Capítulo 38

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Nada es para siempre, ni los momentos más terribles, ni la felicidad que te hace estallar el pecho

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Nada es para siempre, ni los momentos más terribles, ni la felicidad que te hace estallar el pecho. Nada. Y es bueno saberlo para que después no anden con que a Chuchita la bolsearon.

Esa mañana estaba siendo muy productiva. Carlos se dedicaba a revisar unos examen, que en su opinión eran un desastre, y yo estaba en la pop. Llevaba casi una hora cargando la página cada tres segundos para ver si algo nuevo llegaba a mi correo.

Estaba empezando a desesperarme por no tener una respuesta positiva de alguna editorial. El plazo de meses me parecía más que suficiente para ser aceptada. Tampoco era que esperara un testamento, me conformaba con un simple:

Margarita, le vamos a publicar su libro para que ya deje de estar llorando.
Atte. La editorial.

Dos reglones. Ni yo que escribo a la velocidad de una tortuga ocuparía más de media hora en ese par de oraciones.

—¿Alguna novedad? —me preguntó Carlos sin esconder la burla al verme dar por millonésima vez clic en el mismo botón.

—Se me hace que la pop anda fallando —deduje para no tener que aceptar que no llegaba lo que quería.

—En sus manos no lo dudo —soltó como si nada. Me preparé para decirle que yo no tenía la culpa de que esos aparatos dieran tantos problemas cuando tocaron a la puerta.

—Te salvó la campana —grité mientras volvía a lo mío en lo que él atendía. Llevaba dos minutos sin revisar novedades.

Recibidos. Nada.

Debía tener paciencia, esperar un sí entre tanto no, pero era todo menos sencillo.

—¿Por qué tan feliz?

La voz de Carlos me obligó a girarme hacia la entrada. Supuse que se trataba de Natalia, y no me equivoqué. Lo que no entendía era porque venía con esa sonrisa que parecía no caber en su rostro.

—Tengo algo que contarles —anunció ella sin ocultar la emoción en sus palabras—. Es muy importante.

—Soy todo oídos —le dije para que soltara la sopa, ya me había picado la curiosidad y para que dejara de importarme tenía que volver a nacer—. Oye, si es algo muy largo, ¿puedo ir a preparar un café?

Ella rio negando con la cabeza antes de darme un beso en la mejilla y colocarse al centro de la sala como si fuera hacer un anuncio oficial.

—No, no le robaré mucho tiempo —me explicó, aunque más bien me pareció que no quería perderlo—. Aunque sí voy a tener que hacer un resumen de un par de sucesos para explicar lo que he venido a contarles.

—Tranquila, Natalia, parece que en cualquier momento vas a desmayarte —intervino Carlos al notarla hablar tan rápido.

—Estoy a esto de hacerlo —le respondió divertida mientras sus manos  dibujaban una distancia de unos milímetros—. Bueno, debo empezar por el inicio.

Margaret perdida en WattpadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora