EL RITUAL. (Completa)

El ritual 15.Epilogo.

Epilogo.

Cuando abrió la puerta de su casa la mañana siguiente necesitó parpadear para asegurarse de que estaba viendo correctamente porque, aunque Jensen le aguardaba como siempre, en vez de junto a la moto, le esperaba con un coche, uno de los modelos clásicos de su familia. Le contempló desconcertado pero éste solo miró hacia su padre, que salía en ese instante de la casa, con Meg en brazos para llevarla al colegio.

-Podríamos llevarla nosotros- le ofreció Jensen a John, que le miró sorprendido, observó el coche con obvio placer y le sonrió con calidez mirando a su hijo unos instantes antes de asentir y conducir a la niña hacia el vehículo, y mientras Jared les seguía mirando sin reaccionar. John depositó a Megan en el coche, y ésta se mostró entusiasmada por su tamaño, deslizándose sobre el asiento trasero con exclamaciones de admiración, que parecía compartir con su padre.

-¡Un impala del 67! – Se apasionaba éste- ya quedan pocos y menos en este estado, ¡es un coche precioso! – parecía realmente emocionado y Jared sospechó que Jensen no había escogido el vehículo por casualidad, y lo confirmó cuando le escuchó ofrecérselo a John cuando le apeteciera, vio el destello de placer en los ojos de su padre y se acercó conmovido, " tan propio de él, pensar en John y en Meg, incluirles en su vida..." le miró dentro del vehículo y supo que sus sentimientos tenían que resultar transparentes en su rostro de un modo seguramente bochornoso, porque John les miró con ternura antes de invitar a Jensen a cenar con ellos esa noche. Jared lo escuchó realmente impresionado, desde la muerte de su madre su padre no había invitado a nadie a reunirse con ellos para cenar, Jensen aceptó la invitación devolviéndosela, afirmando que su madre y su abuela deseaban conocerle y asegurándole de nuevo que realmente era un placer llevar a Megan por las mañanas a clase.

Veía como su vida se estaba construyendo ante sus ojos y solo podía maravillarse del hombre que le acompañaba en ella, se despidió de su padre que lanzó varias miradas que encontró casi afectuosas en dirección del vehículo y se subió al mismo conteniendo la risa. Mientras Jensen le contaba un cuento a Megan y construía criaturas de viento para entretenerla, bajo la mirada entusiasmada de la niña, le explicaba a él que cuando se fuera a la universidad había pensado dejarle el coche, aunque era obvio su intento de complacer a John con ello, lo encontró realmente dulce y atrapó su mano en la suya. Megan reía divertida ante el baile de un viejo dragón plateado en brazos de un hermoso ciervo, y Jared al ver lo que Jensen había invocado le miró divertido y añadió de su propia cosecha un ángel de ojos verdes que hizo gritar de entusiasmo a su hermana, haciéndole reír encantado, intentando alejar la idea de que pronto estarían alejados por algo tan prosaico como los estudios. Jensen en voz alta se burló de la imagen que había conjurado llamándole ñoño pero su voz le prometió otra cosa dentro de su mente. "No del todo, Jay, no es como si el tiempo y el espacio fueran un obstáculo". Lo miró y Jensen sonrió, ninguno de los dos dijo nada, no era necesario, y Jared se relajó recostándose contra el respaldo del asiento, permitiendo que Jensen condujese, sin soltar su mano, ni hacer caso a sus protestas sobre que no era nada seguro conducir así.

Cuando alcanzaron el colegio y Jensen se bajó para recoger a su hermana, que saltó a sus brazos como si éste fuera una extensión del propio Jared, se acercó para darle un beso rápido pero él le atrapó, prolongándolo hasta que Megan protestó sonoramente dejando claro que los besos le parecían algo terrible.

-"Dragones besándose"- Les soltó entonces y ambos la miraron confusos, pero la niña reía divertida y Jensen estalló en carcajadas, dejándole completamente pasmado, nunca le había visto reírse así y se preocupó porque realmente estaba seguro de que no era posible enamorarse más de él y, sin embargo, eso mismo le sucedió al ver las arrugas de sus ojos y la expresión completamente distendida y feliz extendiéndose en sus rasgos. Le robó otro beso antes de repetir las palabras de Megan y supo que todo saldría bien ahora, lo leía en la risa feliz de Jensen, y en el latir acelerado de su propio pecho.

Después del largo camino para llegar hasta ese momento, los senderos que se abrían ante ellos prometían un largo mañana juntos. Sonrió feliz y la mirada de Jensen se cruzó con la suya, y un secreto saltó entre pupilas, como al principio entre ellos, pero ahora las miradas ocultaban sentimientos más íntimos y profundos, y ningún recelo podía oscurecerlos. Le siguió al interior del edificio, su hermana y Jensen reían ante la insistencia de Megan por visitar la granja, estaba pidiéndole al brujo que hiciera cocodrilos rosas y varios dragones y Jensen le prometía que quizá pronto podría conocer a un auténtico dragón y no a uno construido de viento y voluntad, y Jared les miró comprendiendo que nadie podía ser más feliz de lo que él lo era en ese instante.

FIN