Es preciso dejarlo así - Parte 1

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PRINCIPIO BÁSICO PARA MANDARLO TODO A LA MIERDA 10:

No todo golpe de suerte es para bien.


En otra situación no me habría molestado ser emparejada con Felix. A decir verdad, mi frívolo corazón sufrió de corto circuito cuando vi el periódico en el mostrador del kiosco, agitándose a causa del viento invernal que precipitaba la lluvia. El malentendido parecía cosa de libros, fantaseé con ello un momento mientras formaba una sonrisa boba. El problema es que media universidad cree que soy una fácil y él un idiota que cae frente a una fácil.

El sueño de toda chica encaprichada se ve tan sucio cuando estás en un periódico amarillista con un titular tan pobre.

Felix termina de leer la noticia y deja el periódico sobre la mesa.

—No es la primera vez que salgo en cosas así —dice de forma seria.

—Pero sí la primera en la que involucran a alguien más.

Suelta un suspiro alargado mientras arranca la hoja con la extraña historia que creó sobre mí.

—Es mejor ignorarlo. Los destripes gratuitos van por moda, ya pasará —concluye con pesadumbre, sus alargados dedos arrugan la hoja. La bola de papel la guarda en un bolsillo de su overol, provocando que una vaga idea se cruce lenta por mi mente y piense que podría conseguir esa hoja para pegarla en mi pared. Después de todo, y pese a que su historia es un chiste malo que me recuerda a Rápido y Furioso, me puso como protagonista a mí.

La portada del cuaderno queda a la vista junto al periódico. Es una imagen que reconozco del cuaderno de Katrina.

Así que me pidió el cuaderno a ella. Supongo que no hay rencores, pero ¿habrá interés?

Momento, guapa. No es tiempo de cuestionar tus inseguridades amorosas.

Cierto; esto es más importante.

Tomo el periódico para doblarlo.

—¿Entonces dejarás que sigan hablando mal? —cuestiono finalmente, guardando el diario en mi bolso—. Mételes una denuncia a todos ellos y ya. Yo lo haría.

Ajá, lo haría, pero me falta la pasta.

—No gastaré dinero por algo tan absurdo.

—¿Es que no te afecta ni un poquito? —insisto, buscando su rostro.

—No.

Lo miro a los ojos. Mantenemos la mirada un momento hasta que él cede y se pone de pie.

—Mientes —sentencio siguiendo sus movimientos.

—Las únicas opiniones que me interesan son las que mis cercanos tengan de mí, y conozco cuáles son. —Parece meditar un segundo. Su rostro serio se tensa, lo noto en su quijada. Niega con la cabeza y recoge las cosas de la mesa—. Opiniones que suenan absurdas y parecen hechas con malas intenciones no me interesan ni afectan, las dejo pasar.

—No dejes que te ensucien con mierda.

Ambos de pie, Felix se encamina hacia mi amiga y su tonto hermanastro. Yo le sigo detrás, argumentando por qué es malo dejar pasar todas las cosas que le dicen, que por muy ridículo que sea le traerá cosas malas, que no guarde silencio. Él se detiene y gira hacia mí; su rostro tiene una expresión extraña.

—A ti no te debería importar lo que otros dicen de mí —pronuncia.

Debería —le doy la razón, marcando la palabra—. Lo hace porque...

Se escucha una explosión lejana. Las luces parpadean hasta apagarse por completo. El grito de los niños es unánime. El hogar queda a oscuras sin consolidar la ayuda del cielo gris que hay afuera. La lluvia debió provocar algún cortocircuito en los cables. Dentro del casino, apenas se logran divisar nuestras siluetas.

El escenario parece digno de alguna película de terror japonesa, donde los estudiantes se quedan encerrados con un asesino o espíritu maligno entre ellos. Lo bueno es que contamos con la compañía del exorcista de fantasmas profesional; lo malo es que no he visto que traiga su escoba.

Enciendo la linterna de mi celular. A unos metros, Katrina parece haber tenido la misma idea que yo.

—¡Hell, aquí!

Le sonrío con alivio y abrazo en cuanto llego junto a ella.

—¿Qué hacemos ahora? —me pregunta.

—El apagón jodió toda la grabación —se queja Amir.

Silencio. Felix se ha acercado a Katrina para entregarle su cuaderno conjurando una extraña tensión en el ambiente. Luego de agradecerle con un ademán, y sin importarle la oscuridad, emprende su caminata hacia la puerta.

—¿A dónde vas?

Su figura oscura se detiene contrastando con el gris del entorno. Puedo notar sus rasgos resaltan una vez mis ojos se acostumbran poco a poco a la oscuridad. Está serio, con sus gruesas cejas rectas.

—El Padre Lucas debe estar necesitando ayuda con los niños.

Vuelvo a caer en cuenta del griterío que los pequeños tienen.

—¿Necesitas ayuda? —le pregunta Katrina, levantando su celular— En los pasillos no verás mucho.

Felix se encoge de hombros y vuelve hacia la puerta.

Katrina me toma del brazo, obligándome a seguirle el paso a un solitario Felix. Parece que estamos en la casita del terror que hay en el parque de atracciones.



¡HOLU GENTEEEEEEEEEEEEEEEE!

Sep, después de una semana editando CTR y UBBLL, vuelvo con las actualizaciones. Pensaba poner como día el miércoles para seguir con las tradiciones, ¿qué dicen? <3

Por cierto, hay muchas personitas que recién se enteraron de la existencia de esta historia, así que quería darles la bienvenida :3 

También quería decirles que reabriré el grupo de wsp. Pero tengan presente esto:

- Si no hablan por mucho tiempo, los saco para darle la posibilidad a otra persona de entrar.

- La palabra spam está prohibida :x

- Deben presentarse.

- Manden pack... de stickers 7u7

El enlace está vinculado a este capítulo y lo dejaré disponible de aquí al viernes en mi info de perfil.  Luego de ese periodo, lo cambiaré. 

Las personas que no sean lectores las echaré.

Eso, baizzzzz <3

FelixWhere stories live. Discover now