Las últimas órdenes del rey habían sido claras, sin saberlo había cometido una decisión errónea nuevamente, y una vez más todo egipto sufriría las consecuencias. . .
Si todo continua igual, es porque Ramsés cambió de parecer - habló Aarón.
-Tal y cómo Dios dijo que lo haría -dijo preocupado
- Entonces hermano, que haremos? - preguntó el hermano mayor del libertador.
- Has lo que ordenó el señor - se giró hacia Aarón y este enseguida asintió las palabras de su hermano menor.
- Confieso que esto va ser divertido, tanto tiempo llamándonos piojosos a los hebreos, y ahora ellos serán infestados - hizo una leve risa.
- Aarón no hacemos esto por diversión - habló Moisés.
- Lo sé y disculpa - sonrió - pero es que no pude resistirlo.
- Vamos Aarón, extiende tu callado y hiere al polvo de la tierra para que se convierta en piojos por todo Egipto - agregó firme sin apartar su vista.
Aarón asintió obedeciendo las palabras del ex príncipe, su mirada fue elevada hacia el cielo junto con su callado . . .
Que se haga la voluntad de Dios - murmuró.
Y así fue hecho.
Del polvo de la tierra comenzaron a brotar cientos, miles de piojos.
Sería una plaga tan insoportable y aterradora para todos los egipcios, el miedo a los piojos los hacía tener una cuidadosa y primordial higiene.
La gente estaba apavorada, corrían sin sesar del miedo a ser infestados, pero no tenían salida, la necedad de su rey una vez más les traería sufrimiento.
El caos nuevamente los invadió. . .
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Un Amor Prohibido
Historical FictionNi los propios dioses igualan su belleza Ella es la hija del faraón y yo un simple soldado... Cómo podría una princesa fijarse en un hebreo.....