EL RITUAL. (Completa)

Chapter 5: El ritual, capitulo 5

Jared abrió los ojos sobresaltado por un sonido que le puso los pelos de punta, tardó varios segundos en identificar que se trataba de sollozos, y un minuto más en reconocer la voz de su padre. Mantuvo los ojos cerrados, John necesitaba espacio para desahogarse. En la oscuridad le escuchó levantarse, después el sonido de una puerta cerrándose y el agua del baño corriendo, intentó no pensar en ellos, solos, si ella moría. Desde la muerte de su madre en cierto modo ya eran las ruinas de una familia, si Megan les dejaba no volverían a ser tal cosa, solo dos hombres solitarios.

Abrió los ojos y miró hacia la cama, su hermana dormía, en las pocas horas de una sola noche su aspecto se había vuelto demacrado y enfermizo, respiraba con dificultad, y el olor a leche agria se había vuelto insoportable. Después de preguntar a varias personas ya sabía que era un olor "mental" y no real. Nadie parecía notarlo, y Jared sospechaba que era "su" olor, que provenía del ser que devoraba a Megan agazapado en su interior.

Cuando era niño su madre le había asegurado que los monstruos no existían, que solo eran cuentos para soñar con rescates y reencuentros, ya entonces Jared había sentido que quizá su madre se equivocaba, porque estaba bastante seguro de que a veces algo dormía bajo su cama. Lo escuchaba respirar e intentaba que no le escuchase a su vez, guardando silencio durante horas, nunca se lo dijo a nadie porque su madre no sabía mentir y solo podía ser su imaginación. Ahora se preguntaba si de verdad habría habido nada bajo su cama: el mundo se había vuelto un lugar más amenazador y hostil desde lo sucedido con Megan. No es que no supiera antes que existían cosas extraordinarias, pero en cierto modo fue cuando Jensen llegó a su ciudad cuando entendió que ahí fuera podía haber cosas muy diferentes a lo esperado. Después del ataque a Megan supo algo más, para algunas de esas cosas eran alimento.

Se asustaba del odio que sentía, casi como una sensación física ahogándole. Nunca había sentido algo así anteriormente, ni siquiera contra el borracho que le había arrebatado a su madre por pura inconsciencia, pero aquel ser no era un hombre miserable, demasiado roto para medir las consecuencias de sus errores, aquella criatura era un monstruo que conscientemente estaba destruyendo a una niña pequeña. Y no por primera vez. Aquello se alimentaba de niñas como su hermana, llevaba siglos haciéndolo, sobreviviendo a costa de otras vidas, como un parásito inmemorial al que no le importaba lo que arrebataba, solo lo que tomaba.

Jared no se creía capaz de una emoción tan visceral pero el rencor era tan intenso que deseó tener algo del poder de Jensen para destruirlo, por Megan pero también por todos las vidas a las que había puesto fin para perpetuar la suya. Por primera vez se preguntó como lograba el hechicero resistirse a la tentación de imponer su poder, de decidir qué era correcto y qué equivocado, y comprendió que aquella fuerza no era solo un don, sino también una maldición.

Su teléfono móvil sonó en ese momento, y salió del cuarto para responder. La voz de Jensen sonó ronca al otro lado de la línea, su pecho dio un vuelco al escucharlo:

-Baja, te acerco al colegio- seguramente resultaba ridículo,allí en mitad del pasillo con la boca literalmente abierta y expresión confundida pero no era capaz de reaccionar, la risa de Jensen sonó divertida - es solo un número de móvil, menudo brujo sería si no fuera capaz de descubrir algo así, te doy diez minutos para ponerte guapo, aunque no necesitas ni eso, después subiré a por ti- el tono socarrón desmentía sus palabras pero aún así se sobresaltó. Lo cierto es que no tenía ropa de recambio, había pensado pasar por su casa para ducharse y cambiarse antes de acercarse al colegio. John había llamado para informar de la situación de Megan pero ambos habían pensado que era mejor que Jared se acercase para pedir unas días libres en persona.

Regresó al cuarto, John había salido del baño y lo miraba .Jared le dijo que volvería más tarde, que hablaría con los profesores y el director, y se encargaría de todo lo demás, su padre asintió y solo le preguntó si volvería para comer, le aseguró que probablemente o, de lo contrario, le llamaría para advertirle.