Vacío y lleno - Parte 2

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Me tomo un momento para olvidarme de todo lo ocurrido y pensar en mi café que reposa sobre la mesa de la biblioteca. Muy diferente al casino de la universidad, aquí se cuece un silencio que se siente como un refugio ajeno a las miradas sentenciadoras de los demás. Aún así creo que no es el lugar ideal para encontrarme con Joseff Martin, quien con su poca discreción y buen habla no ha dejado de despertar los siseos de otros estudiantes. Por lo mismo, hemos tenido que solicitar un cuarto de estudio.

Creo que necesito estar a solas para esclarecer mis pensamientos.

Al menos unos minutos.

—... luego empezamos a juntarnos después de clases. Yo lo visitaba y le hablaba de mis cómics y él asentía. Me dijo una vez que leería los comics de The Joker pero eso jamás pasó, y como soy bastante distraído, nunca le pregunté si cumplió. Creo solo lo dijo para que me callara un momento. Ah, porque el muy méndigo también me hablaba de sus situaciones románticas porque sabía que solo así me iba a callar. Después del colegio decidimos estudiar en la misma universidad, pero él se salió y pues... sigo esperando que vuelva.

Sep, definitivamente necesito un momento a solas para aclarar mis pensamientos. Y para que mi sentido auditivo se lleve un buen descanso; siento como llevara horas oyendo una canción de heavy metal.

—Vaya, es una historia muy interesante. Conocía parte de ella por el libro, pero...

—¿Leíste el libro? —Los expresivos ojos pardos de Joseff lucen sorprendidos—. Yo quise leerlo y no pude.

Una mueca y su perfil bajo me indican que haber mencionado el libro estuvo mal. Guardo silencio, carraspeo y con voz baja intento empatizar con su respuesta.

—Supongo que es difícil leerlo teniendo en cuenta...

—La cantidad de páginas, sí. —Eso no es lo que iba a decir—. Llegué a la mitad del libro y luego me fui al final para saber si fue tal cual sucedió. Lo que vino después de ese día no fue lindo. Nos alejamos bastante. Felix se encerró durante un mes en su casa, apenas me dejaba verlo. Un vez me cerró la puerta en la cara. Y las chicas... Mejor ni mencionarlo. Con los chicos del club fue diferente, con Josh y Sam teníamos un proyecto entre manos, así que seguimos en contacto.

«A veces una muerte puede traer una infinidad de cambios», pienso recordando a mamá.

—Pero es agradable saber que tú y Felix siguen hablándose. Creo que él necesita a una persona que esté insistentemente a su lado, a la fuerza como dicen.

—¿Y qué hay de ti?

—¿Yo?

—Ajá.

—Pues no sé qué tanto te habrá dicho él. Nos conocimos en el grupo de apoyo al que asistía, hablamos un par de veces. Ah, y fuimos compañeros de Gramática. Le pedí una vez que firmara el libro de mi amiga, pero me mandó al carajo.

Joseff se echa a reír. Su risa es tan estrepitosa como lo marcan sus emojis en WhatsApp. De hecho, me atrevería a decir que su personalidad es igual que desde el otro lado de la pantalla, lo que es toda una proeza. Claro, nunca me imaginé que Joseff Martin sería alguien de apariencia normal. Por alguna razón obvia creía que tendría la apariencia de un friki como los de la televisión; en cambio frente a mí hay un chico de buen porte, aspecto decente y lunares encantadores.

—Él cree que los méritos del libro no le pertenecen, pues solo transcribió lo que Floyd contaba en su diario. Yo le dije un millón de veces que sin él jamás se habría cumplido ese último deseo y que deje de ponerle malas caras a los demás porque creen que solo es ficción. Aunque por otro lado, están los que no entienden nada de lo que pasó y lo insultan sin razón.

FelixWhere stories live. Discover now