Capítulo 14

2 1 0
                                    

Mis ojos se abrieron con dificultad y casi con pereza, mi cuerpo dolía un infierno y a penas sentía que podía levantarme.

- Cariño... ¿Estás bien?- La dulce voz de mi madre me sobresalto.

Me reincorporé en la cama de golpe, pero de pronto no la sentí tan grande como habitualmente me había acostumbrado a sentirla, era una cama mediana, las sabanas eran conocidas, eran...

La puerta se abrió interrumpiendo mis pensamientos, mamá apareció con una bandeja llena de comida, ella me sonreía con dulzura. En cuanto vi a mamá, vi la puerta de la habitación, vi los muebles, vi las cortinas... era mi habitación, MI habitación... estaba en mi casa.

- Cariño, ¿Estás mejor?- Susurró mamá dejando la bandeja encima de uno de los muebles, ella se acercó a mí, se sentó en la cama.

Acerqué con dificultad mi mano a ella, y pude notar... que esta no era la mano a la que me había acostumbrado ya.

Me puse de pie con rapidez y corrí al baño, ignorando los llamados de mi madre. En cuanto me vi en el espejo, una sonrisa apareció en mi rostro, nunca había estado tan feliz de ver mi rostro en el espejo o mi sonrisa con brakets, esta era una de las mejores apreciaciones que he tenido en toda la semana.

- Tommy, ¿Qué ocurre?- Preguntó mamá preocupada, adentrándose en el baño.

Enseguida la miré, ella tenía el ceño fruncido y lucía muy preocupada. Sonreí enormemente y la abrasé, la abrasé con todas mis fuerzas, ella correspondió a mi abrazo.

- Te extrañé tanto- Susurré sollozante- Te amo, mamá... te amo muchísimo.

Mamá soltó una risita y acarició mi cabello.

- Realmente debes estar enfermo- Rio ella y se separó de mí para examinar mi rostro- ¿Qué ocurre contigo?

- ¿No me amas?- Pregunté divertido.

- ¡Eres idiota! Te amo, eres mi Tommy, mi pequeño... ¿Cómo no amarte?- Rio ella y volvió a abrazarme.

No dije nada más, esas eran las únicas palabras que me hacían falta oír.

Tomé desayuno con mi mamá en el comedor, me pillizqué miles de veces para asegurarme de que no era ningún maldito sueño. Estaba tan malditamente feliz.

- Hijo, estaba pensando... que si realmente quieres volver a Chile yo podría...

- Mamá... eso no será necesario- La interrumpí con una sonrisa en el rostro- Chile era mi hogar, el mejor lugar en el que he estado, sin embargo... ya está en el pasado.

Mamá me miró sorprendida, pero poco a poco una sonrisa apareció en su rostro.

- Nunca te agradecí por haberte quedado conmigo cuando papá tomó otro camino- Comencé a decir bajando la mirada- Nunca te agradecí por ser la madre tan increíble que eres... asique gracias, gracias por todo, mamá.

Miré a mamá, vi como una pequeña lágrima cayó por su mejilla, ella tomó mi mano y la apretó.

- Y... ya tenemos que forjar nuevas raíces- Solté una risita- Los neoyorkinos son un asco, les hace falta gente como nosotros.

Mamá se echó a reír al igual que yo. Esto era todo lo que necesitaba, sin embargo, aún me quedaban dudas dando vuelta, y por sobre todo, aún sentía el dolor de haber perdido a Emma.

...

Toqué con desesperación el timbre de la casa de Harrison, a los minutos apareció Rose.

- Hola Rose- Le sonreí alegremente antes de caer en cuenta que ya no era Harrison.

- Disculpe, ¿Quién es usted, jovencito?- Preguntó Rose frunciendo el ceño.

- Él es mi amigo, Rose- La voz se Harrison se hizo audible.

Rose miró a Harrison y le sonrió levemente, él... sorprendentemente también le sonrió.

- Entra, Tom- Dijo Harrison.

Entré en la casa. Harrison y yo subimos a la habitación con naturalidad, sin hacer mayor escandalo, sin embargo, cuando llegamos a la habitación y cerramos la puerta, ambos comenzamos a gritar como locos mientras nos abrazábamos.

- Lo logramos, pequeño infeliz- Rio Harrison mientras me abrazaba- Hemos vuelto al fin.

- Lo hicimos- Susurré sonriente.

Ambos nos separamos y nos sonreímos con alegría. Puedo decir, después de todo esto, que Harrison Tate terminó siendo uno de mis amigos, no tan bueno como Finn... pero mi amigo a final de cuentas.

- Extrañaré a tu madre- Harrison sonrió de lado- Hace unas galletas deliciosas, y también da buenos abrazos.

Reí divertido y le sonreí.

- No tienes porque dejar de ver a mi madre- Sonreí de lado. Vi su mirada esperanzada aparecer de inmediato- Somos amigos, ¿No? Puedes venir cuando quieras, además... eres novio de Hannah, siempre serás bien recibido en casa.

- Somos amigos...- Susurró él bajando la mirada- No creí que sucediera.

- Dímelo a mí- Reí divertido- Yo fui el niño golpeado.

Ambos reímos divertidos, Harrison palmeó mi espalda y me sonrió.

- Esta mierda no fue taaaaan terrible después de todo- Harrison rodó los ojos mientras hablaba- Hice un amigo, y tú hiciste un amigo por mí... hiciste más de lo que puedo pedir, gracias... Tomás.

Sonreí de lado. Harrison Tate no era el idiota que todos creían que era, era más que eso, claramente era un bastardo egoísta, pero... ¿Quién no lo es?

- Gracias a tu buena imagen tuve mi primer novia- Traté de hacer que pareciera gracioso. Claramente fue deprimente- Tú hiciste bastante por mí, en realidad, tu cara lo hizo todo.

- Emma te amará algún día, ¿Sabes? Eres un gran chico- Harrison chasqueó la lengua- Estoy harto de tanta mierda cursi, pero necesito decirte que... eres una de las mejores personas que he conocido, y que seguiremos siendo amigos a pesar de todo.

- Así será- Sonreí.

Tuve dificultades, pero terminé por volver a abrazarlo, él correspondió mi abrazo y finalmente pudimos dar vuelta la página con todo este asunto.

Di vuelta la página para comenzar mi propia historia, la historia de Tomás Schneider.

Fin

¿Dónde está Tommy?Where stories live. Discover now