Capitulo 32: "Despedida"

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"Fuiste esa gran etapa en mi vida, donde mis venas a ti perseguían, mi piel deseando olerte, mi mente tan recurrente, yo era tan Feliz ... a un ladito de ti ... Tu fuiste mi vez primera, mi beso, mi ciencia a ciegas, te di todas mis maneras, de ti tanto aprendí ... a quererme."

Antes de leer este capitulo por favor les recomiendo que escuchen la canción: "Vez primera de Carla Morrison" mientras leen este capitulo ... espero sigan las instrucciones ;)

Narra Starfire

Abrazando mi cuerpo, sin volverme, hago un esfuerzo por volar. ¿Adónde voy? ¿Salgo corriendo? ¿Me quedo? Estoy furiosa, las lágrimas me corren por las mejillas y me las limpio con rabia. Solo quiero acurrucarme en algún sitio. Acurrucarme y recuperarme de algún modo. Sanar mi fe destrozada y hecha añicos. ¿Cómo he podido ser tan estúpida? .

¿Adónde voy? A su cuarto, no. A mi cuarto ... no, es mío... era mío. Por eso no quería que durmiéramos juntos últimamente. Sabía que iba a querer distanciarme de él.

Me encamino con paso rígido en esa dirección, consciente de que puede que Robin me siga. El dormitorio aún está a oscuras; el amanecer no es más que un susurro en el horizonte. Me meto torpemente en la cama. Me dejo la sábana puesta, envolviéndome con fuerza en ella, me acurruco y entonces me dejo ir... sollozando con fuerza contra la almohada.

¿En qué estaba pensando? ¿Por qué he dejado que me hiciera eso? No soy Mas qué un héroe. Yo no puedo con esto. Pero es lo que él quiere; esto es lo que le importa de verdad.

Esto sí que es despertar a la realidad, y de qué manera... Lo cierto es que un humano y una Tamaraneana jamás han sido compatibles. Robin no es normal. Me doy cuenta ahora. No quiero que vuelva a mentirme así nunca más. Pienso en el par de veces en que me ha sido indiferente y en lo suave que ha sido conmigo en comparación. Lloro aún más fuerte contra la almohada. Lo voy a perder. Se ira ... No quiere que vaya con el pero tampoco quiere estar conmigo. ¿Por qué, por qué, por qué he tenido que enamorarme de Dick Grayson? ¿Por qué? ¿Por qué no puedo amar a alguien como yo?

... ¿me perdonará? ¿Lo perdonaré yo?

Mi cabeza es un auténtico caos confuso; los pensamientos resuenan y retumban en su interior. Mi subconsciente menea la cabeza con tristeza y la diosa que llevo dentro ha desaparecido por completo. Qué día tan terrrible y aciago para mi alma. Me siento tan sola. Necesito a mi Kanorf Galford. Recuerdo sus palabras de despedida la última vez que fui a Tamaran: «Haz caso a tu corazón, mi pequeña bongorf. Te mereces lo mejor».

He hecho caso a mi corazón y ahora tengo el ánimo destrozado. Se irá ...

Eso es... Se irá. Él no me conviene y yo no le convengo a él. ¿Cómo vamos a conseguir que esto funcione viviendo en el mismo lugar? La idea de no volver a verlo casi me ahoga... mi Robin.

Oigo abrirse la puerta. Oh, no... ya está aquí. Deja algo en la mesita y el colchón se hunde bajo su peso al meterse en la cama a mi espalda.

_Tranquila_ me dice, y yo quiero apartarme de él, irme a la otra punta de la cama, pero estoy paralizada. No puedo moverme y me quedo quieta, rígida, sin ceder en absoluto.

Me abraza con ternura y, hundiendo la nariz en mi pelo, me besa el cuello.

_No me odies_ me susurra, inmensamente triste.

Se me encoge el corazón otra vez y sucumbo a una nueva oleada de sollozos silenciosos. Él sigue besándome suavemente, con ternura, pero yo me mantengo distante y recelosa.

Pasamos una eternidad así tumbados, sin decir nada ni el uno ni el otro. Él se limita a abrazarme y yo, poco a poco, me relajo y dejo de llorar. Amanece y la luz suave del alba se hace más intensa a medida que avanza el día, y nosotros seguimos tumbados, en silencio.

Los Jóvenes Titanes: "Por Siempre Joven" Where stories live. Discover now