Chapter 14: El ritual. Final.

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Los días transcurrían veloces, y unas semanas después del ritual Jared había establecido nuevas rutinas, como Jensen recogiéndole por las mañanas en su casa para llevarle al colegio. Todo el tiempo le miraba de refilón buscando secuelas de su martirio, pero Jensen parecía más vivo que nunca, y de hecho le había visto sonreír con más frecuencia desde que habían regresado que durante todo el tiempo anterior. Continuaba siendo él en miles de detalles pero era como si un Jensen nuevo se fundiera con el antiguo, más relajado y sereno, menos atormentado. Seguía disfrutando lanzándole pullas o avergonzándolo por su timidez a la hora de hablar del sexo, pero realmente todo parecía fluir entre ellos. Habían estado juntos de nuevo varias veces desde lo que en su mente Jared llamaba "el regreso" y en cada ocasión había deseado dar lo que veía como el último paso, pero Jensen siempre lo detenía, como si comprendiera mejor que él que necesitaba tomárselo con calma. Y mientras seguía observándolo, buscando secuelas ocultas que pudieran surgir más tarde, o quizá es que no acababa de creerse que realmente todo había acabado.

Las nuevas rutinas empezaron a asentarse con tanta facilidad que le costaba recordar que no habían estado siempre ahí. Las tardes en las que se quedaba con Meg, Jensen empezó a acompañarles, la niña parecía haberle aceptado como parte de su vida con una facilidad pasmosa, su padre tampoco le había puesto ningún obstáculo pero notaba a veces las preguntas en su mirada, e intuía que tenían que ver tanto con los cambios que notaba en él como con su vinculo con Jen. Al principio le resultaba difícil controlar su nuevo poder, a veces invocaba algo físicamente sin darse cuenta, incluso Chad notó algo raro en un par de ocasiones, pero por suerte todo el mundo tiende a desestimar lo que no encaja con su visión de la realidad, así que su secreto continuó siendo un secreto. Muchas de sus tardes se refugiaba en Janua Caeli, aprendiendo de sí mismo y de su nueva condición en compañía de la familia de Jensen, de la que ya se sentía parte, y no solo aprendió de la magia y sus límites, sino de ambas mujeres. Podía ver el modo en que les miraban, a Jensen y él, satisfechas como gatos relamiéndose tras una copiosa cena. Pero, a pesar de lo mucho que ese mundo le subyugaba, continuaba reservando tiempo para pasar el rato con sus amigos, le ayudaba a recordar que continuaba existiendo un mundo donde la magia era mera fantasía, pero sobre todo les añoraba, a veces Jensen se les unía y era cada vez más evidente lo cómodo que se sentía al hacerlo, pero no siempre les acompañaba, respetando su espacio personal sin que tuviera que mencionarlo.

En realidad todo parecía perfecto, o casi, porque las pesadillas seguían allí, cada noche, intentaba que Jensen no lo notase, aunque parecía imposible ocultarle algo sobre su estado de ánimo, sin embargo éste no le preguntaba, solo le miraba silencioso y a veces le sonreía, como si intentara infundirle ánimo, pero Jared no conseguía olvidar la angustia de aquellos días, leyó al respecto y empezó a sospechar que tenía alguna clase de shock post traumático porque su angustia nocturna parecía intensificarse en vez de desaparecer. Y, a medida que las pesadillas se incrementaban, empezó a sentir una ansiedad terrible cuando le perdía de vista, aunque intentaba disimularlo, sus amigos notaron como empezaba a costarle alejarse de él, necesitaba tenerle físicamente cerca, asegurarse de que estaba a salvo, que realmente estaba a salvo. Había empezado a detestar incluso la escuela porque tenía que pasar horas alejado de Jensen, y cuando éste le informó que se alejaría unas semanas para visitar varias universidades casi gimió de rabia, pero si había algo inalterable era el modo en que Jensen siempre podía leer en él: -Jay, no voy a desaparecer cuando me pierdas de vista- le aseguró despacio y con mucha calma, asintió al oírle, ruborizándose por lo ridículo que tenía que resultar. Pero Jensen parecía preocupado más que otra cosa, así que se obligó a reírse, restándole importancia a la angustia que sentía como un vacío pesado en el estómago.


Se despidió de él esa tarde preguntándose cómo podía resolver ese problema, su relación avanzaba, lentamente, pero ambos se sentían muy relajados al respecto, y, después de la conversación en los jardines del instituto, Jensen parecía realmente haber hecho borrón y cuenta nueva, como si todos aquellos recuerdos se hubieran alejado de él tras decirlos en voz alta. Sabía que tenía que imitarle pero ignoraba cómo. Entró en su casa meditando sobre ello y su hermana le saltó al regazo, protestando por el modo absurdo en el que John le contaba un cuento, miró a su padre mirarle contrito y una fuerte sensación de alivio se apoderó de él, volvía a tener a su familia, e incluso más, tenía que dejar atrás aquellos recuerdos y disfrutar de lo que tenía. Lo sabía.

EL RITUAL. (Completa)Where stories live. Discover now