Capítulo XXXIII

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Este es para ti JudeMacoveijons1904

–Señor– llama Jessica, mi secretaria– La señorita Charlot...– la pobre mujer no termina la frase porque es empujada a un lado por la rubia.

–No necesito que me anuncies– dice colocándose el cabello hacia atrás– Soy una persona muy importante para tu jefe, asi que ya lo sabes– mi pobre secretaria asiente obediente y se retira.

Cuando se cierra la puerta de mi oficina Charlotte me observa con una gran sonrisa y de inmediato se acerca con la intención de tocarme, cuando sube sus manos a mi rostro, la tomo de estas y las aparto.

–No sé que clase de película crees que estás viviendo, pero te recomiendo que lo pares ya– la observo con molestia–Tú no eres importante para mí, solo eres la hermana de la esposa de mi tío, así que deja ya las ridiculeces y compórtate como la dama que tanto presumes que eres– me coloco en mi silla tras mi escritorio – Y también te  voy a exigir que se te quede grabado en tu pequeña cabeza, que a Fiorella no la vuelves a  insultar y mucho menos tocar– la señalo.

Después de que terminé el negocio con los Polacos, me fui directo a mi casa para dormir plácidamente con la chef, tenerla en nuestros brazos nos da tranquilidad para dormir.

Disfrute mucho de mi mañana, verla preparar el desayuno para ambos en mi cocina, es la vista más jodidamente satisfactoria que he tenido en ese penthouse desde que lo compré, puedo tener la mejor vista hacia Toronto, pero eso queda de lado cuando mis ojos se posan en Fiorella.

Así que tenía que poner en su lugar a Charlotte y hacerle entender que con ella no puede ni siquiera intentar meterse, esta mujer es exasperante Maximiliam, ¿Recuerdanos por qué estuvimos  involucramos con ella en primer lugar?, Ni yo recuerdo, pero de lo que si estoy seguro es que ni ella, ni mucho menos mi hermano van a lograr alejarla de mí.

–¿La sirvienta?– pregunta, esta pide a gritos que la desaparezcamos, – ¿Que tiene que ver esa cocinera con nosotros?– me masajeo las sienes.

–No hay un "nosotros"– digo lentamente– Y ella no es una sirvienta, es mi mujer así que ten cuidado en como te diriges a ella– explico.

–Debes estar bromeando– Charlotte observa mi cara, al ver que no hay ningún rastro de broma añade– Ella no es la mujer para ti, es inferior, no es de nuestra clase– ignoro sus palabras, si me concentro en ellas perderé la paciencia y olvidaré que es una mujer, a nosotros eso no nos importa– Además, tu necesitas tener a tu lado una mujer de verdad– pasa sus manos por mi pecho– Así como yo– suficiente, la tomo con ligera fuerza de las manos y la empujo.

–En tu vida me vuelvas a tocar, entiende de una vez que no eres ni serás nunca mejor que ella– la veo firmemente– Fiorella es la mejor de las mujeres y el que no debería de estar con una mujer como ella soy yo, no la merezco– le doy una sonrisa de come mierda– Pero que te digo, es mía y no la pienso dejar ir.

Charlotte parece herida, pero no me importa ni me conmueve, ella se atrevió a lastimar a mi chef y eso no se lo perdono a nadie, rápidamente se recompone y adopta su postura de siempre.

–No vengas a mí cuando esta estupidez no funcione– sale hecha una furia dando un portazo. Presiono el botón de llamada en el teléfono de mi escritorio.

Señor– responde Jessica.

– La señorita Charlotte tiene prohibida la entrada a este edificio a partir del día de hoy– digo.

Como lo ordene señor Telnaster– cuelgo y me recuesto en mi silla, va una falta otro, de ese idiota me encargaré pronto, que ni crea que me voy a quedar tranquilo, cuando menos se lo espere, estará con un cuchillo clavado en una pierna.

Suena mi teléfono en mi bolsillo, lo saco y observo el nombre de mi corderito en la pantalla, de inmediato se forma una sonrisa en la comisura de mis labios.

Maxi, ¿Interrumpo algo?– pregunta, su voz es el maldito calmante de mis dolores de cabeza.

–Nunca interrumpirias nada cariño– escucho su pequeña risa al otro lado, es encantadora– ¿A qué debo la llamada? ¿Está todo bien en la mansión?

Sí, no es nada malo, solo te llamaba para decirte que hoy no vengas a recogerme a la mansiónsus palabras me descolocan, frunzo el ceño aunque no pueda verme.

–¿Puedo saber por qué?

Jennifer y yo somos las encargadas de organizar la fiesta de cumpleaños número siete de Anastasia– explica, ahora recuerdo porque sentía que debía comprar algo– Así que iremos a comprar todo para el gran día, pero no te preocupes llegaré a tiempo para la cena, Jenny me llevará al penthouse.

Esta bien cariño– digo– Nos vemos hasta entonces.

Bien– escucho su respiración aumentar– Te quiero– dice, puedo asegurar que se está poniendo roja, sonrío ante la imagen mental.

–Te quiero mi corderito– respondo, ella cuelga y yo me quedo con una sonrisa.

–¿Y esa sonrisa de estúpido enamorado?– dice Sergei sentándose frente a mí escritorio, instintivamente busco mi arma.

–Joder– digo bajandola– ¿No sabes tocar?– la guardo en mi espalda– O mejor dicho ¿Quién te crees para entrar así en mi oficina?

–¿Era la chef?– pregunta ignorando mi tono mordaz.

–Jodidamente no te interesa.

–Claro que era ella– el viejo sonríe– Ella es la puta fortaleza a la que te referías ayer ¿cierto?

–Déjeme en paz– contesto, Sergei el no guapo se está ganando una paliza.

– Es más que obvio– se cruza de brazos y ríe– Nunca creí estar vivo para presenciar el momento en que llegaras a enamorarte, solo recuerdo el odio que le tenias a todo y todos cuando nos conocimos, pasó el tiempo y seguías igual, creo que con los únicos que eras algo tolerable, eran Jennifer y el sensual Diff– con una mano me señala– Ahora mírate, perdido por la pequeña italiana– arrugo la frente ante esa última parte.

–¿Cómo sabes que es italiana?– pregunto.

–Pues porque tengo un tercer ojo que todo lo ve– dice sarcástico– ¿Por qué más?...obviamente me lo contó todo Diff.

–Ese hijo de...– tomo una gran bocanada de aire, después nos arreglamos con Diff– Supongo que tu visita no es para hablar sobre mi vida personal, di que diablos quieres y luego piérdete– acostumbrado a mi temperamento, Sergei ni se inmuta por mis palabras, lentamente saca un sobre de su traje y lo coloca frente a mí.

Lo detallo con interés, parece ser una carta a mano donde se explica la localización de una bodega en algún lugar de Vancouver.

–¿Qué es esto?– pregunto confundido.

–El contenido es lo de menos, mira quien firma– bajo hasta la parte inferior de la carta, es ahí donde entiendo el interés de Sergei por esta  vieja carta.

–Lorenzo Petrucci– digo– ¿A caso es..?

–Sí, es el mismo Petrucci que tu padre se encargó de masacrar hace años– Sergei toma la carta y la guarda– Vine aquí porque necesitas saber algo.

–¿Qué es?– pregunto con aire asesino, ese apellido no es algo que queramos recordar.

No toda la distancia Petrucci fue eliminada– atónito solo espero que continúe– Quedó un sobreviviente y debemos encontrarlo.

Feliz Año Nuevo mis Sepulcricos
Gracias a todos por leer, espero que en este año la historia llegue a muchas más personas.
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Besos en el poto 💋
Pst: Estamos por destapar la verdad.

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