Capítulo 33

43.8K 3.8K 128
                                    

Quiero chillar, necesito gritar para salir de la pesadilla

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Quiero chillar, necesito gritar para salir de la pesadilla. Pero en lugar de cometer esa acción, enmudezco estremeciéndome. Siento como mi corazón late fuertemente, galopando, corriendo como quien se escapa de la mismísima muerte.

Así que me quedo inmóvil, en contra de mis instintos que gritan «huye, reacciona, escapa. ¡Haz algo!».

Pero mis músculos, y todo mi sistema completo, parecen no responder a mis demandas. Tampoco mi sangre helada sirve para movilizarme. «¿Estaré soñando? Necesito despertar de esta situación horrible». Pestañeo intentando borrar a esas dos figuras, pero fracaso. Sé la verdad aunque no quiera aceptarlo: como todo lo extraño que me pasa últimamente, esto definitivamente no es un sueño.

Sus ojos resplandecen en el medio de la oscuridad mientras la luz de mi celular los golpea y los hacen brillar aún más. ¿Qué hacen aquí? ¿Qué quieren de mí? ¡Mi familia está a paredes de distancia! «Mierda, mierda, mierda».

La pantalla de mi móvil finalmente oscurece, dejándonos en penumbras, haciendo borrosos sus cuerpos. Pero incluso sus verdes miradas fulminantes brillan a oscuras, dándoles un aspecto más severo, siniestro e imponente. Llevan ropa negra, incluso algo que les cubre las caras dejando solo a la vista sus ojos y sus labios.

¿Por qué simplemente no acaban conmigo y se marchan? ¡Pero que se alejen de mi familia! ¿Cómo podría hacer para mantenerlos alejados?

—¿Quiénes son? —logro hablar pero bajo por los nervios. Mi voz tiembla, es algo inevitable, digo... ¿quién no estaría aterrado si se despierta de golpe y hay dos sombras acechándolo con la mirada? Creo que cualquier persona cuerda se pegaría un buen susto.

Nunca me había preguntado cómo sería mi vida más allá de lo cotidiano, sabía que estudiaría psicología, era probable que conociera a alguien estudiando en la universidad, con quién tal vez... ¿me casaría? Luego de varios años y tendríamos dos hijos, una niña y un niño; imaginaba ser feliz de una forma simple. No negaré que también me había hecho una lista de cosas que quería que me pasaran, pero con poca probabilidad —los sueños, para ser precisa—, pensaba en... ¿tal vez ser una poetisa reconocida? ¿Una cantante? ¿Actriz? Algo irreal, fantasioso también. Pero definitivamente no estaba en la lista ser atacada por seres que no son humanos, o saber que es real que existen los ángeles.

Es extraña la forma en la que todo cambia, lo diferente que puede ser la manera de ver el mundo luego de varios sucesos que te marcan por siempre.

Noto la tensión en el aire, en sus ojos. Sus bocas no se mueven para hablarme, contestarme. Ellos tampoco hacen un paso hacia mí, pero tampoco hacen nada para irse. ¿Cuánto tendrá que durar este sufrimiento? ¡Necesito respuestas!

—¿Quieren matarme? —digo con rabia—. ¡Contesten! —grito cuando no hay respuesta de parte de ese par.

Pero me equivoco. He cometido el peor error. ¡Eso despertará a mis padres! Me tapo la boca rápidamente como un acto reflejo e imploro que no hayan escuchado nada, ya es tarde, siento una voz en la otra habitación. Corro la vista rápidamente hacia las estatuas inertes de miradas verdes gato que se encuentran frente de mí con ojos abiertos como platos.

Corazón de cristal [LIBRO 1]Where stories live. Discover now