"Atrapados en el tiempo" [Kimetsu no Yaiba and Trollhunters] ~ Crossover series

☄️ Capítulo 21 ☄️

Continuamos...

Se había levantado de inmediato, sin que nadie de la finca se percatara de su fuga astuta hacia el cuarto de su hermana. Rápidamente, corriendo entre puntillas para no llamar la atención de quienes pasaban por ahí, Tanjiro consiguió entrar a la habitación de Nezuko para poder irse a su lado y lograr viajar nuevamente a Arcadia para reencontrarse con Jim y compañía, pues, el plan que generó sobre reiniciar otra vez el día para que el ojiazul vuelva a la vida, seguramente estaba hecho.

Abrió la puerta para no asustarla y se asomó para verificar si la chiva demonio estaba despierta. Como vio que estaba sentada en la cama, en plena oscuridad de la habitación, sabiendo que su hermano vendría a por ella tarde o temprano. Lo miró con aquellos ojos rosas entre carmesí, reflejando inocencia y pureza, lo cual, para el joven pelirojizo era muy natural en su hermana menor. Fue hacia ella, no sin antes cerró la puerta despacio y con calma, procurando que nadie más lo había seguido por se acaso. Los dos hermanos se habían reunido.

Tanjiro: Nezuko, ¿Estas bien? -preguntó, para que después su hermana asintiera con la cabeza- Lamento haberte dejado sola en la misión. Pero eso no fue motivo para no olvidarte.

Nezuko al ver a Tanjiro lamentando su descuido de dejarla al lado de Arrrgh, ésta para lograr tranquilizarlo, le dio un abrazo. El chico se sintió feliz al ver a su hermana en perfectas condiciones como para que nada le haya pasado mientras luchaba contra la demonio y el troll. Después de esto, entre lagrimas y pena, el ojirojizo le contó todo a la joven demonio, haciendo que ambos se sintieran mal al respecto por la repentina muerte de uno de sus amigos. Para Nezuko, Jim era como un segundo hermano, puesto que, ella cuando se acercó aquella vez a él, pudo ver como los ojos azules del cazatroles eran como los ojos de su propio hermano de sangre, no obstante, las cosas que el chico de azul habia hecho por ella y por Tanjiro, era lo suficiente para considerarlo como alguien puro de corazón, nunca desconfió de ella y menos del pelirojizo desde que se conocieron, habían establecido un lazo de amistad muy fuerte que para los tres era como declararse familia al instante. Jim lo sabía al igual que Tanjiro, se preocupaban por aquellos que no eran como ellos, tenían por lo menos un pedazo de compasión con las criaturas a pesar de no ser de la misma especie. En vista de lo que pasó y regresando al presente, Nezuko comprendió que Tanjiro volvió a generar nuevamente la ruptura del tiempo, haciendo que regresara al bucle en donde estaba todo para que Jim estuviera vivo.

Ya sabiendo esto, el pelirojizo dispuesto a volver a hacer lo necesario paea matar a la demonio y su compañero troll, haría lo posible para reunir nuevamente al equipo a pesar de que ya ninguno recuerde lo que pasó con ellos y con la misión, pero, no estaría solo esta vez, tenía apoyo de su hermana para esto y ella estaba dispuesta a correr el riesgo.

Apenas era ya la tarde, salió del cuarto, ordenando a Nezuko que se quedara hasta que él fuese por sus cosas y se alistara. Fue en busca de su uniforme, su katana, la caja y para que después, recogiera a su hermana y la introduciera dentro del baúl. Ambos estaban listos para fugarse.

Miró a ambos lados de la finca, en la entrada principal. Corrió cuando vio la oportunidad de salir y entre quejas y suplicas para que no fuese encontrado o descubierto, consiguió salir en apuros afuera, mientras se alejaba pidiendo disculpas en su mente a Zenitsu e Inosuke por su huida inprevista.

Tanjiro: (Lo lamento chicos, pero tengo que hacer esto. Vendré por ustedes luego.)

Seguía corriendo entre las ramas y árboles enormes que de vez en cuando, mientras corría, chocaba con una por una por su descuido y su dolor de las heridas que aún no se recuperaba de todo. Recién recordó aquello: Como el día se reinició, las heridas que tenía en la anterior batalla que tuvo con otro demonio, volvieron a abrirse. No tardó ningún segundo en agitarse y retorcerse por esto, tanto que al estar a su límite, no pudo más y cayó al suelo rendido entre lagrimas. Con lo que le quedaba de fuerza, se arrastró en el suelo, usando sus brazos como impulso para seguir mientras murmuraba el nombre del cazatroles y el de sus amigos para darle ánimos a seguir.