Midnight Memories [TERMINADA] 1D, Logan Lerman, Ian Somerhalder, Sam Claflin.

Capítulo 58

Carrie PDV

El día de la sesión de fotos había llegado, ayer por la tarde tuve unos pequeños altercados con Sam sobre eso, no quería que nadie más que él viera mi cuerpo, a lo que respondía que me importaba una mierda, no sería las típicas mujeres sumisas que hacen lo que quieran los hombres, no señor.

Después de hacer el amor por cuarta vez en el día, me dieron las cuatro de la tarde y decidí que era tiempo de bañarme y arreglarme para ir a trabajar. Me puse mis jeans azul marino, mi polera roja de Nirvana, una chaqueta negra ajustada y mis fieles converse negras.

-No hay nada que pueda hacerte cambiar de opinión ¿No es así?- Pregunta Sam apoyado en el umbral de la puerta de la cocina.

-Creo que no- Pongo cara de pensativa.

-Por último déjame llevarte en mi auto.

-Sam, yo nací sola y puedo vivir sola, me iré en taxi- Saqué dinero de mi bolso para el transporte.

-Llévate mi auto- Me muestra las llaves y las mueve de un lado a otro.

-Te imaginas la sarta de cosas que inventaría de nosotros juntos por el solo hecho de yo conducir tu auto, nos descubriría.

-Claro, tienes razón, sólo … llámame si necesitas algo ¿Sí?- Dice preocupado.

-Seguro- Tomo su rostro en ambas manos y lo acerco para depositarle un beso en sus labios rosados- Estaré bien.

-Te quiero.

-Yo también, adiós- Salgo de la casa y me paro en frente para esperar el taxi que por suerte estaba al frente, miro por última vez la casa de Sam y veo que está viéndome y me hace una seña de que él llamo al taxi. No cambiará nunca. Muevo la cabeza de lado a lado y sonrío.

-Hola Señorita Blur ¿Dónde la llevo esta tarde?- Hasta mi nombre le había dicho el cretino.

-Tylos Street por favor- Le dije y largué un suspiro, acomodé mi bolso a mi lado y me estiré lo más que pude.

No sé cuánto tiempo pasó pero el señor de unos 45 años muy bien afeitado me habló.

-Señorita Blur hemos llegado a su destino- Sin más que hablar le entregué el dinero.

-Solo llámeme Carrie- El asintió y yo le respondí con una sonrisa y me bajé del vehículo.

Me vi parada afuera de un gran edificio con un gran cartel por encima el cual no lograba leer con el sol obstruyendo mi vista pero suponía que decía algo relacionado con fotografías. Sin más preámbulos entré, divisé a una chica de no más de 30 años rubia platinada con las uñas largas e intensamente rojas, que asco.

-Disculpa tengo una cita a las 6 para una sesión de fotos- Rápidamente la rubia me identificó y supo quién era a juzgar por su miraba inquisidora y depredadora.

-Claro preciosa, no necesitas decirme tu nombre, sé exactamente quién eres, Carrie Blur- La rubia se pasó la lengua mojándose toda su boca. Aunque llevo años en la insdustria del espectáculo, aún no estoy acostumbrada a que sepan quién soy.

La chica buscó algo en su computadora y me acompañó al ascensor, presionó el botón para que la caja infernal bajara y yo ya estaba sufriendo espasmos por la razón de que me iría sola en el ascensor, les tengo pánico y además soy claustrofóbica, la mejor combinación. La caja del demonio bajó y yo subí temerosa, pero siempre disimulando. La platinada presionó el botón que detenía el ascensor.

-Si quieres compañía para alguna noche fría, llámame- Me guiñó el ojo y me pasó una tarjeta que sacó de sus voluptuosos pechos. La recibí y la rompí en su cara.