Monstruo.

Capitulo 20.

La mañana era un tanto fría y lluviosa, pero debía admitir que le gustaba, así como también extrañaba sentir el calor del sol en Florida. De algún modo no se arrepentia de haber ido, le gustó estar con su tía y pese a que no tenían una relación tan íntima le dolió hasta cierto punto saber que despues de la graduación ya no tendría oportunidad de volver a hablar con ella.

Despues del viaje Bella prácticamente la ignoraba y la mataba con la mirada cada que podía y Liza podía asegurar que se debía a la charla que la castaña había tenido con su madre y que ella culposamente había escuchado. Su madre prácticamente la había reprendido por su comportamiento y le dijo que debía actuar con madurez ante lo que Liza y Edward empezaban a tener, sorprendiendo a la pelirroja.

-Edward está aquí por Elizabeth, ¿Cierto?.- había cuestionado Renee con voz sugerente mientras se acomodaba en la silla recibiendo los rayos de sol gustosa.- Se gustan de verdad.

Bella le habia dirigido una mirada atónita.

-¿Son muy evidentes?.- había preguntado Bella con amargura.

-Vamos, hija. Cualquiera que los viera lo sabria.

Bella habia soltado un resoplido mientras negaba enojada.

-Lo sabía. Maldita Elizabeth.

-¡Bella!.- reprendió su madre mirandola molesta.- Estaba a punto de felicitarte porque creí que habias tomado esto con madurez, pero veo que sigues siendo muy infantil.

-¡Mamá! Elizabeth sabe lo que siento por él, sabe lo que sufrí y aún así lo quiere conquistar.- se había quejado la castaña, mientras Liza se contenía por no ir a golpearla.

-Ay, hija. Sabía que eras distraída, pero no sabia que tanto. O tal vez es por ese obdesivo y dañino amor que sientes por él que no te hace ver bien.

-¿De que hablas?

-No es Liza quien lo quiere conquistar, es Edward.- aseguró.

Bella la miraba atónita y con la incredulidad tatuada en su pálido rostro. Empezó a negar frenéticamente.

-No es verdad. Es imposible. Edward...

-¿Aún te ama?.- habia preguntado con tono de burla.- Bella, ya es momento que empieces a madurar y entiendas que él ya no te ama. Sigue con tu vida, él no es el único hombre que existe.

-Mamá, no entiendes. No puedo vivir sin él.

-Si, si puedes. ¿Porqué haces esto?¿Porque te aferras a él aún cuando el fondo sabes que ya no te ama?.- cuestionaba su madre sin entender esa obsesión de Bella.- Ay, hija. Él fue tu primer novio y te aferraste a él con uñas y dientes, ¿Que tiene él que que no tengan otros?

Inmortalidad. Había pensado Liza, pues sospechaba que eso era lo que Bella en verdad quería.

-Yo lo amo.

Renee suspiró con cansancio, hablaría con su ex esposo para que mantenga bien vigilada a su hija, pues ella, pese a que sus palabras habían sido duras ella, no parecía entrar en razón.

-Soy tu madre. Así que no quiero quejas de lo que voy a decir.- su voz se había elevado y la miraba con seriedad.- No quiero que intervengas en lo que está naciendo entre Edward y Liza.

Aquello había sorprendido tanto a Bella como a Liza, quien aún se mantenia escondida al un lado de las puertas corredizas para salir a la terraza.