17. De acuerdo al plan

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No podía evitar reir por el momento que estabamos viviendo.

Creo que fué una pésima idea decir que venga conmigo aquí. Ahora puedo comprobar que en verdad, hay algunos hombres que no saben cocinar.

Miré a Xav con cierta tristeza...¿acaso alguien no podía ser peor en la cocina que él?, de cierta forma pueden haber más personas, pero no. ¡Había quemado el agua! ¡El agua! ¡¿Cómo es eso posible?!, dí un ligero apretón al hombro de Xav para darle ánimo. El solo miraba con desdén a la olla donde yacía una cierta cantidad de agua.

-Creo que la próxima vez intentaremos con algo sólido-dije divertida, el se volvió a mi con un gran puchero que no hizo más que sacar un suspiro de ternura de mi parte.

-¡No te burles!

Lo miré con diversión. Sus cachetes se inflaron de una manera graciosa, no pude repimir la risa, pero por suerte no estaba como una auténtica foca retrasada.

Pensé en lo mala que era en la cocina, creo que Xav se iguala a mi, en técnicas en la cocina.

Una vez, cuando yo tenía unos...doce o trece años, recuerdo que en mi casa, mis padres habían llegado sumamente agitados por el trabajo, además de cansados. Emma era pequeña, pero decidimos hacerles comida entre las dos.

Ibamos a hacer tallarines, los dejamos en la olla lleno de agua, salimos para que pasaran unos minutos, pero al final nos quedamos dormidas, cuando el olor de algo quemandose me levantó recordamos de inmedato los fideos, corrimos a la cocina, todas las paredes estaban con tallarín quemado, ya no había nada de agua, asi que por lo visto yo tambien era de esas que queman hasta el agua. Emma y yo sacabamos los fideos pegados de la pared, lo malo era que como la pared era blanca había dejado marcas negras y nuestra pared parecía dalmata. Hasta mi padre nos llamó en ese momento y gritaba: ¡¿Qué es ese olor?!, Emma solo respondía: ¡Son los gases, papi, comí mucho frijol a noche!, si que sabía dar sus excusas, no dejamos que entraran a la cocina por nada del mundo hasta que al siguiente día salieron de emergencia por un caso y pedimos auxilio a mi tío Will que ayudó pintando la pared, pero no le fué muy bien con eso...había una araña en una de las esquinas. Aún recuerdo como se cayó al suelo de trasero y salió gritando llamando toda la atención de la gente, hasta una patrulla había llegado por sus gritos.

Volví a mi realidad cuando Xav soltó un largo suspiro.

-No lo hago-dije, pero en segundos, mi risa fué lo que se oyó en toda la cocina, estaba hundiéndome en carcajadas, bueno, estuve sería el mejor término, ya que mis pies no topaban el suelo, estaba en el aire rodeada por unos brazos musculosos. Sentí que mi trasero se acomodaba en la mesa junto al lavabo, entre mis piernas estaba Xav, el cual me sostenía de la cintura.

Me quedé con la boca abierta al darme cuenta de la rapidez con la que logró ponerme en esta posición. Sus ojos que me sorprendía cada vez me miraban de una forma diferente. Una mirada familiar para mi, pero para mi memoria no.

-¿Te seguirás riendo?-preguntó animado.

Claro. ¿Cómo no estarlo cuando tienes a una chica en esta posición?, de cierta forma me recordaba a unas novelas de romance que de vez en cuando solía recordar.

-Depende-dije mordiendome el labio inferior. Levantó sus cejas con curiosidad.

-¿De qué?

-De si vas a seguir quemando agua o me besas.-miré directamente a sus labios. Eran adictivos. Yo, Danna Henman nunca en mi vida había dicho algo como eso.

-Opto por la segunda opción-sus labios salieron en busca de los míos, al rozarse sentí cosquilleo en todo el cuerpo, sus brazos se habían envuelto totalmente en mi. Exploró las posibilidades de tenerme de esta forma. Al separarse de mi, no perdió tiempo, tomó mi muñeca y la subió hasta su boca, dejó besos dispersos en cada zona descubierta.

Lords & Ladies in Conflict  [MAMP#3]Where stories live. Discover now