Capítulo 10: Deseo concedido.

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Capítulo 10: Deseo concedido.

Caminé hacía la cama, me senté en el borde con la vista clavada en el suelo, esperando que Ryan recogiera sus cosas, pero no fue eso lo que pasó…

Sus manos agarraron mi rostro, lo levantó y me besó.

–Ryan… para.

–Vicky ¿No lo entiendes verdad? –Sus ojos azules me miraron de una forma que paralizó mi corazón.

–¿Qué es lo que tengo que entender? Me he enamorado de ti y tú…

–También me he enamorado de ti– terminó mi frase. –Te quiero Vicky, creo que me enamoré desde que te vi en aquella playa. Mi corazón era quien me hizo volver a buscarte, te quiero.

Mi mundo se detuvo, mi respiración desapareció… Creía que estaba soñando. Las lagrimas caían una tras otra Ryan las secó con sus labios. No sabía que decir, no podía articular palabras. ¡RYAN APPLEWHITE ME QUERÍA! ¡ME QUERÍA!.

–Dime algo, por favor.

–Dilo de nuevo– le pedí.

Él me entendió, sonrió y susurró junto a mi boca.

–Te quiero.

Sus labios volvieron a los míos, me perdí en aquel beso. Me sentía en las nubes sin opción a bajar. Mis dedos se enredaron en su pelo, sus manos bajaron por mi cuerpo… Aquella noche Ryan Applewhite me hizo amor, mientras susurraba en mi oído que me quería.

Al despertarme me encontré con la mirada azul del hombre que conseguía que olvidara todo, él que hacía que mi corazón brincara de alegría tan solo con una sonrisa.

–Bueno días, marmotita mía. – dijo y me besó la frente.

–Bueno días grandullón. ¿Qué horas es?

–La seis y media.

–¿Cuánto llevas despierto?.

–Media hora. Me gusta verte dormir, ¿Te ha gustado lo que has soñado?

–No recuerdo el sueño. ¿Por qué?

–Has pronunciando mi nombre mientras dormías.

Sonreí y le di un pequeño beso. Soñar con Ryan no era nada nuevo, lo hacía todas las noches.

–¿Puedo preguntarte algo?.

Aquella conversación me trajo un recuerdo.

–Lo que quieras.

–¿Conoces a alguna otra chica que se llame Vicky?

Ryan se quedó pensativo y negó con la cabeza.

–No, eres la única. ¿Por qué? – frunció el ceño intrigado.

–La noche que te quedaste aquí para cuidarme, te escuché decir mi nombre en sueños.

–Ya te había dicho que sueño contigo. Estas en mi cabeza las veinticuatro horas.

Sonreí y lo abracé. Ryan era mi adición.

–Te quiero. – susurré en su boca.

–Y yo a ti cariño.

Llegué a la universidad sin poder borrar la sonrisa de mi cara. A Mel preferí no contarle nada por el momento, ya llevaba bastante mal que me acostará con Ryan como para que también supiera que nos habíamos enamorado. Él era mi profesor, podríamos haber acabado expulsados, y también estaba el detalle de compromiso.

El desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora