Capítulo 2.

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CHRISTIAN.

-Christian Wiliams, Christian Wiliams…

El director estaba ante la mesa, mirándome con sus ojos de serpiente como si yo fuese su siguiente presa. Un momento, lo era.

Clavo en mi sus pequeños ojos amarillos y se subió las gafas, que en un instante se deslizaros por su nariz como un niño divirtiéndose en un tobogán.

-Eres una desgracia para tu familia, si tu padre te viera…

-Señor, me puede ver, esta aquí, en Neporta.

-Si, ya, ya…                                     

No estaba preparado para escuchar mas quejas por parte de aquel viejo cascarrabias, así que me limite a mirar a la trampilla del techo maquinando mi huida. Cuando me lleve la mano al cinturón para sacar el sheriz que abriría mí salida de escape, el ruido de unos nudillos llamando a la puerta nos irrumpieron a mí y al director Wales, que aun seguía hablándome.

Una bella mujer de unos treinta años, ataviada con el traje de Cazadora irrumpió en el despacho, seguida de una joven de unos 14 años, no muy guapa a simple vista, con una gran mata de pelo rubio con las puntas azules cayendo en tirabuzones por debajo del pecho y un flequillo que le tapaba las cejas y parte de los ojos; ya era hora de que se lo cortase. Su tez clara contrastaba con su camiseta de tirantes negra y ajustada y los pitillo vaqueros rotos. Su pequeña me hizo sonreír; la hacía parecer una ratita. Podría pasar perfectamente como una humana, pero con una daga colgada al cinturón y un tatuaje en forma de gota en la clavícula, era evidente que era una limanted, la mitad de un equipo de Cazadores de Conciencias. ¿Qué haría ella aquí?

Cuando nuestras miradas se encontraron y distinguí en sus moteados ojos azules una revelación de violeta, los dos dejamos de respirar. Recordaba a esa chica.

MAYA.

Pude percibir con fuerza su aura incluso antes de entrar, y cuando le vi, completamente vestido de negro, con los ojos ocultos bajo un largo flequillo que le producía un pequeño tic para apartárselo dejando ver unos ojos profundos y negros como la oscuridad, supe que era el.

Rememore ese día como si fuese ayer:

‘’había bajado a la calle para tomar el aire y acabe subida en un autobús, sin un destino fijo, sentada en la parte de atrás y contemplando el paisaje desconocido desde la ventana, lejos de mi hogar. Si, para mi, aquel internado viejo era lo mas parecido a un hogar.

En una parte del trayecto, descubrí un MS (Music Shop) y me baje del autobús para entrar en el. Me aturulle al pasar, porque, acostumbrada a vivir entre gente que controlaba perfectamente su aura, no estaba preparada para todos estos seres sobrehumanos que no podían controlar sus pensamientos.

Me puse los cascos para ahuyentar mentes ajenas y deambule por el lugar, hasta que encontré una sección de mis grandes ídolos: Los Beatles. Me acerque a los discos de vinilo, y cuando fui a coger el ultimo ejemplar, una mano masculina lo cogio a la vez. Intente enviar un sondeo para que se olvidara del disco, pero choco contra su aura y me reboto a mi, por lo que me impacto un poco; tenia un aura muy fuerte. Solté el disco, entre asombrada y aterrada, y deje que se lo llevara y se fuese, dejándome plantada como una tonta en medio de la tienda, completamente estupefacta. ’’

CHRISTIAN.

Mientras ella y yo nos habíamos quedado mirando, sin apartar la vista el uno del otro, los adultos ya se habían saludado y nos miraban con curiosidad. Sacudí la cabeza y mire pensativo a mí alrededor, pasando la mirada de la chica joven a la mayor.

-Nos volvemos  ver, Megan Marshall.- mire fríamente a la directora del internado del barrio de al lado.

-Christian Wiliams.- entorno los ojos y yo me gire bruscamente hacia la chica rubia, hablándole al director.

-Wales, ¿me ha traído a una enana limanted? ¿En serio?- ella se me quedo mirando extrañada, seguro que no sabia qué era una limanted.

-Christian, la señorita Suck ha venido a ayudarte.

-Ayudarme ella a qué.

-A comportarte Christian, a comportarte.

-¡Venga! ¡No necesito a una enana de 14 años para comportarme! Además, ¿no necesita un manlited?

-¿Un que?- por primera vez abrió la boca, con una voz suave pero autoritaria.

-Man-li-ted. M-A-N-L-I-T-E-D.

-Maya, un limanted eres tú, un manlited es la otra mitad de un equipo de Cazadores de Conciencias, el luchador.- Megan salio en su ayuda.

-Ajá. ¿Y lo necesito o no?

-Si, pero…

-¿Quién será?- interrumpí.

-A eso iba, Christian- dijo, poniendo énfasis en mi nombre- Aun no lo sabemos. Desconocemos los antepasados de Maya, así que no sabemos quien, pero de una cosa estamos seguros, es de aquí.

-No seré yo, ¿verdad?

-Puede ser cualquiera Christian.

Cazadores de conciencias.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora