LO QUE DEBIMOS HABER HECHO CONTRA EL COVID-19

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 Y LO QUE HAREMOS EN EL FUTURO

1. Debe haber un ministerio llamado: Ministerio contra epidemias y catástrofes. Este servicio público debe correr muy aparte de los ministerios de salud y de defensa, pero en coordinación con ellos.

2. Este ministerio debe acumular durante años, en previsión a un evento catastrófico local o mundial, un banco de alimentos, debe ayudar a desarrollar o al menos a recolectar drogas antivirales y medicamentos antibióticos. Debe construir sendos complejos hospitalarios prefabricados listos para emergencias. Que no se repita la historia del año 2020 en Colombia, la alcaldesa y el ministro de salud visitando el podrido y abandonado hospital San Juan de Dios que los gobernantes fueron a mirar cuando estaban cogidos por la pandemia para percatarse, por enésima vez, de que el sitio estaba derrumbado. Convirtieron un centro deportivo y el hotel Hilton en un par de hospitales improvisados en medio de la ciudad, en medio de la ciudad cuando deberían estar lejos de la gente, ¿qué es esto? Esto es el país de la improvisación. Ineptos y mediocres elegidos por otros mediocres, gente que no sabe que esto ya había pasado en esta misma ciudad de Bogotá en el año 1918 cuando igualmente todo fue una improvisación que se cobró 5 mil muertes —sólo durante los primeros quince días—. Han tenido suerte de que el coronavirus sea tan poco letal y tan noble, llevándose sólo a 14 personas durante, al menos, los primeros quince días igualmente. Pero eso sí, los líderes políticos no saben más que hablar del fetiche progreso de la modernidad.

En fin. Ese ministerio debe estimular y promover el desarrollo de drogas e investigaciones locales para combatir infecciones virales, al final debe poseer sendas cantidades industriales de medicamentos. Esto debe hacerse sin afanes, con el paso de los meses y años mientras llega pandemia. Los alimentos y drogas que estén por expirar se renuevan y se reparte entre los necesitados, antes de que expiren.

3. Debe haber, a las afueras del país, tres islas de cuarentena.

4. Debe haber, a las afueras de cada ciudad, tres estaciones de cuarentena.

5. Tanto las islas de cuarentena en el mar como los complejos de cuarentena en las afueras de las ciudades deben ofrecer garantías para el bienestar de los enfermos o de los sospechosos de contagio.

6. En los centros de cuarentena debe haber puertas de acceso y sistemas de seguridad iguales a las de los centros de alta seguridad biológica nivel 3 y 4 donde se almacenan virus para su estudio en el mundo porque cada paciente infectado es un portador de la posible destrucción en masa. La seguridad debe ser como la de los centros de reclusión de máxima seguridad, pero con presencia de la prensa para verificar el trato humanitario y con la mejor calidad de vida, incluso, de ser posible, se debe permitir la vida sexual de los miembros de la cuarenta siempre que no sea resgoso para el contagio. En el interior debe haber dos alas, una para los enfermos que no estén graves, recién llegados de vuelos desde países sospechosos, o para los sujetos bajo simple observación, todo con salas dotadas de comida, duchas, espacios deportivos tales como bolos, etc., debe haber comunicaciones y abundante recreación. La otra ala del complejo debe ser para pacientes realmente enfermos, es el ala de cuidados intensivos.

Con menos de la mitad de lo que se ha incautado al narcotráfico se podría hacer esto, claro, si los empleados públicos no se robaran el dinero, es decir, si se elimina la corrupción.

7. Durante la menor sospecha de epidemia en un país, los pasajeros que regresen a su patria provenientes de los vuelos internacionales originados en ese país son sospechosos de estar contagiados, no hay excepciones ni coronas de oro, todos son sospechosos, por ende, los pasajeros de esos vuelos deben ser pasados del aeropuerto directamente a unas estaciones de cuarentena a las afueras de la ciudad hasta que se descarte su contagio. Cada aeropuerto debe tener una carretera que conduzca a los sospechosos de contagio a esos complejos de cuarentena. De otro modo se usarán helicópteros. LOS QUE SEAN SOSPECHOS DE CONTAGIO NUNCA DEBEN SER DEJADOS EN CUARENTENA EN SUS CASAS. Esa es la idea más criminal y estúpida que una sociedad mediocre puede concebir. Eso es signo de improvisación. Llevar un infectado a su casa es llevarlo a matar a su propia madre y al resto de su familia para extender el pánico, obligando a que todos se encierren en sus hogares hasta que sus hogares se conviertan en sus tumbas de encierro. Esa no es la solución. Japón supo hacer lo correcto. Se encapsulan los contagiados milimétricamente y se sacan lo más lejos que sea 'posible del perímetro, de ser posible a una isla, y si no, a las afueras de la ciudad en complejos de alta seguridad biológica.

LA FILOSOFÍA DEL CORONAVIRUSWhere stories live. Discover now