Capítulo 11

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22 DE OCTUBRE DE 2015
LUKE HOWLAND


He de llamarme mentiroso si admito que Weigel no fue mi verdadero amor, siendo honestos, fue la persona que más completo me hizo sentir, sin importar lo que hizo, ella fue uno de los motivos por los cuales quise seguir, tal vez tenía harto a André de tanto que le hablaba de la chica y solo me contestaba para no hacerme sentir mal.

Quizás al inicio no fui tan bueno tratando de demostrar que en serio quería cambiar muchas cosas de mí para poder estar bien con ella, pero no todo sucedía de la noche a la mañana. Pensaba en ir recorriendo el camino paso a paso a su lado hasta que llegara al punto en que yo mismo me dijese "lo logré".

Sin embargo, cuando estaba a lado de ella, dos facetas mías aparecían, el que trataba de llenarla de detalles y el que no le importaba proporcionarle alguna escena de mis adicciones.

—Pareces chimenea— ella comentó mientras mecía de alguna forma infantil nuestras manos entrelazadas. Y es que solo Dios sabía cuánto amaba sentir el toque de su mano con la mía.

—Y te encanta— sonreí, afirmando con seguridad aquello, haciéndole saber que ya sabía que a pesar de que ella arrugara la nariz, la imagen que tenía en frente le gustaba.

—Narcisista— ella formuló con diversión.

—Lenta — me acerqué hasta su oreja para poder atrapar su lóbulo entre mis dientes y darle un beso al mismo tiempo para que mi piercing chocara contra su piel, ella respondió con un pequeño gruñido.

—No hagas eso, me da cosquillas — reprendió y reí entre la acción para repetirlo —. ¡Luke!

Weigel chilló y me alejé, pero no para detenerme, sino, para poder traerla hacia mi cuerpo aún con nuestras manos entrelazadas, ella me miró con el ceño fruncido y aproveché para poder rodearla con mi brazo libre, puse su cabeza contra mi pecho y, esta vez, llevé mis labios hasta la parte trasera de mi oreja, el frío metal de mi arito causó que se removiera y dejé un pequeño beso en aquel lugar sabiendo que le causaba cosquillas, observé como su piel se erizó y no pude evitar reírme para después morder su lóbulo.

—Ya detente — suplicó, pero hice caso omiso —. Pushi...

A penas escuché el peculiar nombre que usó, me separé de ella. La miré con el ceño fruncido e hice una pequeña mueca. No estaba enojado, en lo absoluto, sólo que me traía recuerdos que por el momento no quería que llegaran a joder.

—Ni se te ocurra — advertí —. Suficiente tengo con la perra de mi prima llamando y enviándome mensajes las veinticuatro horas diciéndome así para que lo hagas tú también.

—Pushi suena a nombre de gato — confesó, haciendo un mohín con ternura —. ¿Por qué te dice así?

—Es una larga historia — gruñí rodando los ojos, porque en realidad así era.

Zach me jodía de esa forma sólo para poder sacarme de quicio, la verdad es que nunca entendí el porqué le gustaba verme cabreado, no sabía si era algún tipo pacto para poder seguir siendo guapo o simplemente porque siempre fue tan estúpido que le gustaba observar como mis gordas mejillas se ponían rojas de lo enojado que estaba y le comenzaba a tirar cualquier cosa que estuviera a la mano.

Mientras Jane lo hacía de forma cariñosa, sólo porque venía de Zach, aunque ella no sabía el efecto que eso tenía en mí.

Al repetir eso en mi mente, no pude evitar soltar una risa, no cualquiera, no era una de ironía ni de sarcasmo o nostalgia, era una risa de diversión por la gran diferencia que había entre ambos.

ANTES DE ELLA © #3  [✔] Nueva versión próximamente en físico.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora