Capítulo 1.

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CHRISTIAN.

Por fin había conseguido escaparme de una de mis clases de Arco para ir a la Sala de la Verdad, donde estaba guardado el libro del Mañana. Desde que mi profesor de Historia nos había hablado de el hacia unas semanas, mi curiosidad me había afectado tanto que había tenido que hacer pellas.

Esquive las cámaras de seguridad que tanto conocía ya que yo mismo había ayudado a instalarlas. Ante mi tuve la gran puerta blindada de 5 metros de altura que tanto miedo me daba cuando era pequeño. Mire hacia los lados y, tras comprobar que no había nadie, saque un sheriz y lo encaje en la cerradura. Tras un chasquido, la puerta se abrió lentamente y, en medio de la Sala, se encontraba el Libro sobre una mesilla de 1 metro de altura barnizada con el mejor de los barnices de Neporta.

Avance cautelosamente como me había enseñado mi maestro Peter hacia el Libro. Acaricie su lomo como si se tratase de mi gato Mirtle y lo abrí. Pase lentamente las paginas sin saber muy bien lo que estaba buscando, pero de una cosa estaba seguro, lo sabría en cuanto lo viese.

-Con que aquí estaba señorito Wiliams.

Di un respingo al oír la áspera voz de mi director y me di la vuelta con el cuerpo tenso. Mire al viejo hombre gordinflón y encorvado, con sus gafas caídas en la punta de su afilada nariz. Cuando repare en sus ojos me relaje, esos ojos color verde esmeralda con un deje de picardía no podía ser otros que los de mi mejor amigo Alan. Retuve la mirada con el durante un rato, hasta que se empezó a destornillar.

-¡No puedo mas!- Alan se desplomo en el suelo y volvió a ser el chaval rubio de 16 años, de ojos verdes, con las facciones de la cara prominentes y con un cuerpo bien trabajado, aunque no mejor que el mío.- ¿Que se supone que estas haciendo?

-¡Nada!- me puse delante del Libro para taparle la vista, aunque el ya sabia lo que era.

-¡Venga que se lo que…!- unas voces masculinas hicieron que se callara.- Vamos…

Salimos corriendo metiéndonos por los amplios pasillos.

<<Christian, sabes que acabaran descubriendo que éramos nosotros, ¿verdad?>>

Respondí rápidamente a su mensaje telepático.

<<Lo se Alan, lo se>>

MAYA.

No me percate de la entrada de Judith en la habitación hasta que sentí como la cama se hundía ante su poco peso. Fue entonces cuando di un respingo y me gire bruscamente.

-Maya, Megan quiere que te acerques a la tienda a por unas cosas.

-¿¡Que?! ¿¡Por que yo?!

-No se, vete a preguntarle. Me voy a duchar.

Aun no comprendía eso, con 14 años que tenia y 5 que llevaba allí, aun no me entraba en la cabeza. La verdad, es que ni siquiera sabia  realmente por que estaba allí. Ah si, podía controlar y ver auras, manejar mentes y era buena con una espada. Cerré cuidadosamente mi ejemplar del libro Cazadores de Sombras, memorizando sin problema la pagina. Camine descalza por el enmoquetado suelo azul hasta llegar a la puerta de la habitación de Megan, pasando por delante del cuarto de Judith y de algunas compañeras más.

Llamé y entré sin esperar respuesta alguna. Vi a la joven directora repantigada en un puf negro, con un chándal gris y viendo un reality show mientras comía palomitas de un gran cuenco verde.

-Megan…

-¡Oh, Maya! Siéntate.

Cogi un puf azul que había en una esquina, lo puse junto a ella y me acomode.

-Sabía que vendrías.

-¿Cómo?

-Déjame que te cuente una cosa. Nosotros, desde hace mucho tiempo, protegemos Neporta y la Tierra de algo muy poderoso que manipula nuestra mente.

-¿La nuestra?

-Si, y la de todos. Yo creo que ya es hora de que cumplas tu misión.      Veras, para combatir hay institutos o internados…

-¿Cómo el nuestro?

-Mas o menos, allí enseñan combate. Pero a la hora de la verdad, no solo se necesita un buen luchador, se necesita a alguien como tu, como todas tus compañeras, para completar el trabajo.

Me han llamado desde ICC, allí te necesitan para que sirvas de ayudante a algún Cazador y para otra cosa: ayudar a un chaval problemático.

-Vale. ¿Y que tipo de Cazadores somos? ¿Cazadores de Sombras?

-Jajajajaja, que ocurrencias tienes…los Cazadores de Sombras son tan solo un mito…Y ahora, a cenar, mañana te espera un largo viaje.

-Pero necesito saber…

-Lo sabrás a su tiempo, y ahora, vete.

Me levante y desaparecí por la puerta como un fantasma, haciendo ondear mi camisón blanco ante mis rápidos pasos por las escaleras y recogiéndome el rizado pelo rubio en un moño alto, dejando algunos tirabuzones rebeldes fuera de su sitio. Cuando entre en el comedor y Judith me vio, me llamo corriendo para que me sentara a su lado, pero, a pesar de su insistencia, no pude comer, estaba centrada en algo más importante que mi nutrición: Cazadores de Conciencias.

Cazadores de conciencias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora