La solución es el retorno al paganismo, el extender una libertad sexual plena y renunciar al proyecto del fetiche de la modernidad. Pero no lo vamos a hacer. No lo vamos a hacer porque somos fanáticos religiosos fundamentalistas de la religión del capitalismo y del progreso. Como dijo el gobernador adjunto del Estado de Texas: debemos dejarnos morir por el progreso. Somos yihadistas del capitalismo. El progreso y la modernidad, así es, una religión civil cuyas raíces comparte el capitalismo con el marxismo. Preferiremos una hecatombe horrible antes que renunciar a nuestra religión del progreso. Queremos que la ciencia, nuestro chaman, nuestro gran brujo, nos dé una solución rápida para seguir embalados en nuestro fetichismo del progreso sin cambiar nuestra horrible manera de ser. Quizás funcione con el coronavirus. Pero tarde o temprano ese remedio no va a funcionar con otro virus, o con otro problema ambiental. Eso no se va poder. Vamos a tener que aprender a renunciar al progreso, porque no es tal, no existe, es un fetiche. Vamos a tener que enfocarnos hacia otro modo de ver la vida.
Amigos, seamos sinceros, la ciencia es un brujo, es el medico brujo de nuestra aldea, la ciencia es un dogma, los científicos son ignorantes doctos, su interés es simplemente conservar el cuerpo de su dogma intacto, y, por ende, la ciencia está al servicio del fetiche del progreso y los intereses militares. Por eso es algo que debe ser reformado. El coronavirus nos debe hacer pensar el mundo de otra manera.
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LA FILOSOFÍA DEL CORONAVIRUS
Non-FictionDescubra la causa de la pandemia de Coronavirus de los años 19 y 20 del siglo XXI. Lo invitamos a saber la causa última de esos eventos.
