Chapter 4: El ritual, capitulo 4

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Nunca había estado cerca de la casa y le sorprendió su majestuosidad. Desde el exterior, a través del portal de hierro, se veía un camino entre árboles, y a lo lejos la mansión, casi como un organismo viviente, aguardándole. Intentó borrar esa impresión, algo sombría, y leyó la inscripción de la entrada,"Janua Caeli" *. Algo ostentoso, pensó, aunque quizá era lo habitual en familias tan poderosas.

Eran las nueve de la noche, y el camino hasta la casa le parecía demasiado lejano, como si cruzar esa verja fuera un paso a un lugar demasiado remoto. Se reconoció asustado, durante dos años había intentado mantenerse alejado de él, y ahora estaba a las puertas de su casa para pedirle que hiciera un milagro. Al otro lado parecía ocultarse realmente un brujo, quizá un aquelarre completo, Jared necesitó recordar el cuerpecillo desvalido de su hermana para darse ánimo.

Los árboles crecían a ambos lados del sendero tras la verja. Árboles grandes y pequeños, frondosos y escuetos, parecía un extraño jardín botánico o una selva llena de secretos. No había ningún timbre ni portero automático y ponerse a gritar a aquella distancia de la casa era impensable. Empujó la verja casi por inercia y le sorprendió verla ceder, no se esperaba que la casa estuviera desprotegida pero al tiempo sabía que no era cierto, todo en aquel lugar hablaba de poder, un poder antiguo, inapelable. De repente la inscripción de la entrada le recordó a un sortilegio: Janua Caeli. Repitió las palabras para darse seguridad, y de algún modo le confortaron, sintió que estaba en el lugar correcto, si Megan podía salvarse, allí lo sabrían.

Escuchó como el portal se cerraba tras él, como una advertencia, la casa le permitía entrar pero serían sus habitantes los que le dejarían salir. Jared miró el camino casi con aprensión, una vez dentro, el lugar parecía realmente encantado, probablemente lo estaba.

En los metros que separaban la entrada de la escalinata de acceso se cruzó con varios animales. Desde un ciervo a varias ardillas y conejos. Ninguno huyó de él, sólo le observaban con curiosidad, como si para ellos fuera igual de intrigante verle allí como para él estarlo. El follaje se espesaba a medida que se alejaban de la entrada, observó extrañas plantas en la espesura, incluso detectó algún movimiento inquietante en la periferia de su visión, pero cuando se volvía, lo que fuera que había atraído su atención, ya no estaba. De algún modo había sabido que el hogar de Jensen pondría en evidencia su naturaleza, pero quizá aquello era demasiado, ni la persona mas escéptica y racional dejaría de notar lo extraño en el lugar.

Cuando alcanzó la entrada le sorprendió su tamaño, él media mas de uno noventa pero parecía diminuto en comparación. La timidez regresó triplicada, ¿Qué iba a decirle? ¿Cómo se pide ayuda a un brujo, que se oculta, para derrotar a un monstruo que no debería existir? Pensaba en ello con aprensión cuando la puerta se abrió. Nunca había visto a Samantha Ackles en persona pero sí había visto las fotos de ella y su hija en el hospital y el colegio, no le hacían justicia. Era una mujer muy hermosa aún, llevaba un largo vestido malva, y Jared supo sin dudarlo, que al igual que su nieto, ella también era de una de las criaturas inusuales que transitaban por el mundo. Sin embargo, el reconocimiento no vino acompañado del malestar habitual sino de una sensación suave y reconfortante, que casi lo arrullaba. Todo lo incorrecto en la existencia de Jensen, resultaba todo lo contrario en su abuela.

Ella era más "real" que la mayoría, como si estuviera hecha de la sustancia misma de la realidad, integrada en ella, de algún modo se sintió alborozado al mirarla. Pero la sensación se transformó en auténtico susto en cuanto le escuchó decir:

-¡¡Jared Padalecki!! -había pura alegría en su voz, como cuando se recibe una visita largo tiempo ansiada. Jared,que no esperaba ser reconocido y mucho menos con esa actitud de gozo, se paralizó por la sorpresa.
Además de desconcertarle, le inquietaba, por un segundo tuvo el impulso de huir de allí, se sentía como la caperucita entrando por su propio pie en la casa del lobo. Intentó deshacerse de ese tipo de pensamientos recordando a Megan de nuevo, como si fuera su talismán. Lucharía contra monstruos legendarios para protegerla, e incluso contra mujeres hermosas que parecían haberle esperado por largo tiempo.

EL RITUAL. (Completa)Where stories live. Discover now