Historia corta.
+18
Dark Romance
Ficción
Laberinto.
Mundo fuera de lo común.
Les explico cómo es estar en este sitio, es sofocante no poder hablar con alguien, duermo todo el día, y es en la noche cuando empieza el show. Siempre que despierto encuen...
Ahora hay unas sierras por todos lados, de las paredes, suelo y cielo, no siempre en los obstáculos hay techo, a veces solo está el cielo.
El techo es mecánico, quien sea que esté controlando está mierda, debe presionar algo para que el techo salga de las paredes.
Siempre viene una "ayuda" para pasar los obstáculos, y está vez esa ayuda es como una especie de tabla, colgada de unas cadenas. Se supone que tengo que subirme ahí y pasar, así de simple, pero el problema es que se ve como las cierras pasan por arriba.
Y justo a tiempo. Esta persona sale, y hace lo mismo de siempre.
Me asusta.
Con los nervios a mil, doy un salto largo.
Cosa que se me olvidó mencionar, la tabla está un poco alejada del suelo puro.
Casi me caigo a las sierras que amenazan a descuartizarme. Pero nuevamente logro llegar a salvo a la pequeña ayuda.
Ahora solo me queda esquivar.
En un minuto de distracción miro hacia atrás, y ahí está.
Esa persona, con máscara de payaso, y nos estamos mirando fijamente.
Esta persona de torso desnudo mueve la cabeza, cosa que me hace apartar la vista. De repente veo que una cierra viene justo a mi cara. Pero por suerte que no sé dé dónde salió, me salvó.
Sin volver a distraerme me acuesto de pecho en la tabla. Luego escucho que algo cruje.
La cadena.
Mierda me tengo que apurar.
Cuando la cierra desaparece, aprovecho de avanzar. Y cuando estoy a punto de lograrlo, escucho que algo está por salir, y no una cierra.
Justo cuando muevo mi cara, un fierro peligroso traspasa la tabla. Yo abro los ojos como platos al darme cuenta de que estuve a segundos de morir.
Con miedo de que algo más pueda atravesar la tabla, logro salir de este obstáculo.
Pero está vez, siento una presencia, más bien una mirada, y sé que es la mirada del payaso.
Me duermo recordando la sensación de mi cuerpo ante la mirada del payaso.
Raro.
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