- ¿Por qué me ayudas ahora, Harrison?- Preguntó ella, mirandome con esos curiosos ojos cafés. Ni siquiera podía decir la verdad, y si lo hiciera, ella no me creería. - Sólo... sé que quiero reparar todo el daño que hice- Mentí. Ni siquiera era mi culpa estar en este cuerpo, no era mi culpa que de pronto toda la vida de Harrison Tate fuera la mía. - Escúchame bien, en lo que a mí concierne- Ella dio un paso al frente y entrecerró sus ojos mientras me miraba- Tú no te mereces ni mi perdón ni el de nadie, y si los demás son listos, no creeran en tus malditas palabras, ya no más, Harrison, no volveré a caer en tus juegos absurdos. Sin nada más que decir, ella dio media vuelta y se fue, dejándome estupefacto. Ella era de las únicas personas en Dwight School con la valentía para decirme a la cara la basura que era Harrison, y es por eso... que ella estaba volviendome loco. © Todos los derechos reservados
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