Capítulo 23: Otro punto de vista.

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Capítulo 23: Otro punto de vista.

Agarro su mano. Los sanitarios se mueven en el interior de la ambulancia, no se lo que hacen, no puedo mirarlos, solo puedo mirarla a ella.

-Vicky no me dejes, por favor- Lloro a su lado.

Siento que estoy muriendo cada minuto que pasa y no abre los ojos. Estoy asustado, realmente asustado. Si ella se... ¡NO!, me niego a pensar en ello. Vicky se va a recuperar, lo hará y los dos podremos vivir por fin juntos, felices...

Verla tan quieta, pálida y sin su sonrisa me esta rompiendo el alma.

Llegamos al hospital. Corro junto a su camilla, una doctora me dice que no puedo seguir, que ella se encarga. Quiero gritarle, exigirle que me deje estar a su lado, pero disiento.

Me siento en una de las sillas de la sala de espera, me vuelvo a levantar y a caminar nervioso. Saco el móvil y llamo a la única persona en que la confío, mi madre.

-Ryan, cariño ¿Estas bien? - Pregunta al oír mi llanto.

-Mamá necesito que vengas al hospital- Y antes de que se altere, le aclaro- No me ha pasado nada, pero te necesito.

-En quince minutos estoy ahí- Me asegura y cuelga.

Miro el teléfono, en la pantalla esta el rostro de Vicky, esa foto es una de mis favorita, dormía plácidamente mientras se la sacaba, su melena rubia regada por la almohada, y lo labios, el mejor manjar que he probado en mi vida, ligeramente separados. Sonrio con tristeza al recordar la noche que hice aquella foto. Me había sorprendido con un baile, se quitó la ropa poco a poco, mientras sus preciosos ojos castaños me devoraban. Era la criatura más sensual, sexy e increíblemente hermosa y adictiva que había conocido en toda mi vida. Cuando la tenía entre mis brazos sentía que lo tenía todo en el mundo, sin darme cuenta que ella se había convertido en mi mundo. Verla dormir es uno de los mayores placeres que he experimentado, o tan solo verla. Aquella rubia que conocí en un playa, se ha convertido en mi vida y si... si no sale de esta, no podré seguir.

Ahora entiendo a Romeo, él no podía vivir una vida sin Julieta y yo no podría vivir sin Vicky. Preferiría la muerte.

Vuelvo a marcar otro número.

-¿Si? - Contesta la amiga de Vicky, Mel.

-Soy Ryan...

-Hola Ryan, ¿Qué tal todo? ¿Lo pasáis bien?

Tomo aire y busco las palabras adecuadas para darle la noticia.

-Mel...estoy en el hospital, Vicky...

Antes de poder decir nada más oigo como la línea se corta.

Vuelvo a sentarme, con la cabeza entre las manos. Nunca había llorado de esta manera, nunca me había sentido así, es como si un agujero negro se formara en mi pecho, arrazando con todo. La mujer a la que más he querido en mi vida, a la más que he amado, esta ahí dentro, dentro de un quirófano devatiendose entre la vida y la muerte. No puedo perderla... no puedo.

Cojo el móvil de nuevo, me meto en la galería, donde miles de fotos de una preciosa rubia aparecen; Sonriendo, durmiendo, pensativa... busco un vídeo, le doi a play y aparece ella; riéndose y feliz, mientras conducía el Lamborghini. Se le veía tan llena de vida, tan alegre y risueña, que se me hace un nudo en la garganta solo de pensar en lo que está pasando. Bloqueo el teléfono y lo guardo de nuevo. No puedo seguir pensando así, ella se recuperará. Lo hará.

Paseo como un loco por la sala de espera. Paro a cualquier medico o enfermera, nadie me dice nada.

-Ryan.

El desconocido.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora