XXIX ° 𝐑𝐞𝐯𝐞𝐥𝐚𝐜𝐢𝐨𝐧𝐞𝐬 °

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Una hermosa mujer egipcia acompañaba al joven Oseias, compartían miradas y sonrisas que Ariadna pudo observar

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Una hermosa mujer egipcia acompañaba al joven Oseias, compartían miradas y sonrisas que Ariadna pudo observar.

La princesa de Egipto prosiguió su caminó para marcharse de la villa, su presencia fue notada por Oseias pero no lograba distinguir de quiénes se podrían tratar por las túnicas que portaban.

Durante todo el caminó al palacio Ariadna estaba cabizbaja, hecho que percató su dama de compañía, por un lado estaba más contenta de regresar al reino que estar en la villa de los hebreos corriendo riesgo de que el soberano la castigará por haber accedido a las locuras de su señora pero por otro lado se sentía mal por la princesa, sabía que ella anhelaba ese encuentro con el esclavo hebreo.

Antes de decir una sola palabra fueron acorraladas por Yunet, el tiempo no le había hecho ningún cambió para su vida en las calles, seguía igual, pobreza y hambre.

-Ya era hora de que regresaras Ariadna - llegó ante ellas.

- Si viene a perturbar a mi señora es mejor que se marche - intervino Amonet pero fue detenida por la princesa.

- Veo que el tiempo te cayó bastante bien nieta, sin duda heredaste la belleza de Nefertari - agrego firme Yunet.

- La última vez que hablamos me habías dicho que mi madre estaba viva - dijo mientras la miraba caminando hasta ella.

- Y es la más pura verdad, pero por lo que notó sigues contenta con el rey, por culpa de Ramsés creciste sin tu madre! -dijo nada contenta.

- ¡Basta! - exclamó fragilmente - ¡Mi padre nunca me mentiría! el amaba a mi madre....

- Se que tu padre estaba loco por Nefertari pero te equivocas en el hecho de que tú padre es sincero contigo Ariadna. - dijo sería - ¡Tienes que creerme!

Yunet la había tomado de sus brazos suplicando que creyera en sus palabras, los ojos de la princesa se cristalizaron por las lágrimas.

Un Amor Prohibido Where stories live. Discover now