Capítulo 9: Perlines

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Aún de encontraba dormida no podia creerme que apenas tenía 17 bueno no se cuando los cumpla en verdad estaba alucinando sólo esperaba no meterme en problemas por esto.

Dormía plácidamente en el lecho marino, tremendo susto que se ha metido con ese tiburón, hay que enseñarle tanto de este mundo. Revise todas nuestras provisiones para ver cuantos días sobreviviríamos, conté todo y restando lo de hoy nos alcanzaría para unos 4 días mas.

Escuche un ligero quejido que provenía de aquella Sirenita y abrió sus ojos y se levantó, me quedo de piedra al ver sus ojos.

--¿Estoy muerta?-- se vea los brazos y todo el cuerpo-- ¿Lucas a ti también te comió el tiburón?-- reprimi una carcajada y le seguí el juego.

--A si es, ahora estamos en el lugar donde van las almas de nosotros los del mar-- la mire a los ojos.

--¡Nooo!-- vi terror en sus ojos-- ¿qué le voy a decir a papá y a mamá?-- se agarraba su cabeza-- ¿qué le diré a Marc?-- ¿quien era ese? no pude evitar enojarme por su mención, ¿acaso era su pareja?, era lo más lógico, Nanami es una chica muy bonita como para que ningún chico la haya cortejado. Me sentía frustrado.

--Tranquila, el tiburón no te comió-- deje de mirarla-- a ninguno de los dos, aún estamos vivos.

--¿Que?-- susurro y se dejó caer en el suelo. Ok creo que me había pasado, su cara reflejaba una tristeza que hizo que mi corazón se estrujara.

--Perdón, sólo quise gastarte una broma-- su color se había ido y si no me equivocaba estaba llorando.

--Lucas, eres peor que Marc-- me dijo y se echó en el suelo.

--¿Quien es ese?-- pregunte, la curiosidad me mataba.

--No te importa-- me contestó enojada.

--Oye si te enojas por lo del tiburón no es mi culpa ni para que te desquite conmigo, es obvio que todos saben que un tiburón no te ataca.

--Oh tal vez olvidaste el pequeño detalle de que yo no soy una de ustedes-- me grito-- apenas si llevo horas aquí abajo y no se porque estoy aquí.

Ahora me sentía de lo peor yo tuve toda una vida para adaptarme a esto pero ella no y estábamos aquí peleando por un tiburón.

--Eres peor que mi hermana Nanami--me rendí y la deje en paz, se que será difícil pero me agrada molestarla, una vez mamá me dijo que si molestabas mucho a una chica significaba que te gustaba. Si mi mamá estuviera aquí me golpeara con una medusa por molestar a una hermosa chica.

Vi que su semblante cambiaba y se relajaba.

--Lo siento-- se debatió entre preguntar o no-- ahora que tu sabes mi enorme secreto me contarás de ti-- Había cambiado de postura tan rápido.
Las mujeres son horribles.

--Te la contare, pero no ahorita.

--¿Que tal mañana?-- chica lista, estaba utilizando mis propias frases.

--Algún día, sirenita-- apreté su cachete.

--Que malo-- hizo un puchero-- ¿por qué me llamas sirenita?

--Porque eres pequeña e inocente.

Logramos comer algo y decidimos seguir con el viaje, no quería arriesgarme a que Anom nos encontrará, pata ser sincero él tenía razón con respecto a mi acompañante ella era un raro tesoro y no podía dejar que nadie la viera o podría ocurrir muchas cosas, había tantos peligros en el océano y ella no sabía cuidarse aparte de que deseaba que nada malo le sucediera. En estos días que la he conocido y que he convivido con ella a hecho que mi corazón volviera a latir, que lo que yo creía muerto revivió y esa pequeña me estaba robando lo más importante de mi cuerpo... mi corazón.

Era amable, divertida enojona...simplemente no tenía palabras para describirla.

Nos estábamos acercando al pueblo por lo que hacíamos unas cuantas paradas en Posadas no muy caras, aunque no podíamos darnos muchos lujos ya que no teníamos el suficiente dinero para pagar cosas muy caras sólo lo esencial como su ropa y una capa a decir verdad lo que llevaba puesto era muy raro y llamativo por lo que decidí comprarle nueva ropa y algo para cubrir la nadie sospecharía que era igual a su reina.

--Bien llegaremos a esta posada sólo estamos a poco de llegar al Palacio-- me diriji hasta el señor que atendía el lugar para pedir un cuarto-- necesitamos un lugar donde quedarnos señor.

--Tengo un lugar muy bonito para una linda pareja-- pude ver como Nanami sonreía y veía al señor desde la sombra de su capa. Aunque siempre hacía eso, a todos los lugares que visitamos siempre nos confundían con una linda pareja que acababa de celebrar su unión, la primera vez sacó mucho de onda a la chica que me acompañaba por lo que tuve que explicarle y después de ponerse roja lo entendió por lo que a este punto ya estábamos muy acostumbrados-- aquí se paga con perlines por lo que son 5 vorlines joven.

--¿Tanto?-- pregunte en sorpresa, eso era mucho y no alcanzaba a pagar esa cantidad.

--Se celebrará el cumpleaños de la reina por lo que el lugar esta lleno y sólo me queda ese cuarto.

Me sentía frustrado no tenía tanto, si a caso tenía sólo dos, todo el viaje tuve que pagar en orlines y no perlines, Nanami se me acerco a preguntar.

--¿Qué son perlines?-- se quitó la capucha y logré ver como el señor se sorprendía, sólo que no supe si fue por su belleza o porque no sabía que eran perlines. Antes de llegar al lugar decidimos que ella debía cambiar de apariencia para que nadie la reconociera aunque no había cambiado mucho logramos que no se pareciera tanto.

--Su chica en verdad es hermosa-- dijo con asombro, Nanami le dio una calida sonrisa agradeciendo el cumplido-- esta bien se los dejaré en cuatro vorlines pero es lo menos que puedo hacerlo.

--¿Señor si no es mucha molestia podría explicarme que son los vorlines?-- pregunto y el la miro con asombro-- no soy de por aquí por lo que no se muy bien que es-- ¿y ahora que?, si él se daba cuanta estábamos acabados pero no hizo caso de la confusión de ella sólo le respondió amablemente.

--Ya veo, nunca tenemos a personas nuevas por el lugar-- si supiera-- son perlas violentas cariño, en todo caso son 4 las que me deben dar para quedarse aquí.

--¿Cómo estás?-- metió su mano a su extraña bolsa y sacó un puñado de perlas de diferentes colores aquel hombre se quedó de piedra al ver toda esa cantidad, había verdes, azules violentas, anaranjada, Santo cielo tenía rosas y doradas, ¡que demonios! Empezó a contar las violentas para dárselas al hombre.

--Santo cielo-- parecía que le iba a dar un ataque al igual que a mi-- ¿de dónde ha conseguido todo eso?-- trataba de tomar una perla, ver tanto dinero en su mesa era un acontecimiento poco inusual, en cambio aquella Sirenita ni se inmutaba, ella sólo las veía como perlas normales.

--Bien señor, le pagaremos-- tome las cuatro perlas violentas y se las di, rápido tome las demás y la guarde.

--Señorita, ¿puedo obtener una dorada por favor?, los dejaré quedarse el tiempo que quieran sólo-- tartamudeo-- deseo una dorada.

Nanami y su inocencia se la dio y el apenas si la tuvo en su mano la aferró a su cuerpo, si no creyera que ella en verdad no sabía su valor ya me abrirá muerto del susto, acaba de entregarle a ese hombre el dinero de varios meses de arduo trabajo así como si nada. Esta claro que era su día de suerte.

Rápido me la lleve de allí antes de que le entregará todo nuestro dinero. Entramos al lugar y la empecé a bombardear con preguntas.

--¿De dónde sacaste todas esas perlas? ¿Sabes lo que acabas de hacer? ¿Por qué no me dijiste que traigas eso contigo?-- y asi seguí hasta que me calló.

--¿Estás?-- las saco y las puso en la cama-- son perlas Lucas-- me dijo como si fuera tonto.

--Nanami todo este tiempo hemos estado pagando con orlines y tu llevabas perlines contigo, ¿sabes lo que vale esto?-- ella negó.

--¿Esto es dinero?-- pregunto confundida y yo asentí-- lo lo sabía, creía que eran perlas normales.

--Si no te conociera creería que estas jugando.




PERLAS DE MAR👑Where stories live. Discover now