Lo que fue de ti

Capítulo 4: Destinos impuestos

-Hija... ¿Qué haces aquí? Es tarde- Lin dejo caer la piedra con mucho cuidado, si bien era cierto que el uso de control era excelente por alguna razón entrenaba más.

-Una disculpa, no podía dormir así que vine a practicar- Lin tomo asiento en el piso, al parecer le había interrumpido.

- ¿Para qué entrenas más? Tu madre me dijo que había cumplido con todo lo necesario- Toph exigió mucho con ella de niña, por mi parte siempre estuvo apoyándole, evitando que cargara por completo una tarea que Toph sin saberlo le había impuesto.

-La oficial en jefe miente, si soy tan buena como dice... ¿Por qué no le acompañe? - Toph no alegaba aquello, hablo del cómo se dirigía a ella, se bien que combinar trabajo y familia no es bueno, pero ahora mismo sentía una pequeña distancia entre Lin y Toph.

-Lin, no gusta que te dirijas a ella en ese término, es tu madre, ella te entreno, vi como incluso entendiste mejor que nadie el metal control, ella te confió una tarea aún más importante, transmitir tu sabidora a los nuevos reclutas, Toph no está para seguir enseñando lo básico, tu eres una gran maestra metal, pero te falta trabajo en equipo, no veas esto como un limitante, Toph quiere que logres trabajar en conjunto con tus compañeros, seguramente querrá que algún día dirijas la oficina, ella confía en ti- Lin me miro asombrada, probablemente no lo había pensado de esa forma, miro el suelo un momento, pensando en lo que le había dicho, quizás sentía que era poca cosa, pero con mis palabras retomo la postura.

-Tienes razón, ella espera mucho de mí, debo dar mi mayor esfuerzo para demostrarle que puedo ser su igual- Sonriente mi hija me miro luego con algo de vergüenza.

-Gracias...Papa- me reí por la pena que tenía, de pequeña siempre fue muy cercana, como había dicho el tiempo le hizo querer ser independiente, ser más como su madre.

-Sabes que puedes contar conmigo- Ambos nos fuimos a descansar, mientras miraba el techo de mi habitación me preguntaba cómo le estaba yendo a Toph en su misión.

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-Señor Avatar, le ha llegado una carta de la oficial Toph- Era otro día, Tenzin y yo nos habíamos levantado temprano, aprovechando el fresco de la mañana, el aire control que había desarrollado me daba mucho orgullo, volviendo a la carta Toph solo dijo "Capturamos algunos bandidos, la misión no fue complicada regreso en unos días" Seguramente regresaría mañana, el consejo en ocasiones exageraba algunas situaciones algo que Sokka notaba y debido a que los problemas no eran a gran escala.

-Bien, continuemos entonces- Ambos seguimos con la práctica de meditación. Mientras tanto Lin continuaba con órdenes a sus reclutas, los jóvenes siguieron con sus acciones, Lin como maestra daba órdenes rápidas y directas quizás su principal problema era no poder dar una cierta ayuda en momentos críticos, diciendo que debían volver al inicio, el metal control era algo que admiraba incluso Toph alguna vez quiso que lo intentara, pero debido a tiempos y asuntos jamás llegamos a practicarlo.

-Aún no puedo...juro que lo intento, pero no logro despejar mi cuerpo con el mundo terrenal- Me levanté y puse mi mano sobre su hombro.

-Toma años, tómalo con calma, has avanzado a pasos agigantados- Aun con mis palabras él estaba algo frustrado, decidí dejar el entramiento para más tarde, quería descansar un poco y probablemente escribir algo al consejo, debido a que Toph no les avisaría.

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Nuevamente la tarde llego, me había quedado dormido, cuando vi en el amplio lugar los reclutas estaban conversando entre sí, no vi a Lin por ningún lado, quizás me preocupaba demasiado, camine al mismo lugar donde le vi la noche anterior sin embargo no había noticias de que hubiera estado ahí.

-Te esfuerzas demasiado- Escuche su voz, ella estaba sobre mí, en un pequeño espacio donde meditaba en ocasiones.

-Tengo que hacerlo, se trata del Avatar- Aquella voz era de Tenzin, pensé en intervenir, pero no quería molestar a Lin, simplemente me dedique a escuchar.

-Oye, el Avatar jamás te presionaría, eres el segundo maestro aire...- Quizás no fueron las palabras de apoyo que el necesitaba.

-Por esa razón debo esforzarme el doble, no solo por ser alguien que controla el aire puedo tener esos tatuajes, representan un maestro completo, los nómadas lo tienen como costumbre pero...yo no soy uno, debo ganarlos como tal, en ocasiones termino agotado pero no puedo rendirme, en un futuro la misma carga del Avatar estará sobre mí, es un puesto que en verdad debo ganarme, no por querer ser como el, si no para que todo el esfuerzo y atención que me dio hallan valido la pena...es decir mírate eres la hija de la oficial de policías, la mejor maestra tierra y metal que haya existido, tienes todo...- Tenzin en verdad estaba comprometido con una tarea, la tarea que le había dado, ¿quizás fue mucho pedir? Es verdad que no hay más, pero estoy seguro de que traté de llevar el tema lo más simple posible para que no se sintiera agobiado, probablemente cometí el mismo error que Toph.

-No es así, entreno diariamente para ganarme el respeto de la oficial, me está entrenando indirectamente, al igual que tu hago lo posible para que se siente orgullosa de mi- Lin tenía esa carga de Toph, nunca se le dio eso, Toph deseaba que ellas eligieran su camino, no quería ser como sus padres e imponerles destinos y esas cosas, los abuelos cambiaron con el tiempo deseando que fueran como su hija, en el aspecto de una joven independiente que pudiera demostrar que valía por quien era y no por quienes eran sus padres.

-Pero... ¿alguna vez pensaste en tu padre? – Tenzin lanzo una pregunta que me dejo intrigado, no entendía a que venía eso.

-No entiendo, ¿a qué te refieres con pensar en mi padre? – Tenia la misma duda que mi hija, hubo un momento breve de silencio, quizás tampoco Tenzin sabía que había dicho.

-El viene aquí todas las tardes, cuando apenas llegue me dijo que solía traerte aquí para que vieran el atardecer, cuando tenías como 3 o 4 años, dijo que te emocionaba mucho venir con el-