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Egipto < 20 Años Atrás >
Toma hija mía, estos alimentos te ayudarán en tu travesía — hablo paser
— Papá.. — sollozó entristecida — por favor cuida mucho de mi pequeña
Paser asintió con las lágrimas caer de sus ojos junto a Nefertari quien no paraba de llorar, pero con la esperanza en su corazón de volver a Pi-Ramses la mantendría de pié. Una despedida entre Padre e hija fue hecha, un abrazo los enlazo, pero era el abrazo más crudo y amargo para la reina de Egipto o más bien ahora " Ex reina ”.
— Te prometo hija que Ariadna sabrá quién eres, haré que te recuerde y se admiré de lo afortunada que es de tenerte como madre — hablo orgulloso el sumo sacerdote tomando las manos de su hija — le enseñaré todo lo que te enseñe
Nefertari volvió a quebrarse en llanto tras las palabras de su padre, sintiendo como este colocaba un beso en sus suaves manos. Antes de que ella partiera el sacerdote había pedido aún oficial de su confianza llevar a Nefertari a Nubia o al poblado más cercano donde no fuera reconocida, la ex reina subió a la viga afligida por el dolor que la estaba invadiendo al ser separada de su bebé y mirando a su padre una vez más se despidió de él.
Egipto - Pi - Ramsés < Actualidad>
En su majestuoso Trono se encontraba sentado el rey bebiendo de la copa de vino que sostenía su mano izquierda, sin duda el estrés del soberano se estaba reflejando aún más estos últimos días, su rostro se reflejaba que llevaba noches sin poder dormir bien por el tormento de recordar a su esposa, la reina madre estaba llegando a la gran sala del trono quedando ante su hijo.
— Nunca había visto aún rey tan más afligido en Egipto — hablo Tuya al llegar
Ramsés elevó lentamente su mirada hacia su madre quien lo miraba con preocupación por su estado estos días, sabía que el tema de nefertari volvía atormentarlo y debía de hacer algo para detenerlo.
— Si tanto es de tu angustia manda a buscarla — habló Tuya provocando que esté casi se ahogara con el vino
— Por Rha madre, ¡que locura! — se quejó el rey
— Si continúas así mi nieta se dará cuenta de tu tormento — agrego preocupada
— Lo tengo bajo control — aseguró soberbio con una sonrisa — no permitiré que nadie me quite a mi hija
— y Moisés — dijo seriamente la reina madre
La sonrisa de Ramsés se fue borrando poco a poco al oír las palabras de su madre.
