La naturaleza de los novenos

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La naturaleza de los novenos

(***)

Tan difícil como cavar en el cementerio, fue entrar a la casa de Eris a las cuatro de la mañana y pasar a hurtadillas para que su madre no se diera cuenta de que acabábamos de llegar. Si se enteraba entonces llamaría a mi madre y mis esfuerzos por ganar confianza se irían al carajo. ¿Cómo podíamos explicar una llegada a esa hora sin que sonara a que estábamos metidas en problemas?

Pero lo logramos. Subimos las escaleras —y cabe destacar que aquella casa era mucho más grande que la mía— y entramos en la habitación sanas y salvas. Teníamos la frente empapada en sudor y los nervios de punta.

—Archie lo sabe, maldición —comenté mientras me quitaba los zapatos con rapidez.

Eris se dejó caer en la silla frente a su escritorio, encendió la lamparilla y comenzó a extender el artículo.

—Es muy raro ese tipo... ¿dijo que su madre flotaba en el lago? —comenta ella, ceñuda.

—¿También te dio escalofrío? Suele pasar de un estado de ánimo a otro muy rápido... —confesé, recordando cómo se había enfurecido cuando le pregunté si lo que leía era un comic.

—Son todos muy distintos, quizás inestables... —murmuró, pero con sus dedos alisó el articulo y se inclinó más para examinarlo—. Concentrémonos primero en esto. Veamos qué dice.

—Léelo, porque tengo los ovarios en el cuello y necesito hacer que bajen —resoplé y me senté en la cama para calmarme un poco.

Aguardé mientras ella leía el artículo. Sus ojos se movieron de un lado a otro a media que pasaba las líneas y no me apresuré a hacer suposiciones sino hasta que su expresión cambió. Su rostro se contrajo en un gesto de completo asombro como nunca antes había visto. Me levanté entonces del colchón con el cuerpo tenso por la incertidumbre y continué esperando incluso cuando todo me exigía saber de inmediato de qué se trataba.

Un par de segundos después, Eris descansó en el espaldar de la silla y me ofreció el articulo para que lo viera por mis propios ojos. Lo tomé, pero la pregunta la lancé hacia ella.

—¿Qué es...? —La voz me salió con dificultad, aguda y cargada de afán.

—Otra dimensión —respondió, observándome con perplejidad.

No lo pillé hasta que lo repetí en mi mente, y ni siquiera así me dio una aclaración exacta.

—¿Qué? ¿Otra qué? ¡Explícame! —musité, terriblemente ansiosa.

Eris exhaló, pero eso no hizo desaparecer la conmoción en su pecoso rostro.

—Brown explica que Asfil tiene una fuerte influencia física y astral, es decir, cada noveno día de cada noveno mes, otra dimensión anclada a este pueblo, se abre —comenzó a explicar en un tono de voz bajo y pausado. Me dio la impresión de que también intentaba hacérselo entender a ella misma—. Padme, Damián no pertenece al mismo plano que nosotros. Ninguno de esos asesinos. Zacharias lo asegura, pero su teoría tiene dos vías. Es posible que la fuerza de esta dimensión influya en los nacimientos, pero también es posible que ni siquiera hayan nacido aquí, sino en ese «otro lado», y de alguna manera hayan llegado a nosotros. —Se levantó de la silla con los ojos ya brillando de fascinación—. Esto es... ¿sabes lo que es esto? ¿sabes lo grande que es este descubrimiento?

—Los novenos son de otra dimensión —pronuncié lentamente.

Hubo un revuelo en mi cabeza, pero la explicación no me pareció ni absurda, ni ajena. De hecho, adquirió sentido para mí. La primera vez que entré a la cabaña lo experimenté. Lo supe, pero lo que no supe fue cómo explicarlo. Al pasar la puerta de la cabaña, había sentido algo extraño, ¡había pensado que no era una entrada común! Y no lo era...

DAMIÁN PARTE 1 - [Un secreto oscuro y perverso] VERSIÓN DE WATTPAD ©Where stories live. Discover now