo caliente para comer y el doctor volvió a revisar mi estado, logré convencerla de que no iba a matarla y se dejó revisar.

--Al parecer ella está muy bien-- dijo guardando todas sus cosas-- pero debemos hablarle a sus padres y a la policía, tus heridas no son accidentales-- nos observo, Aditi lo veía asustada y no entendía ninguna palabra-- alguien te las causó y debemos reportar esto.

--Aunque lo haga nunca encontrara al responsable, muchas gracias pero mis padres no pueden saber que estoy herida ni aquí-- él observo a la mujer mayor y asintio-- aquí hay un adulto ella se encargará de nosotras. Muchas gracias-- se despidió.

--¿Qué estaba diciendo?-- pregunto la pequeña-- se veía preocupado y enojado.

--Quiere llamar a mis padres y denunciar a la persona que me hizo esto-- apunte a mi brazo-- aquí en tierra son muy estrictos con la seguridad de los jóvenes, castigan a las personas que hacen daño a otras-- me miraba sorprendida.

--¿Y ella quien es?-- volvió a preguntar.

--Es mi abuela, la mamá de mi papá y por el momento mientras estemos aquí también la tuya-- las presente y logré que se dueran un apretón de manos. Aditi le tenía miedo pero ella logró que sintiera confianza.

Comimos la sopa que sirvieron para recuperarnos y estaba sorprendida de que le gustara yo no tenia problema con la comida humana pero no sabia como reaccionaría ella.

Descansamos un rato más ambas quedamos profundamente dormidas.

PERLAS DE MAR👑On viuen les histories. Descobreix ara