Capítulo 19

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5 DE DICIEMBRE DE 2015


Algo que odiaba y siempre odié de este instituto era que, si una día no había clases por el cambio climático o por alguna junta institucional, reponían las clases un sábado, y claro el pasado veintisiete de noviembre los docentes se habían reunido por necesidad y decidir dar clases hoy.

Hermosa y bendita educación.

Sarcasmo.

Solté un suspiro y pasé por mi rostro una palma de mi mano mientras que la otra sujetaba el pequeño dispositivo. Mis pasos fueron lentos mientras intentaba ir contra corriente entre los estudiantes que salían de sus clases para ir directamente a la cafetería, salí del tumulto de personas y miré a cada una de las mesas que estaban en el jardín delantero. Mis ojos cayeron en la chica y apreté mis manos en puño para darme el valor de acercarme, mis pasos fueron firmes y decididos.

No estaban sus amigas, solo se encontraba ella con su computadora portátil. Me senté a su lado sin ningún aviso y rápidamente giró su cabeza hacia mí. Sus labios se entreabrieron y su mirada fue de sorpresa, le di una sonrisa a medias sin saber que decir con exactitud.

—Me sirvieron, muchas gracias — pronuncié, dejando el USB sobre la mesa.

—De nada — sonrió —. Si necesitas algo más, puedes decirme.

—De acuerdo... — asentí — ¿cómo es que te llamas?

La pelirroja se sonrojo y bajó su mirada hasta el suelo, luego de unos segundos; la alzó.

—Annie — lanzó de forma baja, estaba cohibida y sentí un poco de pena.

Ella de alguna forma -inexplicable-, me había ayudado con mis trabajos para que no me llevara a extra la materia. Annie me conocía, sabía de mi presencia y, sobretodo, estuvo pendiente de mi ausencia la semana pasada cuando yo... yo a penas me acababa de enterar que existía. Así que sí, me sentí mal y culpable.

Su nombre se me hacía conocido, en lo más profundo de mi mente, había un vago recuerdo de una chica pronunciándolo, pero no tenía idea de quién. Intenté descifrarlo, pero fracasé a penas lo intenté.

—Bien, Annie — reafirmé su corto nombre y dirigí mi atención a ella, puse mi codo sobre la mesa de rejillas y apoyé mi mejilla contra mi puño —. ¿Por qué lo hiciste?

La pelirroja soltó un suspiro y cerró su computadora portátil. Hizo sus cosas a un lado, yo me quedé observando sus movimientos, sus libretas de color azul pastel y bolígrafos de algunos colores desbordaban de su lapicera blanca, cogió su mochila y mi ceja se arqueó por lo alto, ella comenzó a guardar todas sus cosas dentro de esta y la colgó sobre su hombro.

Por un segundo creí que se iría, sin embargo, terminó apoyándose contra la orilla y mirarme con sus ojos claros. Mi rostro se relajó y nos quedamos en silencio unos segundos, yo fruncí mis labios y pensé si tendría que volver a repetir la pregunta. Sino fue hasta que ella habló.

—Sé que puedes reprobar, es horrible irse a extra por una materia que al parecer es algo fácil, me alegra tanto que si las hayas usado, me agrada saber que al menos te ayudé, puede que un poco, pero lo hice. A parte, tienes demasiadas ojeras, se ve que no descansas bien.

La comisura de mis labios se elevaron y reí de forma irónica, aunque no trataba de dar a entender que fue graciosa su acción, simplemente había salido porque me parecía increíble que estuviera haciendo estas cosas por alguien a quien conocía solo de vista.

—No fue poco, para nada — negué y rasqué la parte de mi labio inferior donde yacía mi piercing—. Honestamente, me salvaste el trasero.

Ella echó una risa y ocultó su rostro mirando hacia su regazo.

ANTES DE ELLA © #3  [✔] Nueva versión próximamente en físico.Where stories live. Discover now