Capítulo 5.

135 6 0
                                    

Sentí detrás de mí una presencia femenina que reconocí al instante por su aroma a vainilla, que tanto me había impresionado desde que la vi. Quise gastarla una broma, pero de repente me acordé de que en 5 minutos, Alan me esperaba en mi habitación. Caminé sorteando a la gente, como si así pudiese despistarla, pero era fastidiosamente rápida, y mi misión fue un fracaso. En la puerta de mi habitación me esperaba Alan, apoyado en la pared, observando distraído cómo pasaba la gente por delante de él. Me extrañó mucho que no mirase descaradamente a las chicas que pasaban y me desconcerté, eso siempre lo hacía.

-Hola tío.

-Buenas.

La chica de antes (¿Maya?) había llegado a su habitación y rebuscaba nerviosa en su mochila, quizás buscando la llave. Estaba empezando a ponerse nerviosa, hasta que se percató de que la llevaba colgada al cuello. Sonrió aliviada, se la desenganchó y la insertó en la cerradura. Abrió la puerta y antes de entrar, nos echó un rápido vistazo. Miró desconcertada a Alan y, moviendo la cabeza, se metió en la habitación.

Abrí la habitación y fui a pasar cuando me di cuenta de que Alan seguía con la mirada fija en la puerta de al lado.

-¿Alan?

-¿Eh? Ah si, pasemos.

Pasamos a la habitación y me senté en el borde de la cama. Él cogió distraídamente un puf que tenía por ahí y se sentó.

-¿Se puede saber que te pasa?

-Eh, nada.

-¿Sabes que ha venido una chica nueva? Menuda tontería. Además, está en esa habitación que te gusta tanto, ya no podrás ir allí a mangar libros, jajajaja.

-Si, bueno. ¿Qué te dijo Wales?

Su contestación me enfadó. ¿Por qué rehuía el tema? ¿Qué le pasaba con aquella chica? ¿Se conocían?

-Alan, ¿qué pasa con Maya?

-¡No me pasa nada!

-¡No me has preguntado quién es Maya! O sea se que la conoces.

-¡Déjame en paz!

Se levantó bruscamente y se fue, dando un portazo.

Cazadores de conciencias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora