Capítulo XXXVII

6.1K 495 63
                                    

Maximiliam

Después de controlarme para no agarrar al crío que se atrevió a besar a MI princesa, pasé el resto del cumpleaños de Anastasia apreciando lo feliz que estaba junto a mi chef, me encanta ver el vínculo que han creado desde que se conocieron.

Ver a Fiorella interactuar de forma tan natural con los mini demonios que son los niños, me hizo pensar en una pequeña Fiorella, seria el vivo retrato de su madre y pensar que yo pudiera tener el privilegio de ser el padre, me hace sentir extasiado. Una familia, eso seríamos, familia que no he tenido, pero si podría formar.

Pensar en estas cosas parecería precipitado, pero joder si no me emocionan, quiero todo con mi corderito, pero lo primero es lo primero.

Soy un maldito con las manos manchadas de sangre, me he cargado a varios y no me arrepiento, pero de lo que si me arrepentiría seria de tomar por completo a mi chef sin que sienta la seguridad de estar conmigo.

Quiero que se sienta protegida y querida, esa palabra ya no nos sirve hombre, es cierto, quiero que se sienta protegida y amada.

Amo a Fiorella Leblanc, no sé cuando exactamente ocurrió, pero lo hago, lo hago tan intensamente que la haría mi esposa en este preciso instante, pero ella se merece lo mejor, quiero cumplir todos sus sueños, quiero verla crecer, quiero ver su hermosa sonrisa todos los malditos días por el resto de mi vida.

Cuando se desmayó en mis brazos aquella noche que llegué a la mansión, me pareció una mujer frágil, cuando la vi en la cocina con atuendo tan jodidamente sexy, me pareció una mujer con un cuerpo increíble, pero cuando la vi en el almuerzo completamente feliz sirviendo su comida, me di cuenta que esta mujer lo es todo, es sexy, frágil, valiente, amable, con él corazón más puro que he conocido y jodidamente mía.

Así que lo único que deseo es poner mi puto anillo en su dedo, quien diría que en ese almuerzo la traté como un completo hijo de puta y ahora la quiero ver como mi futura esposa y si ella lo desea madre de mis hijos, queremos al menos unos ocho.

Cuando íbamos de camino al penthouse luego de culminar la fiesta de mi prima, ella me comentó que tendría unos días de vacaciones, es ahora o nunca, mientras se cambiaba yo tomé mi teléfono y le pedí a Jessica que le avisara al piloto de mi Jet que pronto volariamos con destino a México, pienso llevarla a playa Escondida.

Podría haberle dicho a Jennifer que me ayudara con ello, pero tanto ella como Diff no se guardarian el secreto y la sorpresa se arruinaría, son unos malditos chismosos.

Así que mientras terminaba de ver los detalles con Jessica, la mujer que tengo como novia, me hizo imposible mi plan de tomarla en el lugar que más desea conocer, ver a Fiorella en lencería negra de encaje y no poder tocarla, fue la peor tortura a la que hayamos sobrevivido.

Mientras ella tomaba valor y demostraba lo que quería yo me comporte como un puberto a punto de tener su primera vez, quería recorrer su exquisito cuerpo después de pedirle que se casara conmigo en medio de la arena, así que al ver mis planes frustrados, la rechaze, solo que lo hice de la peor manera, somos unos imbeciles, no la merecemos.

Por obvias razones ella decidió irse, la herí, ¿Qué podía esperar? Pasé los dos días más infernales posibles, tanto que no soportaba que me hablaran de cerca, de no ser por Diff y Sergei me hubiera cargado a Maurycy, se lo merece, él nos provoca.

Saliendo de la oficina me vine al penthouse, sin ella esto parece un desierto, está todo tan seco, tan negro.

Me tomé una ducha fría para tratar de callar mi cabeza, sin Fiorella, las voces están peor que nunca, ahora que sabemos lo que se siente tener paz, si la perdemos, claramente entraremos en conflicto.

Así que el que ella volviera y se preocupara por mi bienestar, me regreso los dos días de mierda que había tenido. Esta mujer es increíble, verla prepararme sopa y lograr que mi cuerpo recuperara su temperatura normal haciendo de todo, incluso abrazándome y dandome de su calor corporal, estando molesta conmigo, me demuestra que no existe ninguna mejor mujer para ser mi compañera en lo que me queda de vida.

Si existe un infierno, me iré a él por los pecados que cometí, pero me iré con gusto y sin remordimientos, porque tuve mi propio paraíso en esta tierra con solo poder ver a Fiorella despertar en mis brazos.

Necesito ganarme de nuevo ese privilegio, así que le explico todo, omitiendo la parte de que tengo pensado pedirle matrimonio en la playa, solo le cuento del viaje y de que quería tomarla en su lugar soñado.

-Lamento profundamente mi actitud de esa noche- le digo viéndola, estamos en mi cama, son las tantos de la madrugada- Pero realmente quiero que tu primera vez sea tan inolvidable para ti como lo será para mí- me acerco más a ella, odiamos la distancia, subo lentamente mi mano, ella no me lo impide así que limpio con mi pulgar las lágrimas de sus ojos.

-Yo creí, que no estabas cómodo conmigo- dice entre sollozos- Pensé que por algo de tu pasado no estarías cómodo con el sexo, pero si estuviste con Charlotte, eso descarta esa idea, por mi mente pasó ¿El por qué ella y yo no? eso me ponía aún más triste- admite avergonzada, coloco mi pulgar e indice en su barbilla y levanto su cabeza.

-Mira bien- le digo mostrando la mano donde debería estar mi guante, ella dirige sus ojos a mi palma- Solo contigo me siento cómodo- le aseguro, muestro mis dedos meñique, anular y medio- Esas cicatrices fueron producto de un accidente- digo sin detallar mucho- No tengo ni un porcentaje de sensibilidad en esos tres dedos, nunca antes había mostrado mi mano a nadie, solo a ti mi amor, solo tú- le digo seguro.

Fiorella toma mi mano, y observo como lleva mi palma a sus labios, deposita pequeños besos en las partes donde puedo sentir sus caricias, sube por mi muñeca, pasa por todo mi brazo, llega a mi mejilla y finaliza en mis labios, Joder, esto nos revive.

-Necesitamos mejorar la comunicación- dice dandome otro beso, sin poder resistirlo, la tomo del rostro y estrelló mis labios con los suyos, la beso tan profundamente hasta saciarme por los días perdidos.

-Por ti, cualquier cosa- digo besando sus mejillas húmedas por las lágrimas, somos los esclavos de esta mujer.

-Creo que deberíamos descansar un poco, no hemos dormido bien- la tomo de su estrecha cintura y la coloco en mi regazo.

-Contigo se me quitan las ganas de dormir, solo deseo verte- ella sonríe y poco a poco el color llega a sus mejillas pálidas- Y ahora duermo menos, cada que cierro los ojos solo te veo a ti en encaje- la imagen llega a mi cerebro y siento como mi pene se sacude, abajo muchacho, no es momento para eso, estoy seguro de que Fiorella lo sintió porque su cuello está poniéndose igual de rojo que sus mejillas.

-Madonna Santa, estaba tan nerviosa, nunca antes había usado lencería- dice cubriendo su rostro con las manos- Que pena- quito sus manos suavemente.

-Cumpliste una de mis fantasías cariño, así que no tienes nada de que sentirte apenada- la beso-¿Así que soy el único que te ha visto así de sensual?- pregunto altivo, ella asiente, pero su expresión se torna pensativa.

-En la ducha, tú dijiste que... tú..- calla-No, no es nada, olvídalo- se a que se refiere, estoy seguro de lo que siento y no espero que Fiorella corresponda en el acto, pero lo traemos atorado.

-Te amo Fiorella- le digo tomando su rostro- Si me permites hacerlo, lo hago, te amo, no sé mucho sobre el sentimiento, pero lo poco que he aprendido contigo hasta ahora, solo refuerzan mis palabras, te amo tanto que lo único que deseo es cambiar mi vida infernal, por un momento a tu lado, no es necesario que digas nada, así que no sientas....- Fiorella me lanza haciendo que ambos caigamos en la cama, ella queda arriba de mí y con la sonrisa más radiante del mundo del mundo me dice las palabras que solo mis voces y yo hemos imaginado.

-Te amo Maximiliam, Mi Maxi, Mi amor y Mi Zorro- la hago girar y ahora soy yo el que queda sobre ella.

- Esas palabras solo aseguran que nunca te dejaré ir, así que ya no hay marcha atrás, eres mía Fiorella.

-Soy tuya Maxi- nos besamos hasta cansarnos, ambos tenemos los labios rojos e hinchados de tanto besuqueo, mi corderito ríe- ¿Así que, cuando nos vamos?

Y nos fuimos a México cabrones.
Besos en el poto 💋

Sepulcro Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin