Capitulo XV

7K 533 64
                                    

Maximiliam

No ha existido ser humano que haya nacido para darme órdenes, pero cuando Jennifer me dijo que controlara mi mierda y que no le partiera la cabeza al idiota de Sergei no pude replicar.

Tiene razón, por muy emocionante que sea la idea de meter esas manos que tocaron el rostro de la chef, sin su consentimiento, al fuego, no puedo hacerlo, por muy de acuerdo que estén las voces, no puedo permitir darle más motivos a mi hermano para asegurarle a Fiorella que soy peligroso, para ella no lo soy.

Estoy mal, las voces no se callan cuando la veo con cualquier hombre, hasta con Diff, verla tan relajada a su alrededor me enloquece, quisiera que se sintiera de esa forma conmigo.

Sé que no debo molestarme con Diff, él solo tiene ojos para Jennifer, aunque ambos se nieguen, aprecio mucho que se preocupe por ella, confío plenamente en él en todo lo referido a la seguridad de mi chef.

En quien no confío es en el ricitos de oro, así que primero muerto antes que lo deje estar más tiempo a solas con Fiorella, ella es muy inocente y no sabe la clase de alimañas que la rodean, ejem.

Soy peor, pero ese no es el punto aquí, lo importante es evitar que Fiorella se vaya con Nicholas.

–Buenas tardes Maximiliam–me saluda con una sonrisa nerviosa–En el comedor no tuve tiempo de saludarlo–dice rápidamente–¿Cómo se encuentra?–su mirada baja discretamente a mi abdomen donde sus puntos están saludablemente, ver que se preocupa por mí hace que quiera sonreír.

–Estoy muy bien–la tranquilizo, la chef asiente en cambio mi hermano bufa.

–Por desgracia–dice, mi mirada se dirige a él, levantando una ceja pregunto.

–¿Y tú no tienes cosas que hacer?–pregunto aunque ya sé la respuesta, Nicholas desde hace años que se alejó de todo el lado turbio de nuestros negocios, ahora solo ayuda a Dominic con el manejo de los casinos y hoteles.

–No es algo que te interese–me da la espalda y regresa su atención a Fiorella, quien ha estado callada durante nuestro intercambio–¿Nos vamos?–le pregunta.

–Yo....–titubea claramente incómoda, no me agrada verla tan aturdida, pero si no fuera Nicholas quien le ofreciera llevarla la dejaría marchar para evitarle esta situación.

–Si mal no escuché ella le teme a tu...– pienso bien como describir su cosa–..Transporte, así que yo la llevaré–aseguro, Fiorella me ve con sus grandes ojos esmeralda, si pudiera asegurar diría que está de acuerdo con mis palabras, pero como es una persona demasiado amigable no quiere ofender a Nicholas desechando su oferta, lo que daría porque lo hiciera.

Ella ya ha viajado conmigo antes–me refuta el idiota–Además–agrega enderezando su espalda–Estará más segura si se va conmigo– el que insinue que podría lastimar a Fiorella si me enfurece. Me acerco a él hasta estar frente a su cara, soy unos céntimos más alto que él así que tomo ventaja de ello.

–Si vuelves a insinuar que la lastimaré–digo en tono tranquilo, no quiero asustar a Fiorella– Olvidaré que somos hermanitos– escupo la última palabra.

–¿Crees que te tengo miedo?–me pregunta sonriendo–Sé perfectamente como eres– se acerca más a mí–Las noches en vela por tus traumas, ¿Las olvidas?–reacciono al instante al escuchar esa última parte, lo tengo ya del cuello con la intensión de partircelo en dos.

–Oigan–grita Fiorella enojada–¿Pueden comportarse?–se coloca en medio de los dos haciendo que suelte al bastardo–Yo solo quería tener mi tarde libre como recompensa por mi buen trabajo con el señor Sergei– el que mencione al viejo idiota no ayuda a calmar mi enojo–Así que no me iré con ninguno de los dos–se ajusta mejor su mochila, nos ve a ambos y niega con la cabeza–Que tengan buena tarde–se gira en dirección a la salida y creo que la escucho murmurar–Tontos– sí, hasta sus insultos son amables.

Nicholas y yo observamos como Fiorella toma un taxi y se pierde de la zona residencial donde está ubicada la mansión.

–Olvidate de Fiorella– habla primero mi hermano–No permitiré que la involucres en tu mierda–me ve seriamente.

–¿Mi mierda?– le pregunto riendo.

–Sabes a lo que me refiero–dice–Vives involucrado con toda esa gente peligrosa que te quiere matar por solo respirar, Fiorella no sabe nada de ese lado de la familia y así debe mantenerse–se gira a verme– Tú solo la destruiras, eres experto en eso–me señala–¿O ya no recuerdas a nuestros padres?–que me hable de ese tema tan delicado solo alienta mis voces a que gritan por  qué le rebane el cuello.

–Mucho cuidado con lo que dices hermanito–me acerco a él y le coloco una mano en su hombro–No hables de cosas que no sabes, aveces pienso que quien es el hermano mayor aquí –le doy una palmada–De la misma  sangre o no solo te advierto que la única que puede alejarme de Fiorella es ella misma–con eso termino de perder mi tiempo aquí.

Lo dejo pensando en mi sentencia, porque mis palabras fueron eso, una sentencia, no sé que sea esto que creo sentir por Fiorella, pero como ya lo dije antes ella tiene todo el poder aquí.

Admito que verla en esa faceta de chica enojada me gusta mucho, sus ojos toman un tono más claro cuando algo le molesta y su pequeña nariz se arruga, demonios, esta mujer será mi perdición.

Pero ahora alejo mis pensamientos de la hermosa ojiverde, necesito encargarme de otro asunto que tengo pendiente, entro en la cocina y con lo primero que me encuentro es con un Diff embobado viendo como Jennifer parece acomodar las cosas en la alacena, garraspeo para que el hombre recupera la compostura.

–¿Ya terminaste de acosar a la pequeña?–pregunta en tono de burla, le dedico una mirada que dice ¿Enserio, Tú? Es el menos indicado para burlarse.

–Jennifer–la llamo, esta se voltea y nos mira a ambos.

–¿Qué?–pregunta.

–¿Sergei sigue en la mansión?–cuando escucha por quien pregunto deja lo que estaba haciendo y se acerca a mí.

–Ya te dije que no vale la pena que golpees al loco–me da una mirada de regaño– Así que deja al viejo en paz.

–Si Maximiliam–la apoyo Diff, que novedad– El pobre hombre a duras pena y se sostiene.

–No es eso para lo que lo necesito–los miro a ambos para aclarar el asunto, si creen que quiero lastimar al anciano nunca me dirán donde está, como fue él quien se encargó de sacarlos de la Fosa, ambos tienen una especie de aprecio por el Irlandés.

–¿Qué quieres hablar conmigo pequeño Maxi?–pregunta entrando en la cocina el hombre por quien preguntaba, el que venga comiendo más  del pastel que preparó Fiorella y me sonría con altanería llamándome Maxi, solo suma los clavos de su ataúd.

–Yo lo mato–digo acercándome a él en grandes zancadas mientras Diff y Jennifer me siguen.

Besos en el poto.

Sepulcro Where stories live. Discover now