Capítulo 15.

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Definitivamente, voy más pija que nunca.

Hago una mueca mientras agarro el vuelvo del vestido para poder verlo aun más detallado. Es rojo entero, con un escote moderado de palabra de honor. Lo que menos me gusta es el gran vuelo que tiene. Con un poco de viento podría salir volando por toda la ciudad.

Resoplo y me hago una trenza de lado. Ahora si que parezco realmente una chica refinada y con clase.

 -          Pero mira que guapa estás – dice mi madre, que acaba de entrar en mi habitación.

-          ¿Bromeas? ¡Parezco una rosa!

-          No digas tonterías, vas perfecta.

Decido no seguir conversando con mi madre. Sus gustos y los míos a la hora de vestir son totalmente distintos. Más bien, las dos no tenemos nada en común.           

Bajo al salón, donde la mesa y sillas ya están preparadas para cuando lleguen los invitados. Por desgracia viene Jordi, puesto que su padre está invitado y es amigo de los míos.

Desde que Mikel se fue no he parado de pensar en él y su maldito ‘’te quiero’’. ¿Cómo le podía gustar? ¡Somos como el día y la noche! Mientras que él es el típico chulo de calle, yo soy una niña pija y mimada.

No he conseguido poner mis sentimientos en orden. Sé que siento algo fuerte hacia Mikel, pero me da miedo. Muchísimo.

El sonido del timbre hace salga de mis pensamientos y entre en una pequeña tensión. Reconocería esa manera de llamar desde cien kilómetros de distancia.

 -          Compórtate – dice mi padre antes de abrir.

-          Siempre lo hago.

Como me imaginaba, es Jordi y su padre. Le lanzo una disimulada mirada asesina que solo capta él. Me siento en mi silla asignada y miro el móvil. Las diez de la noche. En nada irá llegando más personas.

 * * *

El mayor aburrimiento de mi vida. Desde que llegaron todas las personas y nos sentamos, no han parado de hablar de tonterías de la empresa. O incluso han menospreciado a personas de cargos menos importantes que el de ellos, lo cuál me ha puesto de mal humor.

Jordi se sentó a mi lado con la excusa de estar junto a una persona de casi su misma edad. No ha parado de lanzarme miradas y cosas así para incomodarme. Lo ha conseguido.

Las once y veinte de la noche. Ya debería de estar en camino a reunirme con Mikel.

-          Mi hija en su futuro también trabajará en la empresa.

Alzo la cabeza hacia mi padre. Habla con dos hombres animadamente.

 -          Ella lo está deseando, me lo comenta muchas veces.

Mentir y tomar decisiones por mi ya ha sido demasiado. Paso de permanecer callada, a la mierda.

 -          No pienso trabajar en la empresa.

Todos callan y me miran fijamente. Luego a mi padre, el cuál tiene la cara más blanca de lo normal.

 -          Hija, deja ya de bromear.

-          Deja tú de decir mentiras. Jamás he dicho que vaya a trabajar allí. Ni quiero.

-          Saray, ya está bien. Eres demasiado joven para…

-          ¡Soy lo suficiente mayor como para tomar mis putas decisiones! – grito mientras me levanto de la silla con furia.

-          No grites, estás montando un escándalo. ¿Acaso quieres desperdiciar tu vida?

-          ¡Quiero ser yo, no tú!

Miro por unos momentos a Jordi. Él da un pequeño asiento con la cabeza y hace una mueca.

 Flashback

Bufé al ver como Jordi se sentaba a mi lado. Este sonreía con suficiencia, dispuesto a darme la lata. Decidí ignorarle poniéndome a jugar al Candy Crash en el móvil. Por desgracia, empezaron a llegar más personas, teniendo que dejar el juego.

 -          ¿No me saludas? – preguntó sonriendo.

-          ¿Quién te crees para merecer mi saludo?

-          ¡Menuda creída! Cada vez te pareces más a tu padre.

Ese comentario provocó que le mirase. Reía de la cara de tonta que se me acababa de poner. Apartó la mirada para saludar a un hombre de aspecto mayor que pasaba por nuestro lado. Yo ni siquiera lo hice, no le conocía de nada y ni necesitaba hacerlo.

 -          ¿A qué te refieres? – pregunté con seriedad.

-          ¿Eh?

-          Voy en serio. ¿Por qué dices que cada vez me parezco más a mi padre?

-          Piensa en tu actitud hacia los demás.

Crucé los brazos y me quedé mirando fijamente mi plato, el cuál todavía yacía vacío. Que yo supiera, mi actitud es la de siempre. Soy buena con mis amigos y los trato con igualdad. Al igual que a las demás personas que no conozco. Bueno, con Mikel fue distinto, pero tenía motivos.

 -          Parece que tu cabeza hoy está cerrada – dijo entre dientes.

-          Déjame en paz.

-          Tu misma. Solo digo que antes eras mucho mejor. Y que tu padre está consiguiendo volverte como él. Y si te digo esto es porque, aunque ya no seamos nada, no me gustaría verte convertida en una persona asquerosa.

Suspiré y no le volví a mirar ni dirigir la palabra. El hijo de puta ha conseguido rallarme.

Ha decir verdad, la última vez que quedé con mi grupo entero, me comporté fatal. Y quizás he hecho mal en desconfiar de Mikel desde el principio. No sé, no quiero ser como mi padre. Quiero ser yo, Saray. Hacer lo que me gusta, ser feliz conmigo misma.

 Fin Flashback 

Y sin más, voy hacia la puerta con paso ligero, ignorando las quejas de mi madre y los murmullos de los demás.

 -          ¡¿Pero a dónde crees que vas?!

-          He quedado con tu futuro yerno.

No te alejes de mi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora