Lo correcto - Parte 2

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Capítulo dedicado a CamiMartinez64 Felicidades por tu cumpleaños, Camichuuuu. Te mereces el cielooooo. Gracias por tu apoyo, por estos casi tres años de soportarme (weno, soportarnos) y por ser una adm genialosa tanto en wsp como en fb. Ay, ya estás tan grande ;-; creces tan rápido. Lafiu 

***


Me siento frente al escritorio con mi laptop abierta en una página en blanco. He decidido intentar escribir en la mañana, cuando una chispeante idea se coló en mis pensamientos y me siguió toda la semana. Sin embargo, como era de suponer, una vez más me quedo con los dedos sobre el teclado sin escribir palabra alguna.

Esto es algo que discutiré hoy en la noche.

Mamá anuncia desde la primera planta que Martin está en casa. Cierro la computadora y me pongo lo más lejos posible de ella, en un sitio donde su impertinente curiosidad no quiera saber qué hacía.

—¡Buenos días!

Joseff Martin es como uno de los niños del hogar; siempre va animado, reprochando cuando algo le molesta. Y yo soy experto en hacer que algo lo moleste. Tras la ausencia de mi saludo, se pone serio.

—Ya sé que una parte de ti me desestima, tú, infelix, pero por lo menos hazme un ademán.

Me dan ganas de enseñarle el dedo del medio.

—Hola.

—¿Algo interesante que contar?

Ya sé a qué viene. Quiere saber cómo me fue en la cita de ayer.

—No fui. No hubo cita. No hay nada interesante que contar.

Me siento sobre la cama y busco mi celular.

—¿La cancelaste? —pregunta.

—No es de tu incumbencia.

Empiezo a apretar la pantalla sin sentido hasta dar con los mensajes. Martin, ingenuo frente a mis intenciones, se acerca a ver qué tanto hago. Con su índice sobre la pantalla del celular, desliza hasta dar con la desconocida de las fotos.

—¿Y eso? —pregunta con un dejo de inocencia.

Me aparto.

—Recibí los mensajes de alguien.

—¿Es un acosador? Tendré que sacar mi lado hacker para fracturar unos cuántos dedos...

—Era un número errado —lo zanjo antes de que se le llene la cabeza de fantasías—. Creyó que soy un tal Randall.

—Me suena a excusa. —Sus ojos empequeñecen—. ¿Sabes?, por la televisión vi que personas infieles ocultan los mensajes de sus amantes con este método. O ocultan sus perfiles e intenciones...

De pronto, mi celular desaparece de mis manos y Jo corre con este a un rincón de mi habitación para entrometerse en mis asuntos.

—¡Fiuuuu...! Pero qué buenas... piernas. Iba a decir piernas. —Lo último lo dice para convencerse a sí mismo. Debe estar viendo los mensajes de la desconocida.

—Dámelo.

Extiendo mi brazo en busca del celular, pero Martin se mueve impidiendo conseguirlo. Una risa traviesa se le escucha salir de las entrañas, igual a la de un niño que hace algo indebido. Colmando mi paciencia, hago otro intento saliendo victorioso. No sonrío por mi hazaña, más bien me preocupo de la expresión satisfecha que porta Martin.

FelixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora