Capítulo 1

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"Harrison en multimedia"

Es tan cierto decir que los chicos de 14 años a menudo quieren hacerse pasar por mayores, evitar charlas incomodas con mamá, en fin, evitar todo lo que con lleva esa maldita edad. Yo no era la excepción a aquello.

Con tan sólo 14 años, yo; Tomás García. Deseaba ser un chico de 18 años, con mis padres juntos como una pareja común y corriente, deseaba tener una novia hermosa, y ser mucho más agraciado de lo que soy, pues no mi atractivo físico es del asco.

- Tommy, llegarás tarde, Hannah está a punto de irse- Gritó mamá desde la escalera.

Solté un suspiro, me miré en el espejo y le di al espejo mi tan conocida sonrisa con brakets.

Bajé las escaleras con prisa, sabiendo que Hannah no me esperaría ni por un solo segundo, en cuanto llegué abajo mamá me dio un sonoro beso en la mejilla, sonreí con falsedad y me alejé de ella mientras caminaba hacia la puerta principal y le ajitaba mi mano. En mi camino se atravesó Jonathan.

- Buenos días- Dije con frialdad.

Jonathan era el esposo de mi madre, él y su hermosa hija (por la cual tengo un flechazo) son los típicos norteamericanos arrogantes y pretenciosos, aunque Jonathan ya no era tan joven como mi madre, seguía siendo atractivo, sus ojos azules eran encantadores incluso para mí.

- Tommy, sé que es difícil comenzar esta etapa en un país diferente, con gente desconocida y... sobre todo con un padre diferente.

- Tú no eres mi padre- Lo interrumpí abruptamente.

- Tomás- Regañó mi mamá.

Bajé la cabeza.

- Lo siento- Me disculpé falsamente.

Jonathan soltó una risa forzada y dijo que todo estaba bien.

- Ten- Él me extendió un libro, era un libro que se veía algo pesado y grande.

Fruncí el ceño, voltee a mirar a mi madre, ella me sonreía y me hacía señas para que aceptara el "obsequio" de Jonathan. Asique lo tomé entre mis manos y le sonreí falsamente, sabiendo en el fondo, de que un libro es el peor regalo que le puedes dar a un niño de 12 años.

- Gracias, Jonathan- Susurré, con algo de incomodidad.

Jonathan me sonrió.

- No lo mires como algo pequeño, aunque lo creas, tiene un gran valor, tanto sentimental como material- Eso fue lo último que dijo Jonathan antes de que yo me fuera de su vista.

Caminé hacia la puerta mientras guardaba el libro en mi mochila.

Hannah me dejó en la parada de autobus, ella jamás me llevaba a la escuela realmente, sólo fingía hacerlo, ya que Jonathan le había comprado su auto de Barbie sólo con la condición de que me llevara a la escuela con ella, y como ella era mi amor platónico yo guardaba silencio y sólo me limitaba a tomar el autobus.

Cuando llegué a la escuela, vi en el estacionamiento a Hannah y a su novio, Harrison Tate, el chico más popular de la escuela, él y Hannah eran los reyes, y aunque la actitud de Harrison hacia Hannah me molestaba... desearía ser él.

Las clases transcurrieron rápidamente, mi aula estaba muy alejada del sector VIP, lo que para mi era el sector de los chicos de 15 a 18 años. A menudo me colaba en sus aulas y miraba sus clases, ellos tenían cálculo avanzado, y todas las materias en las que yo podría ser el mejor, sin embargo, ellos no disfrutaban aquello.

El día transcurrió con rapidez, fui al estacionamiento, a esperar el autobus, pero Hannah, su novio y sus amigos me acorralaron.

- El hermanito pequeño de Hannah- Dijo Harrison mirándome de pies a cabeza, con una sonrisa burlona. Él miró a Hannah luego de examinarme- No tiene tus encantos, mi amor.

- No es mi hermano- Gruñó Hannah, empujando a Harrison, la mano de Harrison, que antes estaba en la cintura de Hannah, había caído a su costado. Hannah me miró con desprecio- Es el hijo de la zorra que trajo mi papá a Nueva York.

Todo dentro de mí ardió, respiré con pesades, y empujé bruscamente a Hannah, la pillé desprevenida y ella cayó al suelo.

- ¡Mi madre no es ninguna zorra!- Grité con impotencia.

Harrison me miró con furia, les hizo una seña a sus amigos, uno de ellos puso su mano en mi boca y entre ambos me llevaron a la parte trasera de la escuela.

- ¡Suéltenme!- Grité en cuanto quitaron su mano de mi boca.

Me tenían sujeto por los dos brazos, enseguida apareció Harrison, él me miró con burla y enseguida me dio una patada en el estómago. Tosí y sentí el dolor más horrible que había sentido en la vida, ni siquiera la inyección de penisilina había dolido tanto.

Caí de rodillas en el suelo mientras me quejaba.

- Esto te enseñará a no meterte con nosotros, niñito- Fueron las últimas palabras que escuché con claridad de su boca, pues todo lo demás fueron golpes e insultos.




...

- Mamá, duele- Me quejé mientras mamá curaba mi frente.

- Pues lo haré con más brusquedad si no me dices quién le hizo esto a mi bebé- Dijo mamá mirándome con sus lindos ojos, llenos de angustia y dolor.

Bajé la mirada y me quedé en silencio. Harrison y sus amigos por supuesto que me habían amenazado, ellos podrían tener serios problemas si yo habría mi gran bocota, sin embargo, no era la razón por la cual no quería hablar, era sólo que no quería seguir siendo un bebé, ni tampoco quería causarle problemas a Hannah o Jonathan, aún no lo conocía a la perfección, pero estaba segura de que él defendería a Hannah, era su hija después de todo, yo y mamá éramos allegados.

- Sólo me caí- Mentí de la forma menos creíble.

- ¡No me vengas con cuentos, Tommy! Estos son golpes, no seas absurdo- Gritó mamá mientras lágrimas comenzaban a caer.

- Déjame tranquilo, mejor vete- Dije molesto, ella me hacía sentir culpable. Odiaba verla llorar.

Mamá siguió llorando, me dejó las cosas con las cuales estaba curando mis heridas, y luego salió de la habitación.

Miré la mochila sobre la cama, la empujé lejos de mí, al igual que todo lo que estaba a mi paso. Me senté en el suelo y dejé que unas pequeñas lágrimas cayeran por mis mejillas, me sentía realmente estúpido, fuera de lugar. En Chile jamás tuve que pasar por esto, nunca fui víctima de violencia escolar, tenía amigos, grandes amigos, y no era el chico más feo y ridículo de la escuela, ahora sí, ahora todo jugaba en mi contra, el chico más popular de la escuela me golpeaba y la chica de la cual estaba enamorado se burlaba de mí, y sin embargo, a pesar de eso, quería ser como Harrison Tate y quería que Hannah fuese mi novia, no mi hermanastra.

Un haz de luz casi me dejó ciego, achiné mis ojos y me acerqué a aquella luz, que ahora había cesado. Era el libro que me había regalado Jonathan. Temerosamente acerqué el libro, lo abrí con cuidado y vi que las hojas estaban en blanco, sin embargo, luego de unos segundos en la primera hoja apareció una escritura.

"Cuidado con lo que deseas y cuidado con lo que tocas"

Fruncí el ceño, y me reí con burla. No había duda alguna que Jonathan quiso jugarme una mala broma, Hannah y él eran iguales.

Me levanté del suelo con el libro en mis manos, lo dejé en la mesita de noche y ordené todo lo que antes había tirado, me di una ducha y luego me fui a la cama temprano, queriendo dejar atrás el horrible y penoso día que me había tocado vivir.

¿Dónde está Tommy?Where stories live. Discover now