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Todo parecía volver a la normalidad en la nación más poderosa de la tierra, las cosas en Egipto volvieron a su orden con el regreso del agua
pero ese orden no sería eterno. . . . .
Una nueva indicación de Dios para Moisés había sido otorgada una vez más, una nueva plaga llegaría y un encuentro con el rey se aproximaria
La angustia del Faraón cada vez era mayor .
Padre - llegó la princesa heredera ante el rey haciéndole una reverencia.
- Mi amada hija - la recibió alegré llendo hasta ella para poder abrazarla - no te imaginas lo feliz que me hace verte de pie nuevamente hija.
- M abuelo me comentó que tú y el estuvieron cuidandome, te lo agradezco padre - sonrió ante el rey.
- Daría mi vida por ti hija mía no lo dudes - le devolvió la sonrisa para después volver a su trono - que por cierto deberías estar descansando querida.
- No es necesario padre, con el regreso del agua mi salud mejoró por completo - dijo segura y firme.
- Y que es lo que la futura reina desea - dijo al tomar una de las frutas.
- Quiero ir a revisar las obras y asegurarme de cuántas perdidas tuvimos por la plaga - dijo no tan contenta la princesa.
- De los muertos ya di la orden que fueran embalsamados con honores así que tranquila hija - agregó el rey
- Entonces volveré a mi puesto en las construcciones, con su permiso mi señor padre - sonrió para después salir de la gran sala del tronó.
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